Mueren más de un centenar de gazatíes durante un caótico reparto de alimentos
▶Israel cuestiona la cifra y atribuye la mayoría de las víctimas a una estampida provocada por saqueos
Más de un centenar de palestinos perdieron la vida a primeras horas de ayer y varios cientos más –las cifras varían, según diversos medios, entre 300 y 700– resultaron heridos durante una entrega de ayuda humanitaria en la Ciudad de Gaza en lo que, según denunciaron las autoridades de la Franja, controladas por Hamás, ha sido una «atroz masacre». El incidente ha causado el mayor número de pérdidas de vidas civiles en semanas y ha sido calificado por el presidente de la ANP (Autoridad Nacional Palestina) Mahmoud Abbas como una «fea masacre llevada a cabo por el Ejército de ocupación israelí contra personas que esperaban camiones de ayuda en la rotonda de Nabulsi».
Los equipos médicos dijeron que no podían hacer frente al volumen y la gravedad de las lesiones, y decenas de heridos fueron trasladados al hospital de al-Shifa, que sólo está parcialmente operativo después de los bombardeos israelíes a las instalaciones en las primeras semanas de un conflicto. Sin embargo, Israel cuestiona las cifras compartidas por los funcionarios palestinos y tan sólo se responsabiliza de una decena de muertes.
Desde Kerem Shalom
Según la información que maneja el Gobierno israelí y que fue difundida ayer, a las 4 de la madrugada (hora local), 30 camiones con ayuda humanitaria cruzaron desde Kerem Shalom en dirección a los refugios del norte de Gaza. Mientras el convoy avanzaba, cientos de personas que intentaban obtener ayuda –alimentos, sobre todo–, en medio de la grave crisis humanitaria que azota el enclave, rodearon los vehículos, provocando una estampida en la que hubo decenas de muertos y heridos, algunos de ellos atropellados por los camiones. Varias de esas personas abrieron fuego contra los vehículos y los saquearon.
Docenas de palestinos se apresuraron a subir al último camión del convoy y comenzaron a avanzar hacia las fuerzas israelíes que controlan la zona. Los soldados, sintiéndose amenazados, tiraron al aire a modo de advertencia y luego dispararon a quienes no se alejaron. La investigación preliminar del Ejército de Israel apunta a que al menos diez de las víctimas fueron tiroteadas por sus propios soldados.
Para el ministro de Seguridad Nacional israelí, el ultraderechista Itamar Ben Gvir, el incidente es «otra razón clara» para detener por completo el envío de ayuda, puesto que «no sólo es una locura mientras los rehenes siguen secuestrados en la Franja», sino que también «pone en peligro» a los soldados de las Fuerzas de Defensa de Israel.
El Programa Mundial de Alimentos (PMA) anunció la semana pasada una pausa en la entrega de ayuda alimentaria en el norte de la Franja de Gaza por motivos de seguridad y afirmó que sus convoyes habían sido asaltados por «grupos de personas hambrientas», incluidos intentos de estas personas para subirse a los camiones. Así, afirmó que otra de las entregas «hizo frente a un caos total y violencia a causa del colap
so del orden civil». A raíz de la tragedia de ayer, Hamás ha advertido que las negociaciones para un posible alto el fuego en la Franja de Gaza «no son un proceso abierto a expensas de la sangre del pueblo». «El enemigo asume las consecuencias de un fracaso de las negociaciones si sigue con los crímenes contra el pueblo [palestino]». De igual forma, el grupo también solicitó una reunión «urgente» del Consejo de Seguridad de la ONU para «adoptar decisiones que obligan a la entidad criminal –en referencia a Israel– a detener la matanza en masa y la limpieza étnica en Gaza».
Peligran las negociaciones
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo ayer que un alto el fuego entre Israel y Hamás «probablemente» no se alcanzará de aquí al lunes. Asimismo, indicó que Washington verificaba las «versiones contradictorias» del tiroteo. A la pregunta de si le preocupaba que este episodio complique las negociaciones, Biden respondió: «Sé que así será».
Las negociaciones se intensifican para una nueva tregua, dos semanas antes del comienzo del ramadán, mes sagrado musulmán, el 10 de marzo. Biden había dicho a inicios de esta semana en Nueva York que tenía esperanza de que se alcanzara un «alto el fuego para el próximo lunes». Desde el Consejo de Seguridad Nacional estadounidense han calificado lo ocurrido como un «grave incidente» y ha lamentado que la pérdida de «vidas inocentes» se produce mientras «palestinos inocentes solo intentan alimentar a sus familias».