«Llevamos 16 años de velatorio sin saber dónde está el cuerpo»
▶ Admite que de haber habido otros medios entonces, hubiera habido otro resultado; no pierde la esperanza
—Han pasado dieciséis años desde la desaparición de Angelines. Mucho tiempo, y pocas esperanzas...
—Nadie esperaba tanto tiempo. Todos creemos que una desaparición puede resolverse en cuestión de horas. Y nadie piensa que algo así puede pasarle a un ser cercano. Me queda en la conciencia que a lo largo de todos estos años se ha hecho todo lo que se ha podido y con los medios que se ha podido. Si hubiéramos contado con más medios, a lo mejor se hubieran conseguido otros resultados. Mi madre falleció con esta pena inmensa y mi padre lo ha llevado como ha podido.
—¿Suficiente empeño e investigación?
—Hay un sumario grandísimo del trabajo realizado por la policía judicial. Hay tantos indicios que el juzgado, sin que nadie se lo pidiera, imputó al exmarido sólo por esos indicios. Pruebas, declaraciones tomadas, medios de todo tipo: buzos, perros rastreadores o drones. Este largo camino también ha servido para trabajar en beneficio de todos los desaparecidos y se ha conseguido que España tenga un centro nacional de desaparecidos. Estamos proponiendo un estatuto de la persona desaparecida y también se ha conseguido que la búsqueda de adultos se inicie de momento y no haya que esperar 48 horas.
—¿Son todas las desapariciones iguales?
—No es lo mismo que se pierda un niño, una persona con sus facultades mentales mermadas o una mujer que se acaba de divorciar. En cada caso hay mucho que legislar porque se producen vacíos en los que no se sabe cómo actuar. Sin olvidar el apoyo psicológico a las familias, porque es una situación en la que se está velando de por vida a una persona. Éste ha sido nuestro caso. Dieciséis años de velatorio sin saber donde está el cuerpo de mi hermana.
—Y sin saber qué ha pasado…
—Sí que sabemos lo que ha pasado. Aunque no haya pruebas. Lo sabe el juzgado y la policía judicial y se desprende de todas las investigaciones. Se conoció que mi hermana sufrió maltrato físico por parte de su exmarido unos días antes de su desaparición. Por ello fue condenado a seis meses de cárcel. Él lo reconoció como una pequeña bofetada. Una bofetada que le desvió el tabique nasal, le produjo derrame en los ojos y en un brazo después de estrellarla contra un mueble.
—A Angelines se la busca sin vida...
—Por supuesto. Su familia descartamos desde el principio su desaparición voluntaria. Eso no era posible. Adoraba a sus hijos y sentía pasión por sus padres. No tenía motivos porque había empezado a ser feliz. A las dos semanas, la policía judicial ya dijo claramente que la desaparición no había sido voluntaria. Y tenemos la certeza de que Angelines no está con nosotros desde el 2 de mazo de 2008. De hecho los perros han detectado olor a cadáver en muchas de las propiedades de su exmarido y donde él ha trabajado con su maquinaria de movimiento de tierras.
—¿Ve resquicio para volver a reabrir el caso? —Está archivado judicialmente pero no policialmente. No hay nada nuevo que aportar pero se sigue investigando y cuando aparece algún informe nuevo o una nueva diligencia de la policía, el juez estudia su reapertura. El caso de mi hermana se ha cerrado de esta forma varias veces y se ha vuelto a abrir. En mayo de 2023 se reabrió por última vez durante unos meses. Se tomó declaración a algunas personas y se volvió a cerrar. No se avanzó.
—¿Cuándo se buscó por última vez en algún terreno o finca?
—A finales de 2022 se hizo una búsqueda con drones y seis cámaras distintas en varios lugares del término municipal de Aguilar. Pero, desgraciadamente, no dio ningún resultado positivo. Pero, por lo menos, como en cada búsqueda, sirvió para descartar posibilidades.
—También se investigaron sus móviles. ¿Se alcanzó algún resultado?
—Un examen forense de los teléfonos móviles es una fuente de información vital para una desaparición. Sus dos móviles estuvieron años sin que nadie los investigara. Nosotros tuvimos la iniciativa, con el consentimiento de la autoridad judicial, de analizarlos con una empresa especializada. En uno de ellos había muchas fotografías personales y en el otro, muchos mensajes de texto que era el método habitual de comunicarse en 2008. Con todos los informes emitidos nos fuimos al juzgado y nos dijeron que esos estudios no valían porque se había roto la cadena de custodia. Algo que nadie nos había dicho que podía pasar.
√ «Los perros han detectado olor a cadáver en muchas propiedades de su exmarido y donde él ha trabajado»