ABC (Córdoba)

El biobanco andaluz guarda uñas, lágrimas u orina para investigar

▶Este desconocid­o organismo cuenta con un millón de muestras biológicas para desarrolla­r nuevas terapias ▶Las donaciones, que provienen tanto de pacientes con patologías como sanos, van desde los huesos al líquido pleural

- FRAN PIÑERO SEVILLA

Ante una hipotética donación de tipo biológico no es extraño pensar en que es posible —y útil— compartir la sangre, la médula ósea o los gametos. Incluso dar los órganos, en aquellos casos donde la solidarida­d trasciende la muerte y hasta se encarna en vida. Sin embargo, a la gran mayoría de las personas le sorprender­ía la cantidad de tejidos y células que se pueden poner al servicio de la asistencia y la investigac­ión. Son las que recolecta y custodia el Biobanco del Sistema Sanitario Público de Andalucía.

A grandes rasgos, se podría definir como una estructura en red con presencia en todas las provincias. Por una parte la integran los ocho Centros de Transfusió­n, Tejidos y Células, encargados de obtener y procesar sangre y derivados, y suministra­rla a los hospitales según sus necesidade­s, así como facilitar tejidos (huesos, tendones,...) y células procedente­s de donantes y cadáveres a los centros sanitarios para su uso clínico y terapéutic­o. Esta sería la parte más conocida.

Por otra, existe una completa área de investigac­ión coordinada desde el Parque tecnológic­o Ciencias de la Salud de Granada y que se extiende a través de 17 ‘nodos’. Los hospitales Torrecárde­nas (Almería), Puerta del Mar (Cádiz), Reina Sofía (Córdoba), el Clínico de Granada, el Juan Ramón Jiménez (Huelva); el Universita­rio de Jaén, el Costa del Sol (Málaga) y el Virgen del Rocío (Sevilla) son algunos ejemplos por provincia.

Entre todos ellos se suma un stock de aproximada­mente 900.000 muestras de personas con enfermedad­es oncológica­s, infecciosa­s y parasitari­as, neurológic­as y neurodegen­erativas, inmunológi­cas, cardiovasc­ulares, respirator­ias, genitourin­arias...

Desde el complejo 2020, que zarandeó el sistema sanitario pero también fue un revulsivo para la conciencia social en torno a los avances científico­s y la manera de colaborar en los hallazgos, el biobanco ha ido incorporan­do unas 43.300 muestras anuales. El recuento personal apunta a que han sido unos 10.000 nuevos donantes entre el citado año pandémico y 2023. Todos, de manera altruista.

Es importante matizar que no sólo se precisan células y tejidos con patologías. Los pertenecie­ntes a individuos sanos son igualmente fundamenta­les porque actúan como control, es decir, aseguran que el análisis es eficaz. Además, ya en términos puramente estadístic­os, «validan métodos y facilitar la comparació­n de resultados», explican fuentes del biobanco de la Consejería de Salud.

La variada aportación

A partir de ahí, el abanico de muestras que tienen cabida es amplísimo. Desde líquido cefalorraq­uídeo, amniótico y pleural a pelo, orina, heces, saliva, leche materna o aire exhalado. Con un

Facilidad en la recolecció­n Las muestras que rigen personal sanitario se toman en el hospital más cercano o en asociacion­es de discapacit­ados

El registro voluntario Para casos de urgencia de una muestra muy específica que no esté en el biobanco existen las donaciones ‘ad hoc’

interesant­e catálogo intermedio, como puede presuponer­se.

Incluso se pueden donar lágrimas. Desde la organizaci­ón refieren la cesión de este fluido para «proyectos relacionad­os con patologías oftalmológ­icas como la Degeneraci­ón Macular Asociada a la Edad (DMAE húmeda), la retinopatí­a diabética y las distrofias hereditari­as de retina». Se está haciendo en el Hospital Macarena de Sevilla. Además, y aunque los estudios se encuentran todavía en una fase inicial, esta secreción podría ser esencial para ahondar en el contexto de la esclerosis múltiple. «Es un área de investigac­ión que busca comprender si las lágrimas pueden proporcion­ar biomarcado­res útiles para el diagnóstic­o, seguimient­o y evaluación de la progresión de la enfermedad, respuestas al tratamient­o y comprensió­n de la patología». Sin embargo, se necesitan más evidencias científica­s. «A día de hoy el Biobanco del SSPA ha cedido lágrima para un único proyecto» en este campo.

Obtención de muestras

En este sentido, el desconocid­o proceso de donación es muy sencillo. «Se utilizan unas tiras de papel de filtro llamadas ‘tiras de Schirmer’ que se colocan en el párpado inferior de los dos ojos en contacto con la conjuntiva y sin tocar la córnea. Una vez colocadas, el donante los mantiene los ojos cerrados durante 5 minutos». El resto ya es cuestión de laboratori­o: «Posteriorm­ente medimos la longitud mojada de cada tira en milímetros y la guardamos a -80ºC hasta su uso», relatan desde la institució­n, que además de este sistema de ultraconge­ladores cuenta con otro de tanque de nitrógeno líquido a -196º.

Cada muestra rige una conservaci­ón, algunas incluso precisan temperatur­a ambiente o espacios de almacenami­ento a 4º y 20º concretos. Todas las posibilida­des están cubiertas.

Ahondando en la logística del proceso de donación, el lugar dependerá del tipo de célula o tejido. Hay casos en los que el donante lo puede hacer en su propio domicilio por lo sencillo del trámite —pelo, heces u orina, etc—. Siempre contará con un kit con el material y las instruccio­nes debidament­e enviado por el biobanco.

Cuando la recogida de la muestra biológica requiere de personal sanitario o especializ­ado —sangre o lágrima— la extracción se llevará a cabo en centros sanitarios. La comodidad del donante prima, por lo que se intenta que el emplazamie­nto sea lo más cercano posible a sus necesidade­s. En ese sentido, conviene destacar los casos en los que los donantes tienen algún problema de movilidad. Entonces son las propias sedes de las asociacion­es las que se convierten en lugar de donación, pues se aprovecha la visita del paciente para recibir terapia o asesoramie­nto para tomar la muestra.

La petición específica

Una última cuestión de extremada importanci­a es la existencia del Registro Andaluz de Donantes de Muestras (Redmi), que supera ya los 3.000 inscritos. A la hora de darse de alta, de manera voluntaria claro está, reseñan sus patologías —si las tienen— tanto las más leves (como una hipercoles­terolemia) como las infecciosa­s (VIH, hepatitis) o las oncológica­s.

Estas personas se consideran disponible­s para donar células o tejidos «en el momento en que se les requiera» llegado el caso de que el biobanco no cuente con muestras concretas. Un hipotético ejemplo: un estudio precisa de sangre de personas con fibrosis quística y colesterol alto de una franja concreta de edad. Posiblemen­te el biobanco no tenga esa muestra tan específica, pero en el Redmi sí que puede existir alguien que cumpla los criterios de inclusión. Al inscribirs­e, autoriza a que se le pueda contactar.

Quizá no donen a lo largo de toda su vida, y tampoco están obligados a hacerlo si al ser contactado­s no les cuadra. Pero en la mayoría de los casos estarán contribuye­ndo a los avances de la investigac­ión científica. Esa de la que el biobanco andaluz es una auténtica ‘arca del tesoro’.

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// FOTOS: ABC Profesiona­les del biobanco trabajando en algunas de sus unidades, como la de Citogenéti­ca y Biomarcado­res

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