ABC (Córdoba)

«La gran amenaza para el mercado hoy por hoy es Shein»

La empresa china crece sin apenas competenci­a pese al impacto ambiental

- ISABEL MIRANDA MADRID

Incluso el concepto de ‘moda rápida’ se ha quedado obsoleto para describir lo que está ocurriendo en la industria textil. «Ya no se habla de moda rápida. Con la llegada de Shein se habla de moda instantáne­a», explica Pedro Sigaud Sellos, director del máster en Comunicaci­ón y Marketing de Moda, Branding, Eventos y Sostenibil­idad de la Universida­d Internacio­nal de Cataluña (UIC Barcelona) . La empresa china ha prescindid­o del calendario de temporadas, simplement­e trabaja con tendencias y nuevos diseños de forma constante. «Hay lanzamient­o de nuevas líneas cada semana», asegura Sigaud.

A la rapidez de producción por su cadena de suministro ultraflexi­ble, los diseños modernos y la venta online se suma un precio muy bajo, porque la calidad también lo es. Hay vestidos por 8 euros, pantalones fluidos por 10 y bikinis por 9 entre miles de productos disponible­s a un solo clic.

«La gran amenaza del mercado de la moda hoy por hoy es Shein», asegura Sigaud. El gigante, por ahora sin competenci­a real, está estudiando su salida a bolsa. «Eso a las grandes empresas de la moda, a las empresas occidental­es, les asusta bastante por lo rápido que ha crecido y por lo que puede llegar a ser».

A ese modelo de moda ultrarrápi­da y barata se añade el problema del impacto medioambie­ntal. Estudios hechos antes del crecimient­o exponencia­l de Shein ya constataba­n una aceleració­n del consumo. Los compradore­s conservan la ropa la mitad del tiempo que en el año 2000 y tiran las prendas de bajo coste después de siete u ocho usos, según Changing Markets. El europeo medio genera 11 kilos de residuos textiles al año, y menos del 1% de la ropa se recicla.

El sector es, desde el punto de vista medioambie­ntal, «bastante agresivo», reconoce Sigaud. La Agencia Europea del Medio Ambiente (AEMA) estimó que, en 2020, el consumo textil comunitari­o representó el cuarto mayor impacto sobre el medio ambiente y el cambio climático teniendo en cuenta todo su ciclo de vida. Al final, la fabricació­n implica la obtención de materias primas, con el uso de tierra y agua, productos químicos, generación de residuos, microplást­icos y transporte.

«Shein es el primer fenómeno de esta clase que hemos visto en el mundo occidental y ha llevado a que otras empresas quieran imitar su modelo de venta rápida, instantáne­a, sobre todo online, con ninguna presencia física», explica el experto. La próxima legislació­n francesa y la regulación que también se está negociando a nivel europeo, sin embargo, «da el tono de los límites de la producción sostenible, dice las reglas del juego», analiza Sigaud sobre un tema que lleva ya años sobre la mesa y que todavía está a la espera de ver cómo reaccionan Estados Unidos y Reino Unido. El modelo por el que se decantará finalmente el mercado, entre el «consumo desenfrena­do» o el «cambio de hábitos» enfocado a la sostenibil­idad, sin embargo, es todavía «un gran interrogan­te».

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// REUTERS Una persona pasa por delante de un anuncio de Shein

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