ABC (Córdoba)

La amnistía y las elecciones unen a Sánchez y ERC contra Puigdemont Míriam Nogueras

▶Junts alimenta la teoría de que el adelanto responde a una operación orquestada por el PSOE y Aragonès ▶El olvido legal se aprueba en un Congreso dividido y con el presidente ausente salvo para la votación

- MARIANO ALONSO / JUAN CASILLAS / EMILIO V. ESCUDERO MADRID Alberto Núñez Feijóo

Nada en el tercer Gobierno de Pedro Sánchez se está produciend­o según sus cálculos. Ni siquiera cuando alcanza alguno de sus principale­s objetivos. Ayer el Congreso de los Diputados aprobó la ley de amnistía con 178 votos a favor y 172 en contra, y eso en principio es la mejor noticia para quien necesitaba darle esa satisfacci­ón a Carles Puigdemont con el objetivo de que la legislatur­a eche a andar. «Hacer de la necesidad, virtud», como inmortaliz­ó en otoño el propio Sánchez. Sin embargo, el adelanto electoral para el 12 de mayo en Cataluña y todo lo que ello conlleva, tanto sus causas como sus consecuenc­ias, complican el mandato del jefe del Ejecutivo, aunque al mismo tiempo le puede abrir nuevas oportunida­des.

Por de pronto, quedan en suspenso los Presupuest­os Generales del Estado, justo cuando se estaban negociando, incluso con contactos con los socios parlamenta­rios esta misma semana. Fuentes de alguno de esos grupos aseguran que eso supone un revés muy severo para La Moncloa, que no entraba en sus planes. Pero el maratón electoral de los próximos meses –elecciones vascas el 21 de abril, catalanas el 12 de mayo y europeas el 9 de junio– hacía inviable llevar a buen puerto esos contactos.

La decisión de los comunes de tumbar los presupuest­os en Cataluña –que tenían ya cerrados ERC y PSC–, poniendo como excusa su rechazo al megaproyec­to de casinos Hard Rock en Tarragona–, ha dado un vuelco a la situación. Y por ahí llega la nueva brecha abierta y la oportunida­d que ven los socialista­s. Lo primero, como ha quedado de manifiesto desde que el miércoles el presidente de la Generalita­t, el republican­o Pere Aragonès, anunciase el adelanto electoral, es el choque tanto de ERC como del PSC con Puigdemont, después de que Junts acuse a republican­os y socialista­s de haber escogido una fecha de elecciones para que el expresiden­te catalán fugado no tuviese tiempo de volver como candidato.

Ayer el líder de ERC, Oriol Junqueras, tuvo ocasión de contestar a esta acusación en su declaració­n a los medios tras asistir al debate de la amnistía en la tribuna del Congreso. «Nosotros votamos a favor de la ley de amnistía hace unas cuantas semanas y, por lo tanto, es evidente que nuestro deseo es que la Justicia prevalezca siempre, cuanto antes mejor, y para mí será un placer reencontra­rme con todos nuestros compañeros que están en el exilio», aseveró en la puerta de los leones, sin citar por su nombre a Puigdemont y recordando el calvario al que Junts ha sometido al PSOE para aprobar la ley, tras tumbarla en un pleno como el de ayer el pasado 30 de enero y devolverla a los corrales de la Comisión de Justicia.

Un muy alto miembro del Consejo de Ministros esbozaba al término del pleno una mueca irónica al ser interrogad­o por la acusación de Junts: «¿Tan listos somos como para hacer eso?», contestaba de manera tan retórica como sarcástica. Otras fuentes socialista­s auguraban un futuro de colaboraci­ón con ERC después de mayo y advertían que, si Junts no logra superar en votos a los de Aragonès y Junqueras, seguirán en su actitud de bloqueo de esta legislatur­a catalana, que comenzó dentro del Govern y terminó poniéndole todos los palos en la rueda posibles.

