ABC (Córdoba)

«Nosotros íbamos a muerte con Simeone, disfrutába­mos defendiend­o»

▶Mañana se cruzan «su lugar en el mundo», el Atlético, y el destino que eligió cuando no pudo cumplir su anhelo de alargar su leyenda como rojiblanco, el Inter

- JOSÉ IGNACIO FERNÁNDEZ MADRID

Le bautizaron como ‘El Faraón’, aunque nunca le entusiasmó el apodo. Pero durante nueve años, casi ocho con Simeone, fue indiscutib­lemente el Rey corpóreo y espiritual de una defensa inexpugnab­le en el Atlético de Madrid. En seis de ellos fueron la zaga menos goleada de la Liga, hito que desde entonces sólo han conseguido una vez, el año del título (2020-2021). Pero la naturaleza de un hombre que se rompió la cabeza, la nariz e incluso los dientes por ese escudo, le impide sacar pecho cuando se hacen comparacio­nes con la fragilidad actual. Diego Godín (16-2-1986, Rosario, Uruguay) atiende a ABC desde su localidad natal, dedicado a «disfrutar de la familia y cambiar pañales». Colgó las botas el pasado 30 de julio y no es casual que sólo mes y medio antes había sido padre de su primera hija, Pilar.

—Decía que no echaba de menos el fútbol, pero apenas ha pasado medio año y se mete al Porongos FC.

—La verdad es que no extrañaba nada el fútbol profesiona­l, no había jugado ni una pachanga. Pero el Chori Castro en un asado me dijo que quería volver a jugar, además él salió de allí (Trinidad, Flores). Y me dijo: dale, acompáñame, vamos a hacer una foto en la cancha con Pilar. No va a ser mucho la competició­n, unos tres meses. Y me convenció. Pero insisto, voy a jugar como futbolista retirado, esto es amateur, es un fútbol regional como en España.

—Le habría gustado retirarse en su país, en Nacional o en Cerro donde empezó. Pero las piernas dijeron basta.

—Después del Mundial tuve la sensación de que algo se apagaba y fue mi cabeza la que dijo basta. Ya no tenía más ganas de competir, tuve dos pequeñas lesiones musculares y ya no tenía ganas de recuperarm­e, de ir a la camilla... Me vacíe muchísimo los dos últimos años para llegar al Mundial, porque sufrí una tendinitis crónica del tendón rotuliano que me desgastó muchísimo. Si me hubieran dejado elegir habría soñado jugar toda mi vida en el Atlético de Madrid, retirarme en el Metropolit­ano. Pero al final cada uno tiene su situación. Me hubiese encantado tener la fortaleza para haber seguido un tiempo más y haber jugado en Nacional o en Cerro, que la posibilida­d la tuve, pero no podía. Hubiese sido para peor tanto para el club como para mí y dije: hasta acá llegué.

—Un sitio donde cumplió muchos sueños es el Atlético. Mire en que se ha convertido ese 17 de mayo con su gol en el Camp Nou.

—Sí, siempre te digo que es como mi segundo cumpleaños, es una fecha muy importante para mí. Cada 17 de mayo se recuerda ese gol, cada Barça-Atlético, y se va a seguir recordando a lo largo de la historia. Me enteré hace unas semanas que el gol fue a las 19:03 y no lo podía creer. Los atléticos sabemos lo importante que es ese número. Y en la semana previa al partido soñé que marcaba y éramos campeones. Y cuando pasó el partido, hoy se me sigue poniendo la piel de gallina al recordarlo, sentí un ‘déjà vu’, eso ya lo había visualizad­o, lo había soñado. Fue un momento increíble para mí y para la historia del Atlético.

—No sé si también soñó marcar en Lisboa. Pero su espina clavada es la Champions.

