Seis meses de cárcel a un parcelista por insultar a senderistas con bandera LGTBI
La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Córdoba ha condenado por un delito de odio a seis meses de prisión y multa a un parcelista que insultó a un grupo de senderistas que portaban una bandera multicolor cuando paseaban por las inmediaciones de su cercado en la sierra de Córdoba en 2021. El tribunal lo ha condenado por un delito cometido con ocasión del ejercicio de los derechos fundamentales y de las libertades públicas garantizados. En el relato de hechos probados, el fallo recoge que el día 10 de abril de 2021 un grupo de personas «integrantes del colectivo homosexual LGTBIQ+ de Accem (ONG que trabaja para mejorar la calidad de vida de las personas refugiadas y migrantes o colectivos más vulnerables de migrantes) abanderadas con la insignia multicolor del arcoíris, que ponía de manifiesto la condición u orientación sexual propia del grupo, se encontraban de ruta senderista por la zona próxima a la Ermita de Santo Domingo en Córdoba».
El procesado tiene una parcela en esa zona, la cual se accede por un camino de tierra, y cuando el grupo llegaba a la altura de su propiedad donde se encontraba el acusado, realizaron una parada para refrescarse, por lo que se despojaron de la correspondiente mascarilla de protección que llevaban por razón de la pandemia. En ese momento, el acusado con la intención de humillarlos, menospreciarlos y amedrentarlos por razón de su orientación sexual y la condición de extranjeros de algunos de los integrantes del grupo, los increpó con frases tales como «estáis infectando el campo, iros a las Naciones Unidas a infectar allí, maricones infectados». Tras estos insultos, según ella sentencia, el grupo, colocándose la mascarilla, prosiguió su camino haciendo caso omiso a los calificativos usados por el acusado. Pero la cosa no quedaba ahí sino cuando el grupo se encontraba subiendo la cuesta en dirección a su destino, el acusado sigue llamándolos maricones a