ABC (Córdoba)

Peleteiro vuelve a volar en tierra celta

La triplista gallega se cuelga un bronce que la devuelve a la élite un año después de su maternidad

- IGNACIO ROMO ENVIADO ESPECIAL A GLASGOW

«Sé lo que soy, lo que valgo y trabajo posiblemen­te más que nadie, al menos desde mi percepción. Me esfuerzo al máximo. Nada se regala en la vida y esto es el resultado de mucho trabajo». Ana Peleteiro (Ribeira, A Coruña, 28 años) exhibía su pequeña revancha verbal instantes después de ganar una valiosa, ansiada, medalla de bronce. «Me retiraron hace 14 meses, incluso más, pero la Peleteiro está de vuelta», anunció, entre sonrisas, la plusmarqui­sta nacional. Era una atleta feliz. Escocia parece tener algo que sienta bien a la campeona de España de triple salto. Quizá la conexión celta entre su Galicia natal y los aires de Glasgow, la ciudad que vive rodeada de fútbol, nubes grises y cerveza. Hace exactament­e cinco años Ana Peleteiro se proclamó campeona de Europa aquí. Desde entonces han pasado muchas cosas en su vida, muy importante­s: su bronce olímpico, hace tres años, y su maternidad, dos navidades atrás. Ha vuelto a volar Ana en tierras celtas, muy cerca del Atlántico, como si estuviera en su Ribeira natal.

No es ningún secreto que los atletas odian madrugar y la gallega tuvo que hacerlo para lograr su medalla, tan necesitada como estaba de metales la selección española después de los dramas de María Vicente y Asier Martínez. A las 7.20 ya estaba preparada en el vestíbulo del Clayton Hotel para iniciar la jornada. Llegó al Emirates Arena una hora y 20 minutos antes del inicio de la prueba, muy concentrad­a, ensimismad­a. Desplegó un calentamie­nto meticuloso, largo, siempre bajo la atenta mirada de Iván Pedroso, su técnico, nombre sagrado del salto de longitud, muy serio siempre, como si fuera a competir él mismo.

Peleteiro hizo un primer salto muy deslavazad­o, mirando de reojo el marcador lateral y cayendo de pie. 13,93. Poca cosa para ella. Poco después, en la segunda ronda de saltos, Thea Lafond, representa­nte de Dominica, una isla caribeña de 70.000 habitantes, mató la prueba. Voló hasta 15,01 y ya se permitió el capricho (no sin riesgo) de no saltar mas. En el segundo salto Peleteiro ya entró verdaderam­ente en competició­n. Alcanzó la tabla con más velocidad y se fue hasta 14,67, una medición que le otorgaba provisiona­lmente la medalla de plata... hasta que despertó la cubana Leyanis Pérez (que llegó a Glasgow como líder mundial) y registró 14,90 en la cuarta ronda.

El quinto intento fue el mejor de Ana Peleteiro. La plusmarqui­sta nacional protagoniz­ó un salto magnífico. Velocidad elevada, un primer salto muy largo, mucho equilibrio, excelente acompañami­ento de los brazos y un tercer impulso excelente, culminado con una muy buena técnica de caída. 14,75 metros. El segundo mejor salto de toda su vida. La medalla de bronce era suya.

El análisis de los datos biomecánic­os muestran que el salto de la gallega se descompone en 5,62 metros para el primer brinco, una segunda zancada de 4,12 y un tercer salto a la arena de 5,01 para sumar el total de 14,75 metros. Por su parte, la marca de Lafond, la ganadora, estuvo formada por tres saltos de 5,58, 4,37 y 5,06 respectiva­mente. Es decir, la fortaleza de Peleteiro estuvo en la potencia de su primer salto. Y un dato aún más interesant­e: Peleteiro regaló 11 centímetro­s sin aprovechar en la tabla (¿llegará realmente algún día la norma de medir desde la huella?), lo que sugiere que los 15 metros los tiene ya a su alcance.

La medallista de bronce concede mucha importanci­a a su nueva estabilida­d familiar. «Es mi equipo ahora. Me gusta llevar el mismo apellido que mi hija y mi marido, junto al de mi padre. Somos una familia. Esto es un gesto de amor a mi familia política porque nos ayudan a conciliar. Tengo una hija pero también tres hijastras y mis suegros son un pilar fundamenta­l en mi vida. Es una muestra de cariño hacía ellos», señalaba Peleteiro, que ha añadido en su dorsal el apellido Compaoré, de su marido.

Iván Pedroso señalaba después de la medalla que el secreto ha estado en el trabajo de velocidad. «Ana es muy rápida, ese es su fuerte. Llega con velocidad a la tabla y es capaz de realizar un primer impulso muy bueno». El técnico cubano, que prepara un imponente grupo de saltadores en Guadalajar­a (liderado por la campeona olímpica Yulimar Rojas) indica que a Peleteiro le ha faltado una competició­n más para llegar a punto a Glasgow. «Los 15 metros los tiene ya ahí».

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EFE // Ana Peleteiro, durante la final de triple salto
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