—Sí, ese sueño me lo cortaron al final, me despertaro­n. Lisboa fue doloroso por las formas, nos empatan al final y luego pierdes en el alargue prácticame­nte ya sin fuerzas. Pero nos costó menos levantarno­s, porque veníamos de un año impresiona­nte, a nivel grupal, de títulos. Pero en 2016 en Milán llegábamos más fuertes, tuvimos tiempo para prepararno­s, era la segunda, conocíamos el camino y pensábamos: ésta es la nuestra. Y el partido fue totalmente al revés

DOS CAMISETAS DE GODÍN

De los ocho equipos profesiona­les que ha vestido Godín, mañana se enfrentan dos en Madrid. El Atlético (nueve temporadas) y el Inter (una). No es dudoso de con quién va que Lisboa. El Madrid marca primero y nosotros tomamos el control, haciendo ocasiones, el penalti, empatando y hasta pudiendo ganar. Y llegamos con restos físicos y otra mentalidad. Sentíamos que lo merecimos en el partido y perder nos dejó una gran sensación de vacío y de golpe más dura que en 2014 y costó mucho más levantarse.

—Con el VAR se supone que el 1-0 de Ramos no habría subido al marcador.

—No sé sabe porque el VAR lo manejan los humanos. Vamos a dejarlo ahí.

—Uno de sus grandes amigos es Griezmann. ¿Cómo vivió su vuelta al Atlético? ¿Le ve más maduro mentalment­e?

—Antoine lo pasó muy mal al irse a Barcelona, sufrió mucho las críticas y él deseó mucho volver, renunció a mucho. El club le dio una segunda oportunida­d, que no todo el mundo la tiene y habla bien de él. Como jugador lo entiende absolutame­nte todo dentro del campo, lo que necesita el equipo, y además se transformó en un líder desde lo extradepor­tivo, con ese cariño que se ganó maneja al grupo, al vestuario, a la afición. Se transformó en un jugador completo en todas las facetas, indispensa­ble y diferente.

—La afición del Atlético sufría con su futuro incierto, las entrevista­s, el documental... ¿Usted qué le decía?

—Todos hemos aprendido a conocer a Antoine, él tiene ese toque de fantasía, él vive el fútbol como si fuera la NBA, la NFL, y la gente del mundo del fútbol no está preparada para vivirlo de esa manera. Y menos una afición como la del Atlético con tanto sentimient­o del de antes, de valores puros. Uno hasta que no pasan las cosas no toma dimensión de la repercusió­n que puede tener para lo bueno y para lo malo, hablando de su forma de transmitir. Pero los que le conocemos sabemos el gran corazón que tiene y por eso logró recuperar el cariño de la afición. Hay que entender un poquito esa locura linda que tiene y hoy no se puede discutir que es uno de los

jugadores más importante­s en la historia del club.

—Usted se va tras nueve temporadas y siendo capitán. ¿Por qué no renovó?

—Tú sabes un montón de cosas y gente cercana a mí y hay una realidad objetiva de lo que pasó. Yo no llego a un acuerdo con el club, no me hace falta entrar en detalles porque no quiero, tengo una buena relación, es mi club y vuelvo aquí tranquilam­ente. Pero no llegamos a un acuerdo, y no fue por dinero, yo realmente quería. Pero tuve que tomar una decisión y decidí que era el momento de tomar otro camino. Y no tengo ningún rencor, el tiempo te va curando esas cosas y te lo hace ver de otra manera.

—Estamos en marzo y Koke sigue sin renovar. ¿Ve similitude­s con su caso?

—No quiero criticar, ni pensar por qué no lo han renovado ya, creo que están obligados a entenderse y a llegar a un acuerdo. Porque Koke no es un jugador más, no puedo compararlo conmigo ni con nadie. Koke es un chico que nació en el club, que se crió en el Atlético, que es Atlético de Madrid. Yo si pudiera aconsejar a Koke, que es el que tengo más cercano, ya se lo he dicho: haz todo el esfuerzo que puedas para llegar a un acuerdo, hasta donde tú y tu familia podáis, porque no te mereces ir a ningún otro lado. Ni siquiera por dinero. Son contados con los dedos de una mano los jugadores que logran nacer y retirarse en el mismo club. Para mí sería soñado. Desde el lugar que te toque. Porque hoy es titular indiscutid­o, el capitán, es indispensa­ble, para los que sabemos ver fútbol, más de lo que dicen los números. Pero van a pasar los años y capaz que no será el mismo Koke y te toca estar desde otro lugar. No importa. Koke tiene que estar dentro de ese vestuario y tienen que hacer un esfuerzo todas las partes. Ojalá pueda retirarse en el Atlético.

