Enresa invertirá 150 millones en la ampliación de El Cabril, que duplicará aforo
▶El presidente de la sociedad estatal, José Luis Navarro, desgrana los detalles de una actuación clave ▶La capacidad del centro está al 82 por ciento, con vistas a que lo que ahora está construido se llene en 2028
IMPACTO positivo en la economía local, impacto nulo en el medio ambiente, en la salud y en la alimentación. La Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (Enresa) es pública, pero presume de ser una empresa de Córdoba por tener en su territorio, en El Cabril, su principal centro, que es el almacén de restos de baja y media intensidad.
De sus proyectos y de la energía nuclear habló ayer en Córdoba el presidente de Enresa, José Luis Navarro, en el ciclo La Mirada Económica que organiza ABC. La cita celebrada en el centro cultural José Luis García Palacios, de la Fundación Caja Rural del Sur, estuvo arropada por representantes del mundo económico y político.
La actividad de La Mirada Económica de ABC se desarrolló, como es habitual, en formato de conversación con el director de ABC Córdoba, Francisco J. Poyato, y en ella se comenzó hablando del proyecto de ampliación del centro, que incluirá 27 celdas para residuos de media, baja y muy baja intensidad, y que ya está en marcha tras contar con las últimas aprobaciones.
Fases
Navarro detalló que la inversión será de 150 millones en el calendario entre 2027 y 2035, y se hará por la zona sureste de El Cabril, en la Sierra de Hornachuelos. En una primera fase incluirá doce celdas y en una segunda quince, pero la inversión se repartirá de forma casi equitativa, explicó, porque para empezar es necesario realizar accesos para la zona en que se levantarán.
«Enresa es una empresa cordobesa, nos sentimos en casa y estamos obligados a formar parte de las actividades y a que haya un retorno», afirmó el presidente, que recordó cómo el 27 de diciembre de 2023 el Consejo de Ministros aprobó un nuevo Plan General de Residuos Radiactivos, que sustituye al de 2006
Su trabajo es «un servicio público esencial, con la seguridad por encima de todo» y con unos clientes, los productores de residuos, entre los que hay muchos hospitales que necesitan equipamiento radiactivo hasta que no pueden hacerlo más. El Reina Sofía, el primero:
«Si se genera un equipo de diagnóstico nuclear se retiran los residuos, como en una fuente de cesio».
La planificación que Enresa había hecho en el plan anterior, en 2006, se había demostrado acertada: la capacidad anterior llegaría hasta 2027. «Se planificó que se irían construyendo nuevas celdas conforme fuese necesario, en función de cómo llegaran los nuevos residuos. De lo contrario las celdas vacías se hubiesen podido deteriorar», aseguró.
El calendario de cierre de las centrales nucleares es hasta 2035, pero sea cuando sea, «Enresa tiene que estar preparada para en cualquier momento atender residuos que se generen en hospitales o en cualquier lugar», dijo. El centro de almacenamiento que está en Hornachuelos seguirá como el de referencia para los residuos de baja y media intensidad.
«Los de alta intensidad nunca vendrán», resumió. Su destino, cuando se trata del almacenamiento temporal, es de que en cada central haya un espacio, pero, a largo plazo, será el almacenamiento geológico profundo, a unos 500 metros bajo el suelo, de forma definitiva.
Los plazos de El Cabril son largos: «No hay ninguna actividad que tenga en el horizonte el año 2100, como lo tenemos nosotros. Las empresas y las entidades públicas planifican a unos cuatro o cinco años, pero tenemos que hacerlo así, porque la actividad de estos residuos es de unos 300 años». Su actividad debe seguir.
José Luis Navarro explicó el trabajo que se hace en El Cabril. Se guardan en cubos recubiertos de hormigón de dos por dos por dos metros. Desde ahí, un sistema de transporte interno lleva los cubos hasta recipientes de 20 metros de alto por otros 20 de ancho y 10 de alto. En ellas caben 320 contenedores en cada una, y en cada contenedor 18 bidones.
Ahora están llenas 22 con un cerra
miento provisional. Dos están en operación, es decir, llenándose, y otras cuatro vacías. Ahora la capacidad está al 82 por ciento y en 2028 estarían llenas. Por eso se necesita la nueva plataforma sureste, que tendrá capacidad para otros 48.000 metros cúbicos de residuos radiactivos de media y baja intensidad.
La vida de lo que allí se almacena es larga, concedió el presidente, y por eso se seguirá trabajando: «La legislación nuclear es muy exigente», resumió, y por eso el impacto en el terreno debe ser el menor posible.
Y en la economía tiene que ser bueno. Desde 2016, la empresa nacional ha participado con 2,6 millones de euros en la financiación de proyectos de desarrollo local. También hay asignaciones directas, que desde 192 han sido de casi 69 millones de euros. «No es altruismo, sino obligación. Es la fijación por contar qué hacemos. Nuestras puertas están abiertas y la transparencia es total», resaltó.
Impacto
El resultado de su impacto es de 171 empleos generados con un beneficio indirecto para 10.523 personas, según José Luis Navarro, que resaltó el impacto en cuatro localidades: dos de la provincia de Córdoba y dos del norte de Sevilla.
José Luis Navarro se refirió también a las opciones que existen para el almacenamiento de residuos de alta actividad, y eso depende de si temporal o definitivo. Si es temporal, es necesario ampliar el espacio en todas las centrales, pero el definitivo todavía no se conoce. Se ha hecho un estudio de fracasos y éxitos internacionales, para tomar los que han salido bien en los últimos 50 años. Será «en función de lo que decidan los Gobiernos y Parlamentos, pero hay que empezar, porque si no se empieza no será posible llegar hasta el final». «Corresponde al Estado y a la sociedad ponerse de acuerdo en un marco estable, no un marco que dependa de una mayoría puntual, y este marco estable debe estar por encima de la alternancia, porque es un reto de Estado», afirmó.
De esta voluntad de realizar una estrategia que permanezca a lo largo del tiempo para gestionar los residuos radiactivos y nucleares.
«Desde 2016 hemos financiado con 2,6 millones de euros proyectos de desarrollo local»
Plazos «No hay ninguna actividad que tenga un horizonte hasta 2100, como lo tenemos nosotros»