La UME acude a Zaragoza ante una nueva crecida del Ebro
Los aragoneses afrontan la crecida del Ebro aún en alerta y con la Unidad Militar de Emergencias desplegada en el territorio, pero con más calma. «Los datos son más tranquilizadores, lo cual no quiere decir que las precauciones no tengan que seguir manteniéndose al máximo», dijo ayer el presidente autonómico Jorge Azcón.
La punta de la crecida del Ebro anegó ayer campos de cultivo y obligó a cortar dos carreteras, pero con los datos en la mano, el Gobierno aragonés aseguró que se trata de una crecida «ordinaria» en la que las barreras de contención han resistido y no ha habido inundación de cascos urbanos.
Hoy está previsto que el pico del caudal del río Ebro llegue a los 1.600 metros cúbicos por segundo a su paso por Zaragoza. «En la crecida del 2021 se hablaba de caudales cerca de los 3.000 metros cúbicos por segundo», explicó Azcón. Por ello, apuntó que «hay que estar más tranquilos de lo que estábamos con las previsiones iniciales», a pesar de las lluvias que podrían caer en el norte de Navarra en los próximos días. No obstante, se seguirán manteniendo «todas las precauciones y todos los servicios».
La Unidad Militar de Emergencias (UME), los bomberos de la Diputación Provincial de Zaragoza y los servicios de Protección Civil del Gobierno de Aragón mantenían ayer labores de vigilancia y achique, y se ha aconsejado el desalojo de algunas urbanizaciones próximas al río en Zaragoza (Doña Sancha), Pastriz (Torre Urzáiz), El Burgo de Ebro (Los Huertos) y Villafranca de Ebro (Los Toyos).