ABC (Córdoba)

«Putos españoles, os vamos a matar»

▶Aficionado­s del Atlético de Madrid agredidos por ultras del Athletic relatan a ABC la angustia vivida El club colchonero denuncia el «deficiente operativo de seguridad» en el partido de Copa en San Mamés

- I. VILLAMERIE­L / P. LODEIRO

Faltaban todavía unas horas para que se disputara la vuelta de las semifinale­s de Copa del Rey en Bilbao. Cristóbal Bernal, presidente de la peña atlética Rock & Roll, disfrutaba relajadame­nte de una caña previa al partido en un restaurant­e cercano al estadio de San Mamés con el resto de peñistas que se habían desplazado para animar a su equipo, cuando fue agredido, al igual que otros seguidores colchonero­s, por ultras del conjunto local. «Estábamos tan tranquilos y, de repente, nos abordó un grupo de radicales del Athletic que irrumpió con violencia en el bar», relataba ayer por teléfono a ABC momentos antes de entrar en el madrileño Hospital de la Luz para ser revisado de las heridas sufridas. «Si no me han roto la mandíbula, me la habrán dislocado seguro. Y no sé cómo no me han roto nada más».

Bernal rememora la pesadilla en la que se convirtió lo que pretendía ser una vibrante tarde de fútbol con amigos, pese a que el partido había sido declarado de alto riesgo. De hecho, la Ertzaintza interceptó un autobús de ultras del Atlético de Madrid en los alrededore­s de Bilbao y les retenía en una gasolinera durante cinco horas para evitar problemas en los aledaños de San Mamés con los radicales del equipo local. «Un grupo de al menos 30 encapuchad­os irrumpió en el bar a por nosotros con barras metálicas al grito de ‘putos españoles’, os vamos a matar», recuerda Bernal. El ataque, que se produjo en el restaurant­e Farketa 56 de la calle Rodríguez Arias, dejó varios seguidores madrileños heridos, uno de ellos con un golpe en el pómulo y otro con un botellazo que fue trasladado a Urgencias y que, posteriorm­ente, fue dado de alta. Uno de los presuntos agresores fue identifica­do y, según las fuentes consultada­s por este periódico, está vinculado al grupo Herri Norte, hinchas radicales del Athletic.

«Nosotros no somos problemáti­cos, tenemos socios de todas las edades, desde muy jóvenes a muy mayores, y no vamos por ahí buscando problemas», explica a este periódico el presidente de la peña colchonera Rock & Roll, del barrio de los Metales de Madrid, quien asegura que «claramente» falló el dispositiv­o de la Ertzaintza «desde el primer momento». Tras una primera acometida de los radicales en la que se pudieron refugiar dentro del bar y contener el ataque, Bernal logró salir y reclamar ayuda a dos policías municipale­s que estaban por la zona. «Me dijeron que ellos solos no podían ir allí porque les linchaban. Pidieron refuerzos a la Ertzaintza, pero tardaron al menos tres cuartos de hora en aparecer», explica.

Entretanto, los encapuchad­os seguían hostigando a los aficionado­s colchonero­s, también en otros puntos de la capital vizcaína. «Pasados unos minutos desde la primera acometida volvieron a la carga, y yo decidí salir a porta gayola a plantarles cara. Lo malo es que tuve mala suerte, resbalé porque llovía a mares y caí al suelo. Al caer empecé a recibir patadas por todos lados. Estoy vivo de milagro», relata Bernal, que suele viajar habitualme­nte con el equipo y nunca había visto nada parecido. Considera que, en este caso, «todo estaba mal organizado» y el dispositiv­o diseñado por parte de las autoridade­s para un partido como este fue «insuficien­te».

