La trama Koldo montó un viaje a Venezuela al guardia investigado
▶Voló con un socio del comisionista Aldama, que le facilitó el billete, tres semanas antes de que le designasen agregado de la Embajada en Caracas
La Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil sostiene que uno de los empresarios investigados en el pelotazo de mascarillas conocido como caso Koldo gestionó un viaje a Venezuela de Rubén V., comandante de información del Instituto Armado e imputado en esta causa por cohecho y organización criminal, que además está bajo sospecha de haber chivado al asesor del exministro José Luis Ábalos que estaba siendo investigado.
En un oficio aportado a la causa al que tuvo acceso ABC, los investigadores reconstruyen los hechos a partir del volcado de los móviles de los autodenominados «mosqueteros» del comisionista de la trama, Víctor de Aldama. Se trata de César Moreno, Javier Serrano e Ignacio Díaz Tapia. Fue este último, según deduce la UCO de las conversaciones, quien hizo las gestiones para sacarle los billetes al comandante y después viajó con él. Tenían, dice el informe, relación «directa».
«Joyita, mándame tu correo», le pidió Díaz Tapia. El mando le pasó una dirección personal de un dominio de Hotmail y él le facilitó los billetes de avión para volar a Caracas el pasado 28 de septiembre con Air Europa. Salía del aeropuerto de Bilbao, según la reserva que consta en el sumario.
A la vuelta, el 4 de octubre, la UCO estaba esperando en Barajas. El dispositivo de vigilancia permitió observar a Rubén V. a su llegada al aeropuerto junto a Díaz Tapia «portando una mochila y una maleta». Ambos se montaron en un Range Rover que les estaba esperando con otro hombre y una mujer a bordo que el atestado no identifica. Abandonaron los cuatro el lugar sobre las 12.35 horas. Ese mismo día, pasadas las cinco de la tarde, Díaz Tapia acudió a la marisquería madrileña La Chalana a ver a Koldo García.
La Chalana también es el lugar que el exasesor de Ábalos elegiría apenas unos días después, el 17 de octubre, para reunirse con cuatro agentes de la Guardia Civil , entre los que se encontraba el propio Rubén V., que habrían de explicarle la razón por la que tenía seguimiento, tal y como adelantó ABC. «Se agruparon en esa ubicación hasta seis personas que entablaron distintos grupos de conversación», plasma el oficio, que no les identifica pero da cuenta de que les vio entrar y salir.
Ese mismo día, el Boletín Oficial de la Guardia Civil publicaba el nuevo destino de Rubén V. como agregado en la Embajada de España en Caracas. Koldo García, no obstante, lo sabía desde hacía un mes. Se lo contó por teléfono el 19 de septiembre al empresario de las mascarillas, Juan Carlos Cueto, cuando, hablando de Aldama, le comentó que había un empresario en Venezuela
que le había pedido ayuda para un tema y que al comisionista le quería agredir. «Koldo le comentaba a Cueto que quedó con esta tercera persona de Venezuela porque fue con un amigo suyo ‘de los verdes’ que se va ahora para allá cinco años y al que él le ha abierto un par de puertas», transcribía la UCO de aquella conversación. Hay en este trabajo policial otras referencias a la vinculación entre Koldo y el mando de Información de la Guardia Civil que ha acabado imputado. Consta, por ejemplo, que realizó dos transferencias para él desde la cuenta que compartía con su mujer, Patricia Uriz, con sólo 72 horas de diferencia. El primer envío se produjo el 20 de diciembre de 2022 y el segundo, el día 23. Suman 920 euros, de acuerdo al atestado.
Este dinero se suma a la iguala de 2.000 al mes que el empresario investigado, Víctor de Aldama, y sus socios –los mencionados Moreno, Serrano y Díaz Tapia– habrían pagado al comandante con cadencia mensual, presuntamente, por gestiones y favores. De acuerdo a los chats intervenidos, al menos parte de ese efectivo procedía de cantidades que tenían en República Dominicana y que iban repatriando utilizando para ello a una mujer de
El exasesor de Ábalos pagó por bizum al menos 920 euros al comandante sospechoso del chivatazo, según la UCO
su confianza que aparece referida en los informes como «Arancha», trabajadora de un laboratorio.
En este sentido, la UCO de la Guardia Civil también encontró en el teléfono de Moreno una nota de gastos fijos que corroboraría su tesis. «El contenido de la misma desglosa un importe total de 99.100 euros en diferentes cantidades o conceptos», explican en el informe, como los 10.000 para ‘K’, el apodo de Koldo García, y los 2.000 para ‘R’, como llamaban en clave a Ruben V. Las pesquisas sitúan al agente en la «esfera próxima» tanto del asesor del exministro Ábalos como de Aldama, con quien tendría una relación «directa y personal» y a quien habría proporcionado, entre otras gestiones, una línea de comunicación telefónica segura.
PCR para asesores
Cabe recordar, además, que del volcado se deduce que Aldama y sus «mosqueteros» habían puesto en marcha un negocio para hacer test de Covid19 cuando estalló la pandemia. Según las conversaciones, era habitual que el agente investigado enviara allí a conocidos, a los que les hacían las pruebas gratis.
«Fenómeno, buenos días. Podrías hacerme el favor de hacerle en la clínica pronatal una PCR mañana a las 10 horas», preguntó Rubén V. en enero de 2022. En esta ocasión, el test era para sendos asesores adjuntos de los embajadores españoles en Túnez y París. Según el sumario, por indicación de Rubén V., también pasó por la clínica un teniente coronel, a quien le acabaron devolviendo el dinero.