ERC Y LA SUBASTA DEL ESTADO
Si no fuera porque casi todo lo que los nacionalistas catalanes han ido reclamando en su política de alejamiento de España lo han conseguido, aprovechando la debilidad de éste y otros gobiernos, la exigencia de Pere Aragonès de un pacto fiscal bilateral entre España y Cataluña no sería más que una extravagancia. Pero la reciente aprobación de la ley de amnistía es un ejemplo de que el Partido Socialista está dispuesto a subastar la nación con tal de mantenerse en el poder con los votos del nacionalismo más radical, lo que convierte estos planteamientos en algo más que una formulación teórica. A esto se une la desidia de la Administración a la hora de exigir a la Generalitat que cumpla las sentencias de los tribunales superiores sobre la protección del castellano. Ha tenido que ser el Parlamento Europeo el que conmine al Gobierno a proteger la lengua de su país y censure la inmersión lingüística por la cual cada día se vulneran los derechos de los españoles bilingües que viven en Cataluña.
La financiación singular que la Generalitat demanda exige recaudar y gestionar todos los impuestos para «quedarse con la llave de la caja», estableciendo un sistema parecido al cupo vasco y navarro. Se trata de extender una anomalía histórica que conduce a la desintegración del Estado. No existe ningún país del mundo donde el gobierno haya renunciado a fijar y recaudar los impuestos generales. El sistema alemán, que ERC cita como precedente, es mucho más limitado e ineficiente que la actual potestad tributaria de la que gozan las comunidades autónomas.