—Simeone. ¿Cómo hace para que siga calando su mensaje? ¿Cree que en la plantilla actual son tan soldados del Cholo como en su época?

—Sería injusto hablar de algo que no sé del vestuario. No es comparable, son diferentes épocas. Pero yo al Cholo le tengo un cariño muy grande y la mayoría de mis compañeros. Nosotros creímos en él, nos enseñó un camino en el que vimos que como equipo éramos fuertes y todos mejoramos individual­mente. El Cholo nos dio un mensaje y cuando ves que cumples los objetivos, cuando ves los resultados, estás obligado a creer. Estábamos tan convencido­s de que la idea del Cholo era nuestra idea, que íbamos a muerte detrás de él.

Retirada «Después del Mundial tuve la sensación de que algo se apagaba y fue mi cabeza la que dijo basta»

—Este Atlético no es tan fuerte defensivam­ente como el suyo.

—Hay algo que es innegable, los números marcan una realidad, que los últimos años esa solidez defensiva a la que estábamos acostumbra­dos ha cambiado, son peores números. De base, juegan con un sistema diferente. Y han fortalecid­o otras áreas, tienen un mayor volumen de juego, un juego más vistoso y hacen más goles. Pero se han debilitado en el otra área. El Cholo tendrá que trabajar en mejorar esa faceta. En mi época no es que fuera una táctica, a veces sí, pero a veces por lo competitiv­os que éramos nos defendíamo­s todos con uñas y dientes. Era una forma de sentir el fútbol y no nos importaba. No decíamos: qué mal lo estamos pasando, joder, tenemos que salir. No. Disfrutába­mos defendiend­o porque nos sentíamos cómodos y nos dio grandes resultados.

La crisis «No me parece que sea algo físico. Para mí pasa por un tema mental, de motivación y que el Bilbao estuvo mejor»

—Físicament­e también eran aviones. Ahora con el Athletic se comprobó que eran más fuertes. ¿Qué ha cambiado? El Profe Ortega ha anunciado que se va.

—No he querido escribir al Profe para preguntarl­e qué tal y saber detalles, porque ahora como iré a Madrid hablaré con él. Pero son muchos años de Profe y me imagino que estará agotado de tanta exigencia. Y lo del Bilbao yo noté lo mismo, fue evidente. El Bilbao iba a otro ritmo, con otra marcha y con otra intensidad en la eliminator­ia. Fue superior. Pero no sé a qué se debe. Yo veo a los jugadores del Atlético y todos son aviones. No me parece que sea algo en general de lo físico. Porque también compitió contra el Madrid y lo igualó físicament­e. Para mí pasa por un tema mental, de motivación y que el Bilbao estuvo mejor. Parecía el Atlético de mi época, replegado, fuerte, físicament­e no te daba respiro y cada ataque eran puñales.

—Y con todo esto, llega el Inter de Milán. Usted jugó allí un año. ¿Cómo lo ve?

—Es una eliminator­ia difícil. El Inter tiene un grandísimo equipo, yo lo conozco y es de las plantillas más fuertes y compensada­s de toda Europa, llevan jugando muchos años juntos, tiene una de las mejores defensas en números y tiene una gran cantidad de variantes en ataque. Lo demostró en Milán, creo que ganó merecidame­nte. Pero aunque el Atlético no está en el mejor momento en números y en confianza, son partidos diferentes que son una isla. En la Champions y en un partido definitori­o el jugador se aísla, tiene una motivación extra, la gente va a estar a ‘full’, el Metropolit­ano va a ser una caldera, va a explotar y todos van a ir a una. Y sólo vale ganar, no hay especulaci­ón. Yo tengo confianza en que el Atlético puede marcar. Pero creo que será un partido duro, duro.

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