Miedo en el PSOE: «Si el PSC no gana, Sánchez tiene un problema»
«Si el PSC no gana las elecciones catalanas, Sánchez tiene un problema serio». Habla un importante dirigente socialista consciente de la magnitud de los acontecimientos políticos que se han producido esta semana, de que la legislatura ha saltado por los aires antes de empezar y de que el Gobierno se la está jugando y está atravesando un momento de enorme debilidad: sin apoyos a los Presupuestos y con un escenario diabólico que no beneficia en nada a los intereses del principal peón electoral del sanchismo, Salvador Illa. En este PSOE silente ante la autoamnistía que esta semana ha sido aprobada en el Congreso, nadie –o casi nadie–, quiere hablar en público sobre el pacto con Junts y ERC, pero todos observan con incertidumbre una realidad: el próximo trimestre es clave para el futuro de la legislatura, y la cosa no pinta bien.
Las elecciones vascas de abril y las europeas de junio son importantes para un Partido Socialista demasiado acostumbrado a perder comicios uno tras otro, pero la clave es, siempre fue, las elecciones catalanas. La decisión de ERC de adelantarlas al 12 de mayo supone que los catalanes votarán muy probablemente antes de que la amnistía esté aprobada, y después de dos meses de tramitación en el Senado que serán un auténtico calvario para los socialistas: el PP se ocupará de aprovechar su mayoría absoluta en la Cámara Alta no solo para tumbar la ley y devolverla al Congreso, sino para zarandear al PSOE y destapar todos los puntos débiles de una ley plagada de agujeros no solo políticos, sino también jurídicos.
La pregunta que circula en los ámbitos socialistas es qué pasa si el PSC no gana. ¿Habrá merecido la pena todo el camino recorrido para seducir al independentismo catalán? Sánchez es especialista en convertir las debilidades en fortalezas, pero en este momento de la partida hay demasiadas piezas en el aire y en el PSC saben que el escenario no es idóneo para Illa. Tras su excelente pero insuficiente resultado en las elecciones del 21, el primer secretario del PSC se ha esforzado por recorrer Cataluña pueblo a pueblo y por pedir apoyo a todo el que no sea independentista: un apoyo que el PSC siempre ha cifrado en un crecimiento del 2% de voto, un pequeño salto cuantitativo que supondría un gran salto cualitativo: gobernar en Cataluña arrebatando la Generalitat a los independentistas es el mejor aval a la estrategia de Sánchez. Pero hay dos problemas: el primero es que amnistiar a los líderes del ‘procés’ no ayuda a pedir el voto a los ciudadanos catalanes que durante años se sintieron señalados por los independentistas. Una cosa es votar con la nariz tapada y como mal menor al Illa que se manifestó con Sociedad Civil Catalana y otra muy distinta es entregar tu voto a un partido que se ha plegado a todas las exigencias de ese independentismo que no solo no se arrepiente sino que se mantiene en el pulso al Estado. Y dos: ERC, Junts y el PP no se lo van a poner fácil. Primero Esquerra adelantando las elecciones, después Carles Puigdemont coqueteando con volver a España para ser detenido y erigirse en mártir; y el PP lanzando la campaña electoral catalana desde el Senado. Resumen: a Illa le va a costar tomar la iniciativa y sacar la cabeza.
Si al final de esta primavera electoral el PSC no gobierna en Cataluña, Sánchez habrá fracasado y será un presidente aún más débil y más dependiente de las exigencias independentistas. El presidente del Gobierno tendrá un problema, y España dos. Pero, ¿qué pasará si Illa se convierte en el próximo presidente
de la Generalitat?