El Open Arms abre el corredor marítimo a Gaza y zarpa con 200 toneladas de alimentos
▶ Biden habló de «líneas rojas» para su aliado por vez primera desde el inicio de la guerra
Después de varios días de espera en el puerto, el barco de la organización española Open Arms zarpó desde Lárnaca con destino Gaza con doscientas toneladas de comida de World Central Kitchen (WCK), la ONG del cocinero José Andrés. El trayecto es de cuatrocientos kilómetros y esperan cubrirlo en unas cincuenta horas de navegación. El Open Arms atracará en un puerto provisional construido por WCK en el sur de la Franja, en la playa de Deir el Balah, que contará con presencia de Israel por motivos de seguridad y desde allí se organizará el reparto a otras zonas.
La comida preparada por WCK, en colaboración con Chipre y Emiratos Árabes Unidos (EAU), consiste en arroz, harina, legumbres, verduras enlatadas y proteínas y llegará a una Gaza donde «hay medio millón de personas que en la práctica ya sufren hambruna, no hay un flujo comercial de alimentos, los camiones con ayuda humanitaria entran a cuentagotas y tienen muchas dificultades para circular una vez dentro», en palabras de la ONU.
Se trata de la primera experiencia del corredor marítimo y la comida que llega es una cantidad simbólica para las enormes necesidades ya que entraría en unos quince camiones. El valor del viaje es la apertura de esta nueva vía para la entrada de ayuda. José Andrés declaró a través de X (antes Twitter) que «este es un momento para actuar y no para promesas vacías. El mundo necesita unirse a nosotros para brindar la ayuda humanitaria que los palestinos necesitan tan desesperadamente hoy».
Fuentes oficiales de Israel confirmaron a ‘The Times of Israel’ la apertura de esta nueva ruta de entrada de ayuda para la Franja y aseguraron que «tendremos el control de la seguridad de todo el proceso (…), podemos decir lo que queremos y no queremos que entre». Equipos del Shin Bet y de las aduanas de Israel trabajan desde hace semanas en Chipre y supervisan cada uno de los contenedores.
Después de cinco meses de guerra y más de 30.000 muertos, Israel mantiene sus pasos por tierra a Gaza cerrados y los camiones entran con cuentagotas desde Rafah. Las mismas fuentes oficiales confesaron que han accedido a la apertura del corredor por mar ya que «hemos entendido que necesitamos legitimidad internacional para llevar a cabo la campaña contra Hamás, y que la legitimidad internacional es principalmente la cuestión humanitaria».
Objetivo Rafah
El Ejército de Estados Unidos trabaja en un plan para construir un puerto provisional que permita consolidar esta ruta y permita a Israel seguir manteniendo cerrados sus pasos terrestres. Estos pasos serían la solución más rápida y económica para meter ayuda humanitaria, pero el Estado judío no contempla esta posibilidad y por eso se explora la vía marítima y se intensifican las operaciones desde el aire. Marruecos se sumó a los lanzamientos aéreos de alimentos sobre Gaza, junto con Estados Unidos, Egipto, Jordania, Francia y los Emiratos Árabes Unidos.
Israel tiene en su punto de mira Rafah, ciudad fronteriza con Egipto en la que han encontrado refugio 1,5 millones de palestinos desplazados del norte y centro de Gaza. Desde el exterior alertan del alto riesgo para los civiles en caso de ataque, pero es la última ciudad que le queda al Ejército por asaltar y confían en encontrar allí a los más de cien cautivos y a los cabecillas del 7 de octubre, aún en paradero desconocido.
Joe Biden se refirió al esperado asalto israelí a Rafah y, por primera vez desde el inicio de la guerra, habló de «líneas rojas» para su aliado. En palabras del presidente al canal de televisión MSNBC, «no se pueden tener otros 30.000 palestinos muertos como consecuencia de perseguir a Hamás. Hay otras maneras de lidiar con Hamás». Con esta declaración Biden dio por fiable la cifra de 30.000 muertos que ofrece el Ministerio de Salud en Gaza al referirse a las bajas sufridas por los palestinos.
El alto el fuego parece lejano y el portavoz de Exteriores de Qatar, Majed Al Ansari, declaró que, «como mediadores, hemos intercambiado puntos de vista entre ambas partes. Estamos utilizando todo lo que está a nuestro alcance para impulsar un acuerdo». Antony Blinken también se refirió a la necesidad de un «alto el fuego inmediato y sostenido durante al menos seis semanas» en Gaza. El secretario de Estado estadounidense lamentó que «la situación humanitaria en Gaza es desgarradora». Los esfuerzos mediadores no logran, sin embargo, acercar las posturas entre Israel y Hamás.