El exministro socialista señala a los contratos de Armengol
José Luis Ábalos continuó ayer su tournée mediática después de haber desafiado a su partido negándose a dejar su escaño del Grupo Socialista y pasándose al Mixto. En una entrevista en Cuatro, el anterior secretario de Organización del PSOE señaló a los contratos de mascarillas realizados por el Gobierno de las Islas Baleares cuando al frente del mismo estaba Francina Armengol, hoy presidenta del Congreso
de los Diputados. Lo hizo poniéndolos en comparación con los que firmó el Ministerio de Transportes, al frente del cuál estuvo entre 2018 y 2021. Reiteró, como en días anteriores, que las mascarillas compradas por su departamento no tuvieron ninguna partida con material defectuoso, como sí ocurrió en las islas. Por eso, argumentó, allí sí hubo un «quebranto» a las arcas públicas, lo que a su juicio no se produjo en lo que se refiere al Gobierno
de Pedro Sánchez del que él mismo formó parte.
Por lo demás, Ábalos negó de manera tajante haber ejercido de intermediario, como se desprende del sumario del caso Koldo. Algo que hizo en la citada entrevista con el canal de Mediaset, empleando un lenguaje vulgar. «Ni de coña», afirmó.
Como en entrevistas anteriores, reiteró que fueron los «compañeros de Navarra» quienes le recomendaron a Koldo García como chófer, antes de llevárselo como mano derecha al Ministerio cuando el PSOE llegó a La Moncloa en 2018. Y sólo preguntado dio el nombre de su sucesor como responsable de Organización, el navarro Santos Cerdán, del que volvió a decir que «está como yo» de sorprendido por las revelaciones del caso.
Sobre el encuentro con Koldo el pasado 10 de enero en una marisquería de Madrid, lo tildó de fortuito y reconoció que hablaron, pero «de nada importante». En un momento de la entrevista, el presentador le requirió para que comprobase en su teléfono móvil cuándo se mensajeó por última vez con Koldo. Ábalos le contestó que no podía hacerlo porque le había bloqueado los mensajes. Cuando el presentador insistió explicándole que aun así se podían ver los últimos mensajes, el exministro, con amplia sonrisa, le dijo que no iba a hacer esa comprobación porque había que «dejar trabajar a la Justicia».