Limpieza en hoteles para salir de la exclusión social
Doce mujeres de Moreras, Palmeras y Sector Sur harán prácticas laborales en alojamientos para dejar su paro prolongado con un plan del Ayuntamiento y CIC-Batá
«Aquí se forman tanto en competencias técnicas del trabajo como habilidades sociales y personales»
«Tienes unos ahorros pero se van acabando y buscas una salida, este curso me pareció muy bien»
Mónica Pérez, Eva Villafranca y Ana Jiménez se consideran afortunadas, pues son unas de las doce elegidas de entre más de un centenar de candidatas como alumnas de un curso de personal de limpieza para hoteles dedicado a mujeres con dificultades de acceso al empleo. Las participantes proceden de barrios de Córdoba especialmente castigados por el paro, como Sector Sur, Las Moreras y Las Palmeras. La próxima semana empezarán las prácticas, 50 horas en las que se enfrentarán a la dureza de un trabajo muy demandado a cargo de una gobernanta con experiencia. Aún no saben qué hotel les asignarán. Habitaciones, pasillos y multitud de clientes en la temporada alta de la ciudad esperan a estas aprendices dispuestas a hacerse con un hueco que las saque de situaciones económicas complicadas.
El curso parte de una iniciativa de la ong CIC Batá, financiada por el Ayuntamiento a través de servicios sociales. Intervienen también las empresas Flexiplán, de recursos humanos, y Eulen,
dedicada a los servicios de limpieza, seguridad y sociosanitarios. «Son acciones más que cursos, porque ellas se van a formar tanto competencias técnicas relacionadas con el trabajo como en competencias de habilidades sociales y personales para el empleo», indica la coordinadora y profesora, Laura Ansio. En realidad el proyecto es mucho más amplio, e incluye a otras dos acciones formativas de limpieza en centros sanitarios y una más de personal de fábrica. No son exclusivas para mujeres pero sí ponen una especial atención en ellas debido a su mayor vulnerabilidad para el empleo y las cargas familiares, a lo que se suma en muchos casos la edad.
Reencuentro
Pérez, Villafranca y Jiménez tienen 54, 52 y 42 años respectivamente. Todas ellas están en situación de paro desde hace demasiado tiempo. No siempre fue así. Mónica Pérez fue empresaria y regentó durante mucho tiempo la heladería La Alicantina, situada en el Sector Sur. Por razones familiares y de cuidados de personas mayores tuvo que cerrar el negocio y le fue imposible retomar el camino de la hostelería. «Tienes unos ahorros pero se van acabando y buscas una salida, este curso me pareció bien porque ya tenía nociones del trato con los clientes». Eva Villafranca se enteró del curso por casualidad y pensó «pues es una oportunidad para abrir más el abanico». En su caso había trabajado en los sectores de la limpieza y la ayuda a domicilio. Por su parte, Ana Jiménez, trabajó sobre todo por horas limpiando casas particulares: «Buscaba sobre todo un trabajo estable porque estoy separada y con dos hijos». Sus compañeras también tienen dos hijos, en el caso de Pérez ya emancipados.
Además del factor evidente de no recibir ingresos, las tres alumnas y, crucemos los dedos, futuras camareras de pisos, observan otros aspectos negativos en los estados de paro que se dilatan tanto. El más importante la pérdida paulatina de vida social con la subsiguiente desgana generalizada que a su vez afecta a la propia búsqueda de empleo, generando un círculo vicioso del que es difícil salir. Y como problemas ya concretos precisamente en esos procesos de búsqueda, dos cuestiones clave: el complicado acceso a la información para conocer las ofertas formativas adecuadas y la solicitud de experiencia previa como condición indispensable en las ofertas laborales que realizan las empresas. Les gustaría ver que se dan oportunidades a gente quizá nueva en una profesión pero que podría ir aprendiendo.
A la vuelta de la esquina, la Semana Santa. Tras las 70 horas de teoría, Mónica Pérez, Eva Villafranca y Ana Jiménez, junto al resto de sus compañeras de clase, se repartirán por diversos hoteles con las habitaciones repletas en el momento de año con más público, un debut para tener nervios. «Lo tienen que dar todo», concluye con ánimo la coordinadora, Laura Ansio.