El tendón de Aquiles deja sin Juegos a María Vicente
La española se lesionó cuando lideraba el pentatlón, será operada y se pierde el resto de la temporada
La lesión «He metido el apoyo y he escuchado un ‘crac’. Solo hay que sumar uno más uno y ver lo que ha pasado»
La recuperación «Hablaremos con el doctor Puigdellivol. Me operaré en Barcelona. Y volveré más fuerte que nunca»
«A veces, el atletismo puede ser cruel». La frase pertenece a Daley Thompson, el genial decatleta inglés, doble campeón olímpico, el hombre que siempre afirmaba que las pruebas combinadas se resumían en que tenías muchas posibilidades de fallar, prueba por prueba. Y en Glasgow María Vicente ha conocido la crueldad del atletismo una vez más, cuando estaba en la mejor forma de su vida, cuando acariciaba otra vez el éxito internacional, cuando se mostraba plenamente recuperada de sus problemas físicos.
María Vicente se encontraba disputando el salto de altura, la segunda prueba del pentatlón: era la gran favorita para la medalla de oro. La atleta afincada en San Sebastián, que había superado ya las dos alturas iniciales (1,67 y 1,70), llevó a cabo la concentración previa a su salto sobre 1,73, arrancó su carrera y en el tercer apoyo se desestabilizó, le falló la pierna izquierda. No pareció una rotura muscular, tampoco una torcedura de tobillo. María avanzó a duras penas y consiguió sentarse en la colchoneta, donde gesticulaba mientras se sujetaba el pie izquierdo. «¡No, por favor!». Lo dijo varias veces. Comenzó a llorar y quedó tendida varios minutos, sobre el colchón, sin dejar de sollozar. Una nueva tragedia en una atleta que ya conoció el drama de las lesiones en 2022 cuando sufrió una complicadísima rotura en su cuádriceps izquierdo, que se le complicó durante varios meses, que le trastocó todos los planes durante un año, cuando decía que sólo era capaz de correr con su pierna derecha.
María abandonó la pista del Emirates Arena, en camilla, con las manos en la cara, destrozada, bajo una cerrada ovación del público escocés. Quedaban enterradas así sus grandes opciones de medalla de oro, la apuesta más sólida del atletismo español en estos Mundiales.
Media hora después fue la propia atleta quien, en silla de ruedas, acompañada por el doctor de la Federación, Christophe Ramírez, y por su presidente, Raúl Chapado, anunció el temido diagnóstico. «Tengo una rotura completa del tendón de Aquiles de la pierna izquierda». Lágrimas por todas partes en la zona mixta. Sensación de injusticia, de sueños rotos. «Hablaremos con el doctor Puigdellivol, el que me operó el cuádriceps: confió mucho en él y su equipo. Me operaré en Barcelona. Y volveré más fuerte que nunca», añadió la atleta, con una entereza que ponía la piel de gallina. La sentencia supone una baja que arruina cualquier posibilidad de competir el próximo verano en los Juegos de París. La impotencia se veía por todas partes, especialmente en un destrozado Ramón Cid, su entrenador, el explusmarquista de triple salto y exseleccionador español, incapaz de hablar.
Lo cierto es que la plusmarquista nacional había arrancado con algo de suspense su actuación en tierras escocesas. Protagonizó una salida nula en los 60 metros vallas, quizá fruto de los nervios, de la presión de saberse favorita. Pero no defraudó. Tras la salida válida, corrió con soltura, se fue de sus rivales con facilidad y detuvo el crono en 8.07, a sólo una centésima de su mejor marca. Era un gran inicio, que le otorgaba 45 puntos sobre su más peligrosa rival, la belga Noor Vidts, actual campeona mundial. Una ventaja que ya no podría aprovechar. La lectura más positiva, dentro de la desgracia vivida en la aciaga mañana escocesa, es que María sólo tiene 22 años. Y muchísimo futuro. «Quería daros las gracias a todos por el ánimo que me habéis dado, por la bienvenida después de la lesión. Podéis estar seguros de que volveré», repitió.
La lesión de María Vicente fue la peor de las noticias en una jornada en la que también abrieron su participación en los 800 metros Mariano García y Mohamed Attaoui, dos muy serias opciones de podio para el atletismo español en Glasgow. Ambos tuvieron un comportamiento magnífico en sus series eliminatorias. Excelente y muy diferente. Attaoui, el joven de Torrelavega, corrió de menos a más, quedó a cola de grupo y cambió de ritmo cuando quiso. Mostró una gran velocidad final y terminó en 1:46.20, controlando y avanzando a la siguiente ronda sin agobios.
Mariano, ‘front runner’
Mariano García ha quedado como el gran puntal de esta selección tras el disgusto del pentatlón. El murciano, actual campeón del mundo, corrió con fuerza e inteligencia. Escogió la táctica opuesta a Attaoui. Hizo de ‘front runner’ y puso al pelotón a correr a su espalda. Mariano está en una gran forma este invierno y exhibe una zancada circular, muy potente. Dominó la prueba como quiso y marcó un gran crono de 1:45.81. Como si fuera un test de entrenamiento. Él solito.
También se clasificó para las semifinales de los 800 metros Lorea Ibarzábal, que hizo una carrera inteligente y registró un crono de 2:00.56, récord personal. Está en forma la madrileña, una de las exponentes del momento que vive el mediofondo femenino español, en pleno crecimiento. Lorena Martín, en cambio, quedó eliminada tras ser quinta en su serie.
Sergio López también consiguió el pase a las semifinales de los 60 metros. El velocista murciano entró tercero en su serie con un crono de 6.68. La prueba de la velocidad máxima vivió en Glasgow el apasionante duelo entre Coleman, el hombre de la salida fulgurante y Lyles, dotado de una aceleración potente a mitad de carrera. Femke Bol y Karsten Warholm, estos en el 400, fueron otras dos de las estrellas que inauguraron el campeonato.