ABC (Córdoba)

El viaje a ninguna parte

El actor participa en la película ‘Un hipster en la España vacía’, de Emilio Martínez-Lázaro

- PEP GORGORI Verbolario Fantasía, POR RODRIGO CORTÉS Opinión que uno tiene de sí mismo.

Tito Valverde es uno de esos entrevista­dos a los que puede uno preguntar cualquier cosa sin tapujos, porque él va a responder lo que quiera, tenga que ver o no con la cuestión planteada. Hablar con él es como hablar con varios de sus personajes a la vez, de modo que a la práctica es como si uno de ellos escuchara la pregunta atentament­e para, acto seguido, levantarse de la silla y dejar que hable otro que no estaba ahí cuando se la formulaban. Si lo hiciera otra persona resultaría enervante. Pero si lo hace él, la verdad, es divertido. Ahora bien, lograr que hable del peor viaje de su vida, en estas condicione­s, es poco menos que una misión imposible.

«El peor viaje de mi vida ha sido el viaje a ninguna parte», dice para salir del paso, citando la película de Fernando Fernán Gómez, «de los pocos a los que admiro, casi el único». En esa cinta, Fernán Gómez era el jefe de un grupo de actores de comedia que, poco a poco, ven cómo el cine les va hundiendo el negocio. «Es el viaje del cómico de toda la vida, que vas viajando y viajando y no sabes a dónde vas», dice Valverde. Pero a continuaci­ón vuelve a la pregunta original. «No sé, en mis últimos viajes… Para rodar ‘Un hipster en la España vacía’, de Emilio Martínez-Lázaro tuve que coger el tren, ir de Atocha a Zaragoza y de ahí en coche a Fuentespal­da». No es fácil llegar a esa población turolense, pero tampoco hay para tanto. «Ha sido un viaje gracioso», dice al final. «Hacer esta peli ha sido un placer, por el director. Es una comedia muy divertida, y he conocido gente nueva. La película es muy simpática». Hecha la publicidad –en este caso más que justificad­a, porque se trata de una comedia francament­e simpática–, regresa nuevamente a la cuestión de los viajes. «Los ha habido peores, pero... mira, el viaje a ninguna parte, punto. Si voy a buscar otro, vamos a salirnos con una película que rodé no sé dónde», argumenta, para añadir: «A mí los aviones, cada vez menos... Y los viajes largos no...». Viajes largos no sé, pero viajes circulares estamos haciendo unos cuantos, porque de repente volvemos a Fernán Gómez: «Ese vozarrón [lo imita]… pero yo para mi gusto, nunca me he acabado de creer que tuvieran ese soniquete, ese tono para diferencia­r lo que era el cómico». Cuando empezaba en el cine, le decían que los actores de teatro eran demasiado exagerados: «Si te fijas en las películas de antes, ¡hay un tono brillante que siempre están diciendo las cosas! [imita ese tono entre triunfal, sobreactua­do y algo acelerado de algunas escenas]». Para y, por un momento, se pone reflexivo: «Que bueno, ni tanto ni lo de ahora, que hay gente que hace [bisbisea] y no se

entiende nada». La lavadora en que se ha convertido la entrevista hace un rato da unas cuantas vueltas más y ya no se sabe si estamos en el prelavado, el aclarado o el centrifuga­do. Lo que es evidente es que aquí nadie ha echado suavizante. Cambio de tema. «Estamos en Málaga presentand­o la película, y Málaga ha sido fundamenta­l para mi vida artística y personal, aquí desperté al mundo del espectácul­o». Lo hizo con el Grupo Ara, impulsado por Ángeles Rubio Argüelles, excelente cantera de actores. «De aquí salté a Madrid, es ese viaje a ninguna parte que no sabía a dónde iba, pero yo me dejaba llevar. Siempre me he dejado llevar. Y me ha ido muy bien».

Le hago notar que se nos acaba el rato que habíamos previsto. El tiempo pasa rápido, comento. «¿Me vas a contar que pasa rápido el tiempo? ¿Me lo vas a contar?», se carcajea, para retomar la única pregunta que he logrado formularle entera y que sigue sin respuesta. Pero parece que ahora sí: «El viaje más incómodo y más difícil fue quizá cuando viajé de Málaga hacia Madrid para intentar buscar trabajo. Me pilló la mili por medio. Ya hablaremos de mi vida, cuando tengas tiempo y ganas. A lo mejor un día, antes de que se me vaya la olla, lo resumo un poco todo, porque, creo, tengo una vida interesant­e. Creo, nada más. No estoy seguro». Ahora que ya tenemos la respuesta, procedo a dar por terminada la conversaci­ón. Estamos a punto de despedirno­s, pero parece que al tambor le debían quedar aún un par de vueltas, de esas que dan para que la ropa no se arrugue tanto: «El peor de viaje de mi vida es a partir de los setenta. Estoy aprendiend­o a vivir a partir de los setenta años. Porque ya tengo más citas con los médicos que... las que tenía antes. Y ojalá dure mucho, este viaje».

 ?? ??
 ?? ??
 ?? // MAYA BALANYA ?? El actor español Tito Valverde
// MAYA BALANYA El actor español Tito Valverde

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain