La relajada vida de los viejos terroristas de la RAF
La detención de Daniela Klette, buscada desde hace tres décadas en Alemania, destapa las tranquilas ocupaciones de quienes fueran miembros de la Fracción del Ejército Rojo
Peter-Jürgen Boock vive holgadamente –gracias a sus derechos de autor– con su mujer junto al lago Maggiore, en Italia
Un equipo de investigadores dirigido por el pódcast Khesrau Behroz, autor de ‘Legion: Most Wanted’, se propuso hace unos meses encontrar a una de las mujeres en la lista de los más buscados de Alemania, la terrorista de la RAF Daniela Klette. El periodista de ‘Bellingcat’ Michael Colborne les proporcionó un ‘software’ de reconocimiento facial con el que rastrearon las redes sociales y que halló un resultado altamente probable en la página de Facebook de un club de capoeira en Berlín.
Estuvieron muy cerca de atraparla, pero la idea de que una terrorista buscada desde hacía 30 años por las fuerzas de seguridad apareciese tan relajada y sonriente, en la capital y bailando capoeira, les resultó tan inverosímil que atribuyeron el hallazgo a un fallo en el programa de reconocimiento. Su detención, esta semana, en el berlinés distrito de Kreuzberg, ha confirmado aquella sospecha. La considerada miembro de la tercera generación del grupo terrorista Baader–Meinhof implicada en ataques con explosivos o con armas de fuego, y en reiterados atracos con los que financiaba su vida en la clandestinidad y en los que había muerto una persona, no sólo bailaba capoeira y paseaba diariamente a su perro, sino que también daba clases particulares de matemáticas a escolares rezagados y horneaba galletas en Navidad para sus vecinos. «Compraba siempre alimentos bio y me daba siempre muy buenos consejos sobre alimentación», declaró una vecina del bloque de viviendas a la radio local. «Recomendaba periodos de ayuno para purificar el organismo y hacer la propia pasta casera, para evitar el consumo de productos industriales». Sus conocidos no sabían exactamente de qué vivía, pero a nadie le extrañaba su inactividad laboral porque en este barrio de Berlín abundan los ciudadanos cuyos ingresos proceden exclusivamente de prestaciones sociales.
Autores de varios asesinatos
Su día a día era relajado, pero modesto, al menos en comparación con el que disfrutan otros destacados terroristas de la RAF. Peter-Jürgen Boock, por ejemplo, estuvo involucrado en el asesinato del banquero Jürgen Ponto y en el secuestro y asesinato del presidente de la patronal Hanns Martin Schleyer. El 5 de septiembre de 1977, Boock fue uno de los cuatro miembros de la RAF que mataron sin piedad a tres policías y al chófer
de Schleyer en ese mismo atentado. Hoy vive con su mujer Bárbara en una casa junto al lago Maggiore, un idílico paraje en Italia, según ha publicado el diario alemán ‘Tagesspiegel’. Vive holgadamente de sus derechos de autor.
Mientras estaba en prisión, Boock comenzó a escribir, su novela autobiográfica ‘Abgang’, que se publicó en 1988; el volumen de poesía ‘Vogelfrei’, que vio la luz en 1986; y el libro ‘El rapto y asesinato de Hanns Martin Schleyer’, que presentó en 2002 como una «ficción documental». Sus poemas ‘Amor de septiembre: volutas de niebla arrastradas’ y ‘Toda una vida: ¿recuerdas los escalofríos de diciembre?’ han sido orquestados para violonchelo y vibráfono.
Vocación literaria
Otro miembro de la RAF, Karl-Heinz Dellwo Dellwo, también desarrolló su pasión por la literatura en la cárcel, condenado a dos cadenas perpetuas por el asalto a la embajada alemana en Estocolmo en abril de 1975, en el que doce personas fueron tomadas como rehenes y dos asesinadas. Dellwo publicó después ‘En medio de la niebla’ y, tras su indulto, comenzó a trabajar como director y realizador de documentales. Fundó y dirigió hasta 2020 la editorial Laika y dirige la Galería de las Artes Asideras desde 2019 en Hamburgo. Hizo incursiones también en la restauración y, hasta 2018, dirigió el restaurante Cantina Popular, en Hamburgo, junto con el escritor Heinz Strunk. Dellwo sigue viviendo en la ciudad hanseática con su pareja, Gabriele Rollnik, exterrorista del movimiento 2 de junio y condenada a once años de prisión por su papel en el secuestro del político de la CDU Peter Lorenz.
La vocación editorial es, de hecho, una constante entre los antiguos miembros de la RAF. Brigitte Hogefeld, autora del atentado con bomba contra la base aérea de Rhein-Main de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos en agosto de 1985, en el que dos personas fueron asesinadas y 23 personas resultaron heridas, inició su libertad condicional en 2009 con unas prácticas con los editores Gießener. Se la consideró cualificada porque en la cárcel había aprovechado para estudiar Literatura y Psicología Social. Su tesis de maestría versó sobre la novela ‘El lector’ de Bernhard Schlink, y comenzó una tesis de doctorado sobre ‘Estructuras grotescas y memoria cultural en la literatura en lengua alemana de tercera generación’ que no llegó a terminar.
Su colega de banda terrorista Christian Klar, declarado culpable de nueve cargos de asesinato y once cargos de intento de asesinato y que salió anticipadamente de prisión en diciembre de 2008, rechazó una pasantía como técnico de escena que le había ofrecido el teatro Berliner Ensemble. En 2011 afirmó que se ganaba la vida como conductor, pero en febrero de 2016 se supo que Diether Dehm, ex miembro del Bundestag como diputado del partido Die Linke, había contratado a Klar como autónomo para mantener su sitio web.