Los otros Brahim que no eligieron España
Iñaki Williams, Lucas, Hakimi, Balliu, Abde, Munir o Ilias también descartaron a la selección
En el mundo global, emigrante y sin el rigor de las fronteras para los futbolistas que no tienen problemas con las nacionalidades, los antecedentes o la miseria, el deporte rey ofrece múltiples posibilidades de éxito y prosperidad a los jugadores que pueden elegir. Como ha sucedido con el caso de Brahim, el delantero del Real Madrid que se decantó por Marruecos cuando tenía la opción de ser convocado este viernes por la selección española, muchos otros profesionales escogieron los países de sus antepasados o de acogida.
Robin Le Normand fue el futbolista número 44 no nacido en nuestro país que actuó con la selección española. Un tiempo atrás hizo lo propio su pareja en la zona de centrales, el también francés Aymeric Laporte. De la misma manera que España recluta futbolistas propicios para sus intereses, los ibéricos que no encuentran acomodo en la selección se marchan a otras latitudes.
Iñaki Williams, nacido en Bilbao hace 29 años, es uno de los episodios más representativos. A los 27 años se cansó de esperar y, para poder jugar el Mundial de Qatar en noviembre de 2022, expresó públicamente su deseo de representar a Ghana, el país de origen de sus padres, María y Félix, que cruzaron el desierto del Sáhara y saltaron la valla para buscar un futuro mejor. El mayor de los Williams había sido convocado por Del Bosque para un amistoso. «La ilusión de mi abuelo era verme jugar con la camiseta de Ghana», comentó como argumento para su elección.
La cultura árabe
Achraf Hakimi fue, seguramente, el mejor jugador del Mundial de Qatar, tan influyente y soberano desde su posición de lateral derecho. El defensa fue la mejor baza de Marruecos, pero llegó al mundo en Madrid hace 25 años. Sus padres, marroquíes, emigraron a España cuando él no había nacido. Su caso es diferente a otros porque, en apariencia, nunca albergó dudas. Debutó con 16 años en la sub 20 marroquí, y con 17 en la absoluta. «Fui a probar con la selección española en Las Rozas, pero vi que no era mi sitio, no me sentía como en mi casa. No era por nada especial, sino por lo que yo sentía, porque no era lo que había mamado y vivido en casa, que es la cultura árabe, ser marroquí».
Alejandro Garnacho se crió en la cantera del Atlético y, nativo de Madrid (19 años), ha sido uno de los casos más significativos por la relevancia que adquirió la llamada del seleccionador del campeón del mundo, Lionel Scaloni, para integrar el equipo de Messi y demás estrellas. La madre de Garnacho es argentina y por ahí el delantero no tiene problema con la doble nacionalidad. El delantero del Manchester United disputó tres partidos con la albiceleste, por lo que ya es un asunto perdido para la selección española.
Como en el caso de los Williams, en el que uno se quedó con España (Nico) y otro emigró al origen de su familia (Iñaki), la familia Alcántara también se dividió en sentimientos y fútbol. Thiago escogió el camino de la selección española, con la que ha disputado 46 partidos y marcado dos goles antes de desaparecer de las convocatorias. Su hermano Rafinha se quedó en la nación de origen de sus padres, Brasil, y su apuesta fue efímera. Sólo dos nominaciones con la selección carioca y nunca más visto.
Los futbolistas de procedencia árabe nacidos en España y que se decantan por Marruecos son cada más. Ilias Akhomach vino al mundo en Els Hostalets de Pierola, provincia de Barcelona, de padres emigrantes. Con 19 años y fuerte sentimiento de pertenencia al país africano, el delantero del Villarreal se marcha al combinado que dirige Walid Regragui. El patrón se repite. «Mi familia árabe, soy marroquí y también me siento marroquí. La cultura, la casa, la religión… todo mi entorno es marroquí».
Munir (Madrid, 28 años) obligó a cambiar la reglamentación de la Fifa, en una apelación en la que seguramente intervino la figura siempre amable de Vicente del Bosque. El seleccionador campeón del mundo en Sudáfrica lo citó en una ocasión en partido oficial y luego nunca más lo reclamó. El actual jugador de Las Palmas busca una salida internacional con Marruecos y a través de una rendija legal (tenía menos de 21 años) la Fifa aceptó el cambio selección a Marruecos.
El portero Munir Mohamedi procede de Melilla (35 años) , pero su familia y su cultura son marroquíes y se decidió por África. «Me siento español, pero me tira la sangre», expuso Mohamedi. En el Mundial de Qatar fue el segundo portero de su selección. El jugador del Betis Abde nació en Marruecos hace 23 años y aunque emigró a España con sólo 7, no ha tenido muchas dudas: Marruecos.
El rayista Balliu fue reclutado por Albania sin que él hubiera tenido conocimiento de sus antepasados
Albanés de Girona
El catalán Iván Balliu juega con Albania por una historia rocambolesca. En este país, el apellido Balliu es como García en España: hay más de cuatro mil. Criado en la cantera del Barcelona, cuando fichó por el Metz francés se le abrieron las puertas de su nuevo país de acogida. Su federación le brindó la posibilidad de jugar torneos internacionales y ser internacional absoluta con un equipo en crecimiento si encontraba algún antepasado albanés. Su padre, alcalde de Junts en Caldes de Malavella (Girona) encontró un documento de un tatarabuelo que lo ligaba a la familia. Desde ese día, Iván Balliu es el lateral derecho de la selección de Albania.
Los hermanos Hernández, Lucas y Theo, nacidos en Marsella y criados en Madrid, escogieron a Francia en vez de a España y los resultados han avalado su criterio con la selección campeona del mundo y de Europa. Nico Paz y Federico Redondo, hijos de los exfutbolistas Pablo Paz y Fernando Redondo, están en la tesitura de elegir entre España y Argentina.
Aunque el caso más llamativo de los españoles por el mundo es el de Jordi Amat, exjugador del Español, Rayo Vallecano o Betis. Nació en Barcelona, pero tiene ascendencia indonesia por su abuela. Es más, posee sangre real y es príncipe heredero de la isla de Siau. Hoy es un integrante más de la selección de Indonesia.