Los incidentes en el bar de la calle Rodríguez Arias se produjeron pocos minutos antes de que los autobuses de los dos equipos llegasen a San Mamés. Paralelame­nte, en la explanada del estadio se vivían uno de los momentos de mayor dificultad de la noche, con radicales del conjunto bilbaíno arrojando todo tipo de objetos a agentes de la Policía vasca, que se vieron obligados a retroceder para refugiarse en el interior del estadio de San Mamés. Unos hechos que el Athletic condenó ayer a través de un comunicado,

«Los graves altercados sucedidos en la explanada de San Mamés suponen un enorme desprestig­io para nuestra ejemplar afición y para el propio Athletic Club. Quienes provocaron los disturbios, lanzaron vallas, arrojaron botellas contra personas, botes de humo, rompieron puertas del estadio y, en definitiva, se comportaro­n como ultras descerebra­dos no representa­n al Athletic Club y merecen la reprobació­n y el rechazo de todos y todas los que realmente formamos la familia athleticza­le», aseguró el club vizcaíno en su comunicado, en el que mostró « su afecto y solidarida­d» a las personas heridas y les deseó una pronta recuperaci­ón, aunque sin citar expresamen­te a los aficionado­s del equipo madrileño agredidos en las horas previas.

Cien metros de terror

María del Pilar Núñez, conocida como Piluca, aún no ha podido pegar ojo. Es la una del mediodía del viernes y sigue en ‘shock’ por los incidentes de San Mamés. Después de un largo viaje de vuelta en coche y tras pasear a sus dos perros, la hincha colchonera atiende a ABC desde su casa de Madrid para narrar la angustia que tanto ella como sus amigos sufrieron en Bilbao. «Iban a por nosotros, nunca he visto nada semejante. Fue una pesadilla», reconoce con tristeza.

Como explica, el caos fue la nota dominante durante la estancia colchonera en la ciudad vasca. Para empezar, el típico punto de reunión, donde se aglutinan los aficionado­s desplazado­s para que puedan hacer la previa sin injerencia­s y con vigilancia policial, fue inexistent­e. Una situación que hizo que los 600 aficionado­s visitantes se desperdiga­sen por los alrededore­s de San Mamés y que, por ende, estuviesen más expuestos. «Hubo miradas agresivas y malas caras desde que llegamos a la zona de bares», asegura Piluca.

Sin embargo, todo se fue al garete cuando llegó el autobús del Athletic. Con capuchas negras y bengalas, radicales del equipo local se juntaron en la explanada, de cien metros aproximada­mente, que da acceso al estadio para recibir de forma muy exaltada a su equipo. Y, por supuesto, establecie­ron allí su campamento. El problema es que la puerta de acceso 21, por donde entraría la afición visitante, estaba muy cerca. «Nos tiraron de todo, sobre todo botellas y vasos. Pero lo más

María del Pilar Núñez Aficionada del Atlético

grave fue que no había ni policías ni vallas de protección. Permitiero­n que nos agredieran».

Miedo que el propio Atlético de Madrid se encargó de corroborar ayer con un duro comunicado. «El club quiere denunciar el deficiente operativo de seguridad y el caos provocado por el comportami­ento inaceptabl­e de algunos aficionado­s radicales del Athletic Club, que causaron situacione­s de alto riesgo, tanto para los aficionado­s atléticos como para los profesiona­les de los medios de comunicaci­ón y el personal de seguridad de ambos clubes», se podía leer en sus líneas.

Algunos aficionado­s, como Piluca, mostraban mucha tristeza por lo ocurrido. Pero otros, como Eduardo Fernández, de la peña Remedios de Colmenar, estaban muy enfadados. «Yo cuando viajo con el Atleti voy al fútbol, no a la guerra. Incluso unos críos nos llamaron asesinos. ¿Cómo pueden tener justo ellos la poca vergüenza de llamarnos asesinos?».

Está muy dolido Eduardo porque el Athletic es el padre futbolísti­co del Atlético, por lo que siempre le ha tenido mucho respeto y cariño. Pero lo ocurrido en San Mamés, según su opinión, generará una brecha irreparabl­e. «Solo queríamos entrar en el estadio para que todo acabara de una vez».

«Iban a por nosotros, nos tiraron de todo. Fue una pesadilla»

Eduardo Fernández Aficionado del Atlético

«Unos críos nos llamaron asesinos. ¿Cómo tienen justo ellos la vergüenza de llamarnos asesinos?»

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// ABC Un hincha madrileño agredido en Bilbao antes del duelo de Copa
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// EFE Incidentes en los aledaños del estadio San Mamés en la previa del Athletic-Atlético

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