Brasil y Francia apoyan gravar más a las grandes fortunas
La financiación de la transición ecológica, la tributación de las grandes fortunas y el combate contra la desigualdad fueron los grandes temas de la reunión de ministros de Finanzas del G-20, celebrada esta semana en la ciudad brasileña de Sao Paulo, que acabó sin una declaración conjunta. Brasil, país anfitrión que preside este año el grupo de las mayores economías del mundo, presentó la propuesta de un acuerdo global para establecer un impuesto mínimo para las grandes fortunas, y recibió el apoyo de Francia.
El ministro de Economía brasileño, Fernando Haddad, pidió a los países del G-20 que coloquen las desigualdades sociales y el cambio climático como retos globales, ante el riesgo de que se agrave la crisis migratoria. Haddad propuso también la creación de un impuesto global mínimo sobre los ricos y recibió el apoyo del ministro francés de Economía,
Bruno Le Maire. «Tenemos que conseguir que los multimillonarios del mundo paguen los impuestos que les corresponden. Creemos que un impuesto mínimo sobre la riqueza podría contribuir a resolver cuestiones globales», propuso el brasileño, en referencia a una fiscalidad progresiva y que los multimillonarios paguen más impuestos.
El ministro francés apoyó la iniciativa y afirmó que Francia quiere «acelerar» las negociaciones internacionales para establecer una fiscalidad mínima para los multimillonarios. «Hoy existe la posibilidad de que los más ricos eviten pagar el mismo impuesto sobre la renta que otros menos ricos. Queremos evitar esta optimización fiscal», dijo Le Maire.