‘Nina’, o cómo vengarte de tu depredador cuando todo el mundo calla
La sección oficial a concurso del Festival de Málaga ganó intensidad ayer con la presentación de ‘Nina’, la segunda película de la directora Andrea Jaurrieta, que regresa al certamen cinco años después de su debut con ‘Ana de día’. Esta vez, Jaurrieta transporta a un mundo de venganza y justicia en un contexto que evoca el salvaje oeste, pero con un mensaje contemporáneo sobre los abusos, la venganza y el silencio.
«Tenemos que hablar de estas cosas, porque el silencio solo perpetúa estos comportamientos», aseguró la directora durante la rueda de prensa posterior a la proyección, que ha finalizado con una gran ovación del público. El filme, protagonizado por Patricia López Arnáiz, quien brilló el año pasado en el certamen con ‘20.000 especies de abejas’, adapta la obra teatral de José Ramón Fernández, llevando a la protagonista por un viaje de huida y regreso a un pueblo para enfrentarse a fantasmas del pasado.
‘Nina’ desafía los estereotipos al retratar la complejidad de los personajes involucrados en el abuso, mostrando cómo estos comportamientos estaban normalizados en la sociedad de la época en una denuncia que no se limita solo al brazo ejecutor, sino que también deja en evidencia la complicidad del silencio.
«La mujer de Antonio Machado tenía 13 años», subrayó la directora para asegurar que «cuando algo está naturalizado no se ve». Jaurrieta huyó del maniqueísmo y evitó una película de buenos y malos. «Es muy fácil construir un monstruo, es el malo y ya está», explicó al analizar la figura de Pedro.
«Era una historia muy dolorosa», afirmó, por su parte, Patricia López Arnáiz. «Es ‘heavy’ ver las experiencias de chavalas superjóvenes que entran en una espiral de la que no saben cómo salir... A veces juzgamos desde el desconocimiento y en el caso de los menores yo creo que el consentimiento no habría ni que cuestionárselo, porque todavía no han vivido, no tienen la experiencia».