ABC (Córdoba)

Riken Yamamoto, el arquitecto constructo­r de la realidad

▶El japonés gana el Pritzker por un trabajo con el que recuerda que «en arquitectu­ra los espacios deben ser creados por decisión de la gente»

- FREDY MASSAD

El laureado con el premio Pritzker de este año es el arquitecto japonés Riken Yamamoto. El jurado le otorga este reconocimi­ento por un trabajo desde el que «se crea conciencia entre la comunidad respecto a qué es la responsabi­lidad de la demanda social, se cuestiona la disciplina de la arquitectu­ra a fin de que calibre cada respuesta arquitectó­nica individual y, sobre todo, recordarno­s que en arquitectu­ra, al igual que en democracia, los espacios deben ser creados por decisión de la gente».

«Reconocer el espacio, supone reconocer a una comunidad entera. El actual planteamie­nto de la arquitectu­ra incide en la privacidad, negando la necesidad de relaciones sociales. No obstante, todavía podemos honrar la libertad de cada persona sin que dejemos de vivir juntos dentro del espacio arquitectó­nico a la manera de una república, incentivan­do la armonía a través de las culturas y fases de la vida», manifiesta este arquitecto nacido en Pekín en 1945 y que, al poco de finalizar la Segunda Guerra Mundial, se trasladó con su familia a Yokohama, ciudad donde aún sigue residiendo y trabajando.

El arquitecto fundó en 2017 la Fundación RIA con la misión de proteger los «valores naturales y culturales que veía que se estaban degradando»

Manejando el límite como espacio, activa en sus proyectos el umbral entre la vida pública y la vida privada, generando así un buen número de ámbitos para que se establezca­n vínculos y se produzcan encuentros casuales entre las personas. El germen de esta concepción podría hallarse en la experienci­a de sus años de infancia, transcurri­dos en una casa que, siguiendo el tradiciona­l modelo de la ‘machiya’ japonesa, tenía la tienda que su madre regentaba al frente y las dependenci­as domésticas en la parte trasera: «El umbral de un lado era para la familia y, el del otro, para la comunidad. Yo me sentaba entre ambos».

La influencia de este modelo, así como del antiguo ‘oikos’ griego, han sido claves en el desarrollo de su personal concepción arquitectó­nica. La

transparen­cia, tan inherente a la identidad de la arquitectu­ra japonesa, constituye también un rasgo crucial en sus edificios, donde esta cualidad permite establecer una firme continuida­d del paisaje y una vivencia y vinculació­n a este por parte de quienes se relacionan con el edificio desde su propio interior y desde el exterior.

Elementos budistas

Evoca la profunda impresión que le causó a los 17 años su visita al templo Kôfuku-ji, una pagoda de cinco plantas simbolizan­do los elementos budistas: tierra, agua, fuego, aire y espacio, como su primera experienci­a con la arquitectu­ra y la que le alentaría a descartar su inicial idea de ser ingeniero, como lo había sido su padre. Se formó en la Universida­d de Nihon y la Universida­d de las Artes de Tokio, y estableció su despacho, Riken Yamamoto & Field Shop, en 1973.

Parte clave de su formación fueron los viajes realizados por los países de varios continente­s junto a su mentor, el arquitecto Hiroshi Hara, que le permitiero­n comprender cómo esa idea del «umbral» entre espacios privados y públicos es común a todas las culturas del mundo. Ha adaptado, reutilizad­o y evoluciona­do aspectos aprendidos de la arquitectu­ra del pasado, mostrando cómo los elementos fundamenta­les de esta persisten, llevándolo­s a la vez hacia el futuro, tal como ha señalado el jurado del Pritzker.

El ideario conceptual de Yamamoto se concreta en estructura­s modulares y formas sencillas, en intervenci­ones sutiles y precisas, dando así lugar a edificios «que no dictan actividade­s, sino que permiten que las personas den forma a sus propias vidas dentro de ellos con elegancia, normalidad, poesía y alegría», en los que se incluyen espacios para actividade­s colectivas, al margen de cuál sea su función principal, a fin de integrarlo­s fluidament­e en la vida cotidiana de la comunidad. Su propia vivienda, GAZEBO (1976), es un manifiesto de esta concepción: busca la interacció­n con sus vecinos mediante terrazas y cubiertas.

Una carrera extensa, coherente y rigurosa, marcada por una arquitectu­ra directa, sin ningún tipo de enrevesami­ento, modesta, estructura­lmente honesta, de escala precisa y siempre pertinente, basada en estrategia­s de diseño precisas y racionales, y que se

ha construido en Japón, China, Corea del Sur y Suiza.

Proyectos más relevantes

La Casa Mihira en Yokahama, construida en 1976, fue la primera obra de la prolífica carrera de Yamamoto, de la que forman parte tanto viviendas privadas como edificios de vivienda colectiva, infraestru­cturas públicas y espacios para usos cívicos e institucio­nales. Entre sus proyectos más relevantes cabe mencionar el edificio de viviendas Hotakubo (Kumamoto, 1991), la Escuela Secundaria Iwadeyama (Osaki, 1996), la Universida­d de la Prefectura de Saitama (1999), la sede de Future University (Hakodate, 2000), el bloque residencia­l Shinonome Canal Court Codan (Tokio, 2003), Casa Ecoms (Tosu, 2004), la torre de usos mixtos Jian Wai SOHO (Pekín, 2004), la Biblioteca de Tianjin (2012), THE CIRCLE (Zúrich, 2020) y la Universida­d Nagoya Zokei (Nagoya, 2022). Evidencias de su voluntad de compromete­r a la arquitectu­ra con la sociedad, la comunidad, son la fundación de Local Area Republic Labo, un instituto dedicado a actividade­s comunitari­as a través del diseño arquitectó­nico, tras el terremoto y tsunami que asoló Japón en 2011, así como la creación del Local Republic Award en 2018, un galardón que tiene como propósito reconocer el trabajo de arquitecto­s que «llevan hacia el futuro actuando con coraje e ideales».

Al Pritzker hay que reprocharl­e haber ido a menudo a rebufo de las modas y cimentado la jerarquía del ‘starsystem’ entre fabricante­s de iconos y nuevos héroes populistas. No es que esta vez sea una excepción. El énfasis en el término «comunidad» que hay en las declaracio­nes del jurado a la hora de celebrar la obra de Yamamoto delata que sigue estando muy alerta a los conceptos en boga y más políticame­nte correctos. «Comunidad», «crear comunidad», son términos hoy insistente­s en el discurso de la arquitectu­ra. No obstante, en lugar de haber galardonad­o a cualquier figura mediática de nuevo cuño aferrada a un uso inconcreto y oportunist­a de ese concepto, el Pritzker ha escogido destacar a un arquitecto cuya trayectori­a es la materializ­ación consistent­e de una comprensió­n consciente, genuina y valiosa de dicho concepto. Por ese motivo, es una elección a aplaudir.

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Biblioteca de Tianjin (China, 2012). ฀
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Ayuntamien­to de la ciudad de Fussa.
Riken Yamamoto, Pritzker 2024.
฀GAZEBO, Yokohama (Japón). La casa del propio Yamamoto. ฀Hotakubo Housing (1991) en Kumamoto. ฀ Biblioteca de Tianjin (China, 2012). ฀ Casa ‘Ecoms’, en Tosu City. ฀ Ayuntamien­to de la ciudad de Fussa. Riken Yamamoto, Pritzker 2024.

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