Junts quiere aglutinar a todas las corrientes independentistas para doblegar a ERC

El partido da por hecho que Puigdemont será su candidato el 12M

La última gran encuesta electoral realizada en Cataluña, la del Centro de Estudios de Opinión –el CIS catalán–, arrojaba un resultado rotundo, con una victoria clara del PSC, que ganaría los comicios con una horquilla de entre 39 y 45 diputados (ahora 33). El sondeo, realizado entre octubre y el 7 de noviembre, es decir, en el contexto de las negociaciones para la investidura tras los comicios generales de julio, pero sin conocerse el resultado de los acuerdos, daba a su vez entre 29 y 34 escaños a ERC (33 ahora), mientras que Junts caía a 19-24, muy lejos de los 32 actuales. La foto en aquel momento era la de un PSC al alza y un Junts en retroceso, resultados coherentes con sondeos anteriores, que también arrojaban, abriendo el escenario político, la pérdida de la mayoría absoluta por parte del independentismo.

La situación, y el ánimo en Junts, es ahora sensiblemente diferente, un cambio que el partido explica por el éxito de su solidez negociadora, como se ha visto en la tramitación de la amnistía, y sobre todo por la irrupción de Puigdemont como más que probable candidato de la formación en los comicios catalanes del 12 de mayo. La candidatura del expresidente fugado no está aún confirmada, una incógnita en cualquier caso que se despejará la semana que viene, como él mismo anunció ayer. La presión por parte del partido para que Puigdemont lidere la lista es enorme, aunque nadie duda en la formación de que la decisión última será suya, pese a que luego deberá someterse a unas primarias el 23 de marzo si hay otro candidato, lo cual es improbable.

Lo que todos tienen claro, y así se desliza desde el partido, es que Puigdemont ganaría con claridad el duelo independentista con Pere Aragonès (ERC). Más dudosa es su capacidad para derrotar a Salvador Illa (PSC), que aunque no está en su mejor momento con el desgaste por la amnistía o el caso Koldo, muy probablemente volverá a aglutinar el grueso del voto constitucionalista, sobre todo si los comicios –así será con Puigdemont en liza– se disputan en términos de ‘procés’ o más en clave ideológica.

La predisposición de Puigdemont parece clara y, el mismo miércoles en el que Aragonès adelantó las elecciones, ya expresó su «ilusión» por estar en la sesión de investidura, algo que sería posible si se cumplen los plazos previstos para la aprobación definitiva de la ley de amnistía. La presión del partido superaría así las dudas del propio Puigdemont y su entorno, que asumen que todo el halo místico que sus acólitos ven en él podría desvanecerse cuando aterrice en una Cataluña que, a diferencia de 2017, se mueve en parámetros definitivamente autonómicos. «Puigdemont puede tener miedo a perder los comicios, pero también incluso, si las cosas le van muy bien, a ganarlos y tener que desempeñarse como un presidente autonómico más», sostienen fuentes políticas. Del presidente irredento, que sometió al Estado, a un mero gestor regional. Poca épica para tanto personaje.

Recuperar el mito

Lo que sí tienen claro en su entorno es que la única posibilidad de Puigdemont pasa por levantar de nuevo la figura del mito y presentarse más como abanderado de un movimiento que como líder de un partido. Así lo confirmó ayer el secretario general de Junts, Jordi Turull, que aseguró que, si el expresidente de la Generalitat se presenta a las elecciones, será en una candidatura «más allá» de Junts. En una entrevista en Catalunya Ràdio, defendió una lista liderada por el expresidente «que sea abierta a toda aquella gente que quiere rebelarse contra la resignación, contra la agresión, contra la incompetencia».

Las palabras de Turull no son gratuitas, en tanto que es Junts, más agrupación que partido, donde más sensibles son a la atomización del independentismo. Además de la propuesta ultra de Aliança Catalana –ayer lanzó su campaña bajo el lema ‘Salvemos Cataluña’–, ha anunciado su intención de presentar candidatura Alhora, nueva plataforma unilateralista de la exconsejera Clara Ponsatí. Del mismo modo, este sábado se conocerá si la Asamblea Nacional Catalana (ANC) presenta «lista cívica» al 12M.

En mayo podrían acudir, además de Junts, ERC y la CUP, la ultra Aliança Catalana, el partido de Ponsatí y la lista de la ANC