ABC (Córdoba)

Escándalo arbitral en Mestalla

Gil Manzano pitó el final del partido justo cuando Brahim le puso un centro a Bellingham que acabó en gol

- RUBÉN CAÑIZARES VALENCIA

Vinicius, autor de dos goles, celebró el primero con el gesto del ‘Black Lives Matter’ y el segundo con las manos en las orejas

En Mestalla, anoche se jugaban dos partidos. En el primero había tres puntos en juego. En el segundo, la reputación del fútbol español. Por si acaso, y para no adelantar Las Fallas, el Madrid no jugó con fuego y, siguiendo indicacion­es del coordinado­r de seguridad, cambió a última hora su plan de llegada al estadio valenciani­sta. Esquivó la habitual entrada por la Avenida de Suecia para hacerlo por la calle Doctor Joan Reglá. Quedaba así desactivad­o el foco más conflictiv­o contra Vinicius.

Luego, sobre el verde, quien dio la nota fue Gil Manzano, que decidió pitar el final del partido en el minuto 100, justo cuando Brahim sacó un centro desde la banda derecha que remató Bellingham. Hubiera sido el 2-3, en un partido en el que el Valencia se puso con dos tantos de ventaja, que igualó un doblete de Vinicius, cuyas celebracio­nes encendiero­n Mestalla.

Los blancos jugaron de morado, segunda equipación de la pasada temporada. A Gil Manzano no le valía la azul marino de este curso ni tampoco la combinació­n camiseta negra y pantalón blanco. Tiquismiqu­is el extremeño.

El partido comenzó realmente en el minuto 27, cuando una cadena de errores del Madrid le quitó el tapón a la bañera. Hasta entonces, encuentro sin porterías ni áreas ni uys.

Todo lo agitó Valverde, en un grave error en la salida de balón, continuado por otro de Vinicius en la ayuda defensiva sobre Foulquier, ante el pasotismo de Mendy, un despiste en el segundo palo de Carvajal, al que le tenía cogida la espalda Fran Pérez, y una mala colocación de Lunin. Desubicado, el ucraniano dejó toda la portería libre para que Hugo Duro rematara con la cabeza el disparo en semifallo del canterano ché.

Cien segundos después, y aún con la cabeza en la luna de Valencia, Carvajal le regaló el segundo a Yaremchuk. Incomprens­iblemente, y ante la presión alta de los de Baraja, el lateral decidió dar un pase hacia atrás desde la banda en dirección al centro de la defensa. Pase suicida que acabó en asistencia para Yaremchuk, que ante la salida de Lunin le tiró un recorte y remató a portería vacía. Mestalla estallaba.

De repente, el Madrid perdía 2-0 y no sabia ni por dónde soplaba el viento. Como tampoco encontró explicació­n al 2-1, ya casi en el minuto cinco de la prolongaci­ón de la primera mitad. Carvajal y Valverde, dos de los señalados en los goles, fabricaron la jugada por banda derecha que acabó en un centro del lateral que se envenenó tras rozar el costado de Pepelu, Mamardashv­ili no logra despejar y Vinicius, bajo el espíritu de Raúl González Blanco, estaba donde tenía que estar para empujar el balón a la red. Séptimo tanto del brasileño contra el Valencia, al que más le ha metido en sus seis años en el Madrid.

El brasileño lo celebró cogiendo el balón de la portería mientras retaba a la grada de animación. Luego, ya camino del centro del campo, volvió a girarse hacia la zona más caliente de animación con el brazo derecho arriba y el puño cerrado. Black lives matter.

Ese 2-1 caído del cielo anunciaba una segunda mitad caliente. Y lo fue. Bellingham tuvo en el empate en el 54, tras hacerle un traje a Mosquera, su disparo obtuvo una respuesta brillante de Mamardashv­ili. Seis minutos después, quién se quedó con la miel en los labios fue el Valencia. Lunin despejó con su piernas un remate a bocajarro de Diego López.

Del carrusel de cambios, el que más impacto tuvo fue Brahim, que antes de darle el tanto del empate a Vinicius estuvo cerca de meterlo él en un disparo con el exterior desde el punto de penalti. Salio rozando el palo izquierdo de Mamardashv­ili.

Fue un par de minutos antes de ponerle desde la derecha un centro con música a Vinicius, que el brasileño mandó a la red en el 76. Su celebració­n encendió a Mestalla, que por un rato se habia olvidado de él. Primero se señaló el pecho recorriénd­ose toda la línea de fondo. Luego, al llegar al banquillo, se puso las manos en las orejas, como en su día hacía Riquelme, retando a la afición del Valencia para que le silbara más. Hugo Duro le recriminó el gesto y Modric le decía al delantero que se callara.

Pólvora apagada por la escalofria­nte lesión de Diakhaby. En una disputa, el cuerpo de Tchouaméni cayó por completo sobre su pierna derecha. Manos a la cabeza de todos los jugadores. Epílogo dramático y polémico, con un penalti señalado por Gil Manzano que le corrigió el VAR y un pitido final justo cuando Brahim centraba y Bellingham anotaba de cabeza. Escándalo, trifulca y roja a Bellingham.

 ?? // AFP ?? Vinicius discute con Gayà en presencia de Jude Bellingham
// AFP Vinicius discute con Gayà en presencia de Jude Bellingham

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain