La banca insta a Escrivá a armar a las telecos contra las estafas
El Gobierno tiene abierta una consulta pública para reforzar la regulación
El Gobierno intentará poner coto a las estafas telefónicas por suplantación de identidad, es decir, aquellos contactos por SMS o llamada en los que los ciberdelincuentes se hacen pasar por entidades financieras o empresas de transporte para sustraer los datos bancarios. Para ello tiene abierta una consulta pública de cara a poder establecer un refuerzo en la regulación, pero todas las miradas apuntan principalmente a que la actuación debería ser sobre las empresas de telecomunicaciones, dándoles más poder de actuación.
Los bancos reconocen que los intentos de estafas de este tipo –phising, smishing...– se han disparado en los últimos años. El caso más típico es el de que su supuesta entidad financiera le envíe un mensaje de texto requiriendo ingresar las claves de banca online en un portal web por determinada razón, pero en realidad ese portal web no es el del banco sino que el usuario le está dando sus credenciales a los cibercriminales. Con esas claves suelen realizar transferencias y compras hasta que el cliente se da cuenta o la entidad detecta movimientos sospechosos.
Sin embargo, la banca tiene claro que por donde debería avanzar el Ministerio de Transformación Digital de José Luis Escrivá es hacia un refuerzo en la regulación que vaya enfocado a armar a las empresas de telecomunicaciones para poder filtrar y bloquear mejor las llamadas y mensajes. Fuentes del sector consideran que dar ese paso para permitir un mayor control de las llamadas a las telecos ya supondría un avance que podría frenar buena parte de los intentos de estafa.
El sector financiero defiende, en su caso, que los bancos no pueden hacer apenas nada en estos sucesos ya que, en la práctica, es el propio cliente el que facilita sus credenciales a los ciberdelincuentes. Y que las operaciones se realizan con las claves e incluso a veces con el consentimiento –aunque sea engañado– del cliente. Por ello consideran esencial tratar de vetar que estos SMS y llamadas lleguen en origen a los usuarios; parar el intento de fraude desde el minuto uno.
Esto es algo que también defienden en algunas asociaciones de consumidores, que destacan que hay que dotar de más medios y posibilidades a las telecos para actuar contra las llamadas y SMS fraudulentos. En especial en los casos en que es más complicado
detectar el intento de estafa, como pueden ser los supuestos en que le llegan al cliente SMS a su móvil simulando el mismo teléfono que utiliza su banco.
«Estas estafas causan importantes daños financieros y económicos a todos los sectores de la sociedad, incluidos los consumidores, las empresas y los organismos públicos. Además, hacen mella en la confianza de los consumidores que, a raíz de la generalización de estas prácticas, desconfían de contestar llamadas y leer mensajes de texto, perjudicando a aquellas empresas y organismos que hacen uso de llamadas y mensajes de texto, legítimamente, como canal de comunicación para facilitar información u ofrecer sus servicios a los consumidores», señaló el ministerio hace dos semanas, justificando la necesidad de regular contra las estafas, un asunto que ya habían abordado en recientes reuniones con bancos y telecos.
Un problema creciente
La realidad es que el aumento de las estafas es algo que preocupa a bancos y telecos, y también al Gobierno. El Instituto Nacional de Ciberseguridad (Incibe) reportó en 2022, último año con datos, un alza del 9% de incidentes de ciberseguridad gestionados, hasta los 118.820 incidentes. De ellos, más de 110.100 afectaron a ciudadanos y empresas, destacando el phishing con casi 17.000 incidentes. Va al alza, pero el Incibe no recoge la totalidad de eventos producidos, algo difícil de estimar.
Tomando en consideración los datos del Ministerio del Interior, las cifras de cibercriminalidad hasta 2022 muestran que la mayoría de hechos delictivos online conocidos fueron de fraude informático (335.995), afectando a casi 263.000 personas. De entre las víctimas, la mayoría lo fueron por estafas bancarias en general y con tarjetas de crédito y débito.