La manifestación de «todas las mujeres» reúne a 2.000 personas
La movilización es un glosario de tendencias con peticiones de abolir la prostitución
«Todas las mujeres. Todos los derechos. Todos los días». La manifestación por el Día Internacional de la Mujer recorrió ayer las calles de Córdoba con el objetivo de englobar a todos los colectivos y a todas las formas de entender el feminismo. Unas 2.000 personas se reunieron en la marcha que partió del comienzo de la avenida de la Victoria.
Era el lema que estaba en la pancarta inicial, con los nombres y logotipos de todas las asociaciones que convocaban para formar una marea en la que sobresalía el color morado, el que identifica la jornada, y el signo de Venus, impreso en carteles y en los rostros de las participantes.
Elvira Pérez Yruela, una de las portavoces, aseguró al comenzar que las conquistas no han sido pocas, «pero siempre hay que estar vigilando los derechos, para que no decaigan». La convocatoria estaba configurada como «asamblea transfeminista 8M», para unir a 14 colectivos y crear «un espacio feminista sororo e inclusivo».
La intención era «no dejar a ningún colectivo feminista atrás, ni por raza, ni por sexo, ni por género, ni por religión ni por clase social». El objetivo era «aglutinar en aquello que une», y que después cada colectivo «reivindique aquello que le parece que es exclusivamente suyo».
Lo cierto es que consiguió, porque la manifestación tuvo distintos acentos. El de la cabecera estaba marcado por organizaciones como Izquierda Unida, Podemos, el Partido Comunista, el sindicato Ustea o el centro social Rey Heredia.
Lemas
Figuraban mujeres transexuales que se reivindicaban: «Yo también soy mujer», y otras que hablaban de los derechos de las migrantes. El objeto era distinto de la manifestación del 25 de noviembre contra la violencia de género, pero coincidían muchos lemas: «No nací mujer para morir por serlo». Al comienzo de la manifestación figuraba Izquierda Unida con sus banderas y, algo más atrás, el PSOE. La voz que parecía más discordante es la del Fórum de Política Feminista de Córdoba, en que se integra la Plataforma de Apoyo al Lobby Europeo de Mujeres.
Sus proclamas eran las más singulares. «¡Ser mujer no es un sentimiento!» era una de ellas, pero también criticaban la prostitución, pedían que se actúe contra los hombres que recurren a ella y decían que el suyo es «feminismo sin prefijo».
Contrastaba con el «transfeminismo» que figuraba en el cabecera y con la voluntad, en otras asociaciones, de integrar a las mujeres trans. Cierto feminismo no contempla esa idea al pie de la letra, o no como está en la última ley. Seguían con lemas que piden también el final de la pornografía y no cejaban en un programa de máximos: «La agenda feminista es abolicionista».
Había en la manifestación también hombres, aunque no llegaban ni a un diez por ciento de todas las personas que acuden: «Marcho hoy con mis amigas para no tener que marchar mañana por ellas».
Como pasó en noviembre, iban bien altas las banderas de Palestina y los mensajes de apoyo a las mujeres de allí, y aunque no había banderas constitucionales de España sí figuraba más de una tricolor, la que estuvo vigente en la II República.
Había presencia de la provincia, con más notoriedad de La Carlota y de sus aldeas, y muchas pedían «igualdad salarial», como hacía la plataforma Recortes Cero, que en su pancarta aprovechaba para contar a quienes seguían la manifestación que se presentan a las elecciones europeas. Y no faltaban proclamas por la regularización de los inmigrantes y contra las fronteras. De todo un poco.
Hubo mujeres trans en la cabecera, pero también advertencias en otros puntos de que «ser mujer no es un sentimiento»