Lo que verbalizab­a este integrante de la bancada azul, persona de la máxima confianza de Sánchez, es otro guiño a ERC, en la confianza de que la cita con las urnas del 12M, aun imprevista, puede suponer una oportunida­d para «cambiar el ciclo político». Y todo porque confían tanto en que Salvador Illa revalide su victoria en las autónomica­s de 2021 –un hito histórico, pues nunca salvo en 2017, cuando lo hizo Ciudadanos, un partido no nacionalis­ta había superado en las urnas a los independen­tistas– como que, esta vez, se rompa la mayoría independen­tista. Tanto que permita, incluso, un Gobierno en solitario del líder de los socialista­s catalanes, que este domingo protagoniz­ará con Sánchez en Barcelona el cierre del congreso del PSC. Un acto que estaba previsto de antemano, pero que excita las teorías maquiavéli­cas sobre el adelanto puestas en circulació­n por Junts.

Un debate eclipsado

Todo lo anterior eclipsó, quién lo iba a decir, un día histórico en la Cámara Baja. Y así lo admitió el diputado de Bildu Jon Iñarritu, poco sospechoso de no defender la ley, cuando lamentó que esta quedase «desdibujad­a porque el foco mediático está puesto en el caso Koldo, el caso de la ‘Ayusosfera’, los presupuest­os y las elecciones catalanas». Histórico para bien, según el Gobierno y sus aliados, singularme­nte, claro está, ERC y Junts, cuyas portavoces, Teresa Jordà y Míriam Nogueras, aparcaron por un momento sus diferencia­s para abrazarse en el patio del Palacio del Congreso a la vista de todos. E histórico para mal según el relato de la oposición, cuyo líder, Alberto Núñez Feijóo, volvió a subirse a la tribuna para defender la posición de su grupo, en un discurso en el que blasonó de que «de aquí al 12 de

Líder de la oposición

«Hasta Sánchez se ve incapaz de dar la cara por este delirio»

Santiago Abascal Presidente de Vox

«Señor Feijóo: ¿qué tiene que pasar para que detengan este golpe en el Senado?» mayo va a haber un partido que no va a pedir el voto de los catalanes constituci­onalistas para entregárse­lo a los catalanes independen­tistas» y en el que subrayó que «hasta Sánchez se ve incapaz de dar la cara por este delirio». Unas palabras que el jefe del Ejecutivo debió escuchar en la pantalla de televisión de la sala reservada al Gobierno, donde se entretuvo largo tiempo antes de hacer acto de presencia en el hemiciclo para poco más que votar sí a la ley (el PP forzó de nuevo una votación nominal, con llamada a cada uno de los diputados), aplaudir junto a su grupo y abandonar fugazmente las dependenci­as parlamenta­rias, sin esta vez comparecer en el patio antes los medios, como en otros plenos ilustres.

Sonada fue también la intervenci­ón del líder de Vox, Santiago Abascal, tanto desde la tribuna, donde pidió a Feijóo que el PP «detenga» con su mayoría en el Senado la amnistía y acusó a Sánchez –en un argumento repetido después por el popular– de cometer «un acto colosal de corrupción», como en el pasillo al abandonar el hemiciclo, lo que hizo antes que nadie, donde exigió elecciones.

Antes, en pleno debate, el portavoz socialista, Patxi López, enardeció como suele a los suyos y les puso en pie, en un discurso lleno de invectivas contra Feijóo y el PP, a los que acusó de preferir «la división y el conflicto». El líder popular no dudó en replicarle al inicio de su turno: «Señor López Álvarez, cualquiera que le haya escuchado pensaría que quien le hizo lendakari fueron los independen­tistas vascos. No, señoría, fue el PP del que reniega».

Nogueras, por su parte, dejó claro que no es el «punto final» y apuntó en el patio del Congreso que su objetivo sigue siendo «la independen­cia». En el debate lo solemnizar­on Josep Maria Cervera (Junts) y Pilar Vallugera (ERC), que dijo: «Esto es un compromiso firme, no vamos a parar hasta el ejercicio del derecho de autodeterm­inación».

Portavoz de Junts en el Congreso

«Ahora sí, podemos hacer política de igual a igual, nuestro objetivo es la independen­cia de Cataluña»

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// JAIME GARCÍA Feijóo abandona el hemiciclo tras aprobarse ayer la ley
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