La huella del caso Rocket
Sólo queda que los vecinos del Guadiato tomen buena nota de aquellos que se «desviven» por su futuro de carbón
EL uso corrupto de los fondos que llegaron al Guadiato para evitar que la comarca minera fuera una postal sepia de jubilados y parados mirando a la carretera deja el dudoso honor de atesorar la mayor condena penal de Córdoba sobre un político —y ha habido antecedentes, alguno en chirona—. La Justicia es lenta, pero llega. Y a pesar de la bochornosa dilación en la instrucción de las causas por las cuales la Guardia Civil abrió una severa investigación por la fraudulenta gestión de los llamados Fondos Miner —que ha dejado el sello de una atenuante—, la Justicia ha llegado y ha condenado por dos veces a la exalcaldesa socialista de Peñarroya-Pueblonuevo Luisa Ruiz (entre 2003 y 2011). Lo ha hecho con un amplio catálogo penal: prevaricación administrativa, fraude de subvenciones, malversación y falsedad en documento oficial. Y la suma de diez años y tres meses de prisión, más de dos décadas de inhabilitación para cargo público y de 313.000 euros a indemnizar al ente gubernamental que gestionó las ayudas sobre las que se cierne el caso. El PSOE de Córdoba puede poner ya en su sede de la avenida del Aeropuerto el cuadro de Luisa Ruiz, quien fuera integrante en su etapa de regidora de la ejecutiva regional, en la galería de ilustres. A ser posible junto a la impronta de Juan Pablo Durán, su gran valedor por aquellos entonces que llegó a enfatizar, compungido, cómo Luisa «se desvivía por el bienestar y el desarrollo» de su pueblo (sic). Además de la desafortunada mención a las cunetas y los muertos de la Guerra Civil que tanto le gustaban a la derecha. Pura ingenuidad.
Las dos sentencias de la Audiencia Provincial acaparan los principales proyectos que con los fondos europeos quisieron dar la vuelta a un debilitamiento que hoy, más de diez años después, no sólo sigue, si no que es aún más acuciante. Los tribunales condenaron a la exregidora primero a tres años y seis meses de prisión por obras en varios polígonos industriales. Y esta misma semana hemos conocido otra sentencia por la que impone pena de cárcel por seis años y nueve meses sobre la trama de los trenes turísticos y vagones restaurantes que se inventó como la pócima mágica del nuevo Dorado del carbón. El caso arrastra a un locuaz empresario cerebro de la trama ferroviaria que nunca llegaban y que encontró en Ruiz la llave maestra para dar rienda suelta a la corruptela. No sabemos dónde está el dinero de los Miner que se esfumaron en las henchidas facturas de una pantalla municipal instrumental, pero la verdad judicial esboza la hoja de ruta.
El caso Rocket deja huella y habrá un antes y un después esperemos. La señora Ruiz agotará todas las vías posibles para no pisar la cárcel como es lógico. Parece difícil. Y la clase política de Córdoba intuyo que se dará un poco media vuelta por aquello de alejar la salpicadura. Sólo queda que los vecinos del Guadiato, que ya tienen bastante sin agua potable, potencia eléctrica, carreteras decentes y atractivos para quedarse a vivir, tomen buena nota de aquellos que se «desviven» por su futuro de carbón.