De internacional a repudiado
▶ La polémica de Mestalla enfanga a Gil Manzano, que apunta a ser el representante arbitral español en la Eurocopa
A las puertas de los partidos de vuelta de octavos de final de la Champions, la Liga y el nombre de uno de sus árbitros de cabecera, Jesús Gil Manzano, volvieron a devorar ayer minutos de radio y televisión. También informaciones en las ediciones digitales de los periódicos, incluso internacionales, y conversaciones en bares y oficinas. Las imágenes no dejan duda alguna de que decretaba el final del Valencia-Real Madrid (2-2) antes del centro de Brahim que Bellingham cabeceaba a la red, un gol, fuera de tiempo, que habría dado el triunfo a los de Ancelotti si el silbato no hubiera sonado. El madridismo, sin embargo, continúa encendido e indignado porque no entiende la gestión de la jugada por parte del internacional, el principal candidato a representar al arbitraje español en la Eurocopa 2024 pese al ruido generado a su paso. El extremeño debía haber pitado justo después de despejar el guardameta Mamardashvili el córner que daba lugar al posterior pase de Brahim o bien aguardar a ver cómo terminaba la siguiente acción de ataque del centrocampista. Un error que debe costarle algunas jornadas sin dirigir encuentros, la famosa nevera, como sucediera la pasada temporada con Ortiz Arias por una decisión similar en un Valladolid-Sevilla. Un fallo que no dio tanto que hablar ni desató tanto debate.
Aunque el Comité Técnico de Árbitros (CTA) nunca oficializa sus sanciones, el colegiado madrileño sufrió la nevera en la Liga 2022-23 por anular un gol al vallisoletano Escudero justo antes del descanso, también en una segunda jugada tras un saque de esquina. El equipo pucelano, que acabaría perdiendo la categoría, recibía tres tantos en la segunda parte y terminaba derrotado (0-3). Como ocurre al final de cada jornada, el seminario del CTA abordará en su reunión del próximo viernes lo ocurrido con Gil Manzano en Mestalla y otras jugadas polémicas.
Miembro de la Asamblea en la Federación Española de Fútbol como representante de su colectivo, Gil Manzano es una de las figuras del gremio mejor consideradas por Luis Medina Cantalejo. Aunque el CTA y su máxima autoridad no se han pronunciado públicamente sobre la polémica de Mestalla, las críticas al extremeño, un colegiado con once años de experiencia en el fútbol de alta competición, se han sucedido desde que acabara el duelo del pasado sábado. Una de las más contundentes, la del exárbitro Antonio Miguel Mateu Lahoz, en activo hasta el pasado curso y ahora comentarista en medios de comunicación. «Lo que preocupa es que sea un árbitro con esa experiencia. Es un tema de entendimiento del fútbol, es un error sistemático, como el de Valladolid la temporada pasada», lamentaba en los micrófonos de Cope.
Incredulidad reflejada también en las páginas de numerosos periódicos deportivos y generalistas de Europa y de otros continentes. En alguno de ellos se ha llegado a comparar el pitido de Gil Manzano con una de las decisiones arbitrales más controvertidas en la historia de los Mundiales. El gol que se anulaba a Brasil en su empate en el partido de debut ante la selección sueca (1-1) en la Copa del Mundo de 1978 después de que el galés Clive Thomas decretara el final del choque cuando el balón aún volaba por los aires tras la ejecución de un saque de esquina por parte de Nelinho. El remate del mítico Zico, como en el caso de Bellingham en Mestalla, acababa en la red, pero el tanto no subía al marcador.
Incluso un personaje tan alejado del madridismo como Gerard Piqué ha empatizado con el equipo blanco y también ha atizado a Gil Manzano. «Yo entiendo que el Real Madrid pueda llegar a quejarse, tenía que haber pitado mucho antes, no está mal pitado, está pitado tarde. Todos sabemos ya el nivel que tiene este árbitro», dijo el exjugador del Barcelona durante una charla con Ibai Llanos en su canal de Twitch. La de Mestalla, sin embargo, no es la primera ocasión en la que Gil Manzano se convierte en centro de polémica por sus decisiones. La de advertir a los jugadores en Mestalla que el córner era la última jugada del partido, algo a lo que no le obliga el reglamento, acabó traicionándole.