Relaciones que hacen crecer
La recepción por parte de la Redacción a mis preguntas o indagaciones ha sido siempre impecable, asumiendo errores, limitaciones o dando contexto para justificar sus decisiones
Uno de los mejores hallazgos de este año como Defensora del Lector de ABC ha sido descubrir el enorme potencial de la relación entre los lectores y la Redacción. Una relación que ya tenía canales establecidos en las cartas al director, los comentarios en la versión ‘online’ o el botón rojo para reportar errores en la edición digital, pero que con la creación de esta figura el periódico ha querido reforzar y formalizar.
Se ha puesto de manifiesto que los lectores están atentos al contenido, en forma y fondo, y contribuyen señalando errores y erratas que en ocasiones escapan a los filtros previstos de edición. Esta misma semana Andrés Gómez de Valenzuela indicaba acertadamente que «en la reseña de Luis Alberto de Cuenca en el ABC Cultural, el retrato que dicen ser de Arthur Malory es en realidad de Enrique VII, el primer rey de la dinastía Tudor».
La preocupación por una información equivocada es, sin duda, la que lleva al señor Rico a alertar de lo que considera un error en el titular de una noticia acerca de los baños de sol que aconsejan los médicos entre marzo y octubre, sobre el que cree que «lo correcto sería de octubre a marzo, ojo en verano», y añade que «concerniendo a salud, el tema es grave». La responsable de la noticia, Sara Medialdea, confirma rápidamente que «he consultado con los responsables del Sermas y repiten que el informe hace mención literal a esos meses» como parte de las recomendaciones a ancianos y pacientes con osteoporosis, junto con «la ingesta de alimentos ricos en vitamina D para que el aporte sea adecuado».
También en estos meses los lectores han manifestado su queja o su perplejidad ante fallos de otra índole. Estos últimos días Enrique Pérez me ha señalado hasta en seis ocasiones que faltan datos en la información sobre la parrilla deportiva, «como el encuentro de Las Palmas-Osasuna de este domingo 25», que no aparecía. Con resignación añade que «no ha debido de llegar su sugerencia para que informen de los partidos al completo o no le hacen caso». Aunque se trata de un servicio que ABC tiene externalizado, he vuelto a recordar una vez más que para el lector el periódico es un conjunto, y que espera calidad en todas las secciones, independientemente de quién las elabore. Me comprometo a seguir este asunto, también con la ayuda de lectores atentos como el señor Pérez.
Otra preocupación patente durante estos meses ha sido la sección de cartas al director, un espacio muy apreciado, pero claramente insuficiente para dar cabida a todas las aportaciones recibidas. Ricardo Rodríguez se quejaba recientemente de que, en su carta publicada el 3 de febrero algunos «párrafos fueron subjetivamente suprimidos», pese a reconocer que «me parece correcto que ABC se reserve el derecho a extractar o reducir los textos». El volumen de cartas y la dinámica de la Redacción no hace posible esperar que cuando este ajuste se produce el periódico «se ponga en contacto con el lector para que dé su aprobación a la reducción», como reclama el señor Rodríguez, máxime cuando la posibilidad de que suceda está clara de antemano. Quizá cabría pensar si este espacio podría expandirse, al menos, en la edición digital, más allá de los comentarios de los suscriptores a las noticias que ya funcionan.
En estos meses tengo que reconocer que la recepción por parte de la Redacción a mis preguntas o indagaciones ha sido siempre impecable, asumiendo errores, limitaciones o dando contexto para justificar las decisiones tomadas. En ocasiones esto ha implicado que se hayan corregido noticias y procesos para mejorar la calidad de la información y la experiencia de los lectores, lo que pone de manifiesto la voluntad de todos de contribuir a que esta relación añada valor. A esto ha ayudado que los mensajes de los lectores siempre hayan sido muy educados, incluso cuando manifestaban una queja.
Cuando una relación es franca y se basa en el reconocimiento y el compromiso de ambas partes, es de esperar que solo puedan salir de ella cosas buenas. Yo espero seguir siendo testigo privilegiado y aportar lo que pueda para que así sea.