El presente y el futuro de la perdiz salvaje, a debate
▶Amigos de esta ave, cazadores y agricultores celebraron una tertulia para tratar su situación actual
Los cazadores lo sabemos bien: la abundancia o escasez de perdiz depende de la cría. De acuerdo que es algo de perogrullo –«que a la mano cerrada llamaba puño»–, aunque ahondar en las causas de la buena o mala reproducción anual de la patirroja ya es otro cantar.
Hace no muchos años, estas causas venían a buscarse fundamentalmente en cuestiones climáticas: fríos, pedriscos o sequías a deshoras; las variables que no podíamos controlar los cazadores. El resto no suponía un serio problema, al menos la agricultura no era lo agresiva que es hoy y los predadores se controlaban al amparo de la Administración. Actualmente son muchas las posibles causas a valorar para explicar la escasez de perdiz en nuestros campos; y, con el propósito de debatir sobre este tema, nos reunimos a comer este año, cerca de Corral de Almaguer, un grupo variopinto de amigos apasionados de la perdiz, muchos de ellos también agricultores, que gestionan sus propias fincas con notable éxito y abundancia de perdices salvajes.
La idea surgió cazando en el coto conquense de Francisco Mira, ‘el rey del ajo’, donde, como otros años, acudimos a su convocatoria perdicera y pudimos comprobar que, a pesar de la mala cría de este año y gracias a los desvelos y la acertada gestión de Paco, las perdices abundaban. Para Juan Delibes y quien suscribe, que cazamos un coto cercano y similar, antaño fecundo, en el que nos vimos abocados a dejar de cazar las escasas perdices el segundo día de temporada, la pregunta era obvia: ¿Qué diferencia a nuestros cotos?
Tras comentar brevemente esta cuestión, la diferencia más palmaria que advertimos es que nuestro coto se encuentra en un estado muy salvaje y no desarrollamos gestión de ningún tipo; apenas intervenimos, dejándolo a merced de la naturaleza –que más o menos es lo que defiende el ecologismo actual– mientras que tras el suyo hay un serio trabajo de gestión.
Así que, para profundizar un poco más, Eusebio Santiago, ingeniero técnico agrícola de la Junta de Castilla-La Mancha y agricultor experto en temas relacionados con la PAC, tiró el guante, que él mismo recogió, para organizar dicha comida y debatir el asunto más pormenorizadamente. De las conclusiones que sacamos intentaré hacer un resumen.
Además de como interesante tertuliano por su conocimiento del campo y de la perdiz en particular, Ismael Tragacete hizo de cocinero y preparó unas deliciosas gachas con espárragos, que disfrutamos mientras unos y otros exponíamos nuestros puntos de vista. Recordamos las cacerías de hace tres décadas, cuando en el coto social de su pueblo cazábamos la cuadrilla las treinta perdices del cupo mientras lamentábamos lo que ya había bajado la población de perdiz con respecto a años anteriores; ese día, comentaba Ismael con tristeza que llevaba ocho años sin salir a cazarlas y que ni siquiera veía una cuando salía al campo. Para él, según sus palabras, «lo peor son los predadores, peor aún que la agricultura, y el más dañino es el jabalí, y si no es cierto que no me termine este botellín». En nuestro coto matamos alguno de cuando en cuando, lo que no sirve de mucho y la prueba está en que nuestro vecino en una pequeña batida cobró este año sesenta y nueve, lo que hace un tiempo habría sido de todo punto imposible. También insistió Tragacete en la incidencia de los gatos asilvestrados y ponía como ejemplo los cuarenta y nueve con los que se hizo hace algunos años en un coto de apenas 500 hectáreas. En esto coincidió la mayoría: en lo dañino de la abundancia, pues además de rapaces, córvidos, zorros, hay también meloncillos, incluso cigüeñas. Yo mismo pocos días antes me había topado con cientos de estas alrededor de una charca en Colmenar Viejo, en la que seguro que ya no quedaba ni una rana; y recordé la descripción de un amigo de cómo una se comió una pollada de perdices entera: «como si los perdigones fueran aceitunas».
La importancia del control de predadores ha quedado demostrada por recientes proyectos científicos realizados en Extremadura, en los que se ha constatado que en una serie de cotos sometidos a control durante tres años, las poblaciones de perdiz han au
Los cuatro pilares que afectan a la perdiz son: la alimentación, los predadores, el estado sanitario y el hábitat
El grado de incidencia de los problemas que atañen a la perdiz es distinto en cada zona
mentado en un 58%, mientras que en otros cercanos en los que no se ha realizado, el descenso fue del 65,5%.
Muy respetada para los presentes es la opinión de Francisco Nicolás Arce, murciano que gestiona su propio coto en Albacete, donde, según parece, ha conseguido densidades de perdiz asombrosas. Cuenta su tocayo Mira que sigue sus consejos de desparasitación. Nicolás hace un seguimiento muy serio de las perdices, incluso analizando algunos intestinos para controlar los tipos de parásitos que puedan tener, y estudia las mejores épocas para el tratamiento adecuado. También limpia los comederos con piedra caliza para absorber la humedad provocada por las heces y evitar así contaminaciones. Esto vendría a paliar las deficiencias en uno de los cuatro pilares que, a su parecer, sustentan a la perdiz autóctona: el sanitario. Los otros tres serían los predadores, la alimentación y el hábitat.
Un caso insólito
Paco García Berenguer, perdigonero también murciano y con finca en Albacete, acudió con su encargado, Peporro Gómez de Benejúzar, y ambos expusieron un caso realmente llamativo, la sorprendente expansión y explosión de las poblaciones de perdiz en la Vega Baja del Segura, en la zona de Orihuela. Al parecer, las perdices prosperan de tal modo que se puede solicitar permiso para su caza por daños en cualquier época del año. Lo más sorprendente es que no se trata de un terreno que sobre el papel sea muy perdicero, ya que las aves campan en parcelas de regadío, espacios pequeños de huertas, plantaciones de alcachofa, lechuga, alfalfa…, tradicionalmente más querenciosos para la codorniz. ¿Qué tiene a su favor entonces este entorno? Pues, teniendo en cuenta los pilares de Nicolás: primero el hábitat, que, aunque de regadío, es variado y ofrece buena cobertura. Por otro lado, no existen más predadores que algún gato asilvestrado, las perdices disponen de alimento durante todo el año y todo esto unido a que los pesticidas han ido desapareciendo en los últimos años ha propiciado seguramente también su buena salud.
La nueva PAC
Nuestro anfitrión, Eusebio, vino con sus hermanos, Eduardo,
Luciano y José Luis Santiago, y con Germán Flores, su socio y amigo. Entre todos ellos expusieron de forma esclarecedora las luces y sombras de la nueva Política Agraria Común (PAC) y sus posibles consecuencias con respecto a la perdiz.
Uno de los grandes problemas que tiene hoy este animal es la industrialización del campo y ese afán por primar la producción. Para Eusebio, en la nueva reforma de la PAC se establecen unos condicionantes tanto de carácter obligatorio como voluntario (estos últimos subvencionados) para ciertas prácticas agronómicas beneficiosas para la fauna, y en concreto para la perdiz roja, que pasamos a enumerar en el recuadro adjunto.
Todas las propuestas medio ambientales que plantea la nueva norma no deberían verse incluidas en las justas protestas recientes de los agricultores que, aunque esencialmente van en otra dirección, como la demanda de que los precios de nuestros productos nacionales deban competir en igualdad de condiciones con los de fuera o evitar las intrincadas burocracias del cuaderno digital, muchas veces caen en el mismo saco. Si el agricultor no viera que las ayudas se encuentran estancadas y no percibiera cada vez menos, seguro que adoptaría gustoso estas medidas.
La perdiz roja salvaje es prácticamente un endemismo de la Península Ibérica; es decir, un patrimonio natural incuestionable de nuestra tierra. Si bien sus poblaciones han mermado alarmantemente en muchas zonas, hay cazadores apasionados, como los asistentes a esta reunión, que mantienen, a base de esfuerzo, dinero y privaciones cinegéticas, unos saludables contingentes de perdices en los cotos que gestionan, lo que garantiza su futuro.
Por este motivo, la propuesta ecologista de incluir a esta ave en la lista de especies vulnerables, lo que sería la antesala de la prohibición de su caza, además de absurda es imprudente, ya que podría suponer que esos esfuerzos de los cazadores dejaran de realizarse.
En lo personal, siento cierto grado de optimismo tras esta reunión, al menos tengo más certezas para pensar que es posible recuperar esta joya de nuestros campos, que integrar la agricultura en un medio ambiente más sano es el primer paso, que los cazadores y los agricultores podemos hacer mucho en ese sentido y, lo más difícil, que si las Administraciones lo entienden y lo facilitan lo demás irá rodado. La perdiz es muy agradecida.
La nueva PAC contempla actuaciones que pueden ser muy beneficiosas para luchar contra la escasez de perdices
Lo que beneficia a la perdiz es también bueno para otras muchas especies de todo tipo