Diez sanchitos
Irán cayendo uno a uno hasta llegar al último: Pedro Sánchez Castejón, responsable de todos ellos
LA «trama Ábalos», antes «Koldo», ahora «PSOE», se parece a la novela de Agatha Christie. De momento conocemos a las dos primeras víctimas, pero esto no ha hecho más que empezar.
El ‘sanchito’ que abrió el recuento fue Koldo García, «gigante de la militancia» en palabras del líder socialista, imputado por varios delitos. Está en libertad condicional. Vino después José Luis Ábalos, a quien el juez Ismael Moreno califica de «intermediario» entre la empresa «Soluciones de Gestión» y diversas administraciones públicas compradoras a dedazo de un material casi siempre defectuoso por un total de 53 millones de euros. El exministro de Fomento y secretario de Organización ha sido expedientado, pero se aferra al escaño y al fuero mientras desfila por los platós insultando nuestra inteligencia. En el ojo del mismo huracán se encuentra hoy Francina Armengol, expresidenta de Baleares, quien no solo adquirió esas mascarillas inservibles de manera ilegal e intentó cargárselas a los fondos europeos, sino que avaló por escrito su calidad, a sabiendas de que eran inútiles y jamás se distribuyeron. En premio por sus servicios preside el Congreso de los Diputados. Bajo una lupa similar está su entonces homólogo en Canarias, Víctor Torres, quien desembolsó doce millones y medio de euros a la trama desenmascarada, saltándose la metodología establecida incluso para situaciones de emergencia, y trató de endosar ese dinero a los fondos Feder, a pesar de que mucho de lo recibido no valía para nada. Tras su derrota en las urnas fue nombrado ministro de Política Territorial. Seguimos. Elma Saiz, titular de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, quien también tapó con su silencio similares compras irregulares desde su alto cargo en el Gobierno de Navarra. Ya son cinco. Nuestro sexto ‘sanchito’ es Salvador Illa, a la sazón ministro de Sanidad, actualmente líder socialista en Cataluña, investigado por adquirir dos millones de mascarillas deficientes. Illa pagó más de doscientos millones a un chiringuito escogido arbitrariamente, especializado en marketing de bebidas alcohólicas, cuya administradora tenía antecedentes por estafa. Y vamos con el titular de Interior, Fernando Grande-Marlaska, tres veces reprobado, que se surtió del mismo proveedor y conocía desde enero de 2022 la investigación en curso. ¿Saldría de su ministerio la filtración que hace meses alertó a Koldo y otros imputados? Lo acabaremos sabiendo. Octavo ‘sanchito’, Santos Cerdán, sucesor de Ábalos en la secretaría de Organización del PSOE y padrino político de García, a quien abrió todas las puertas. Novena, Begoña Gómez, esposa del presidente, cuya fulgurante carrera profesional fue patrocinada por Air Europa poco antes de que esta compañía fuese rescatada por el Gobierno con 475 millones de euros. También ella mantuvo reuniones con cabecillas de la trama. Si, como sucede en la novela, al final se hace justicia, irán cayendo uno a uno hasta llegar al último, que en realidad es el primero: Pedro Sánchez Castejón, responsable de todos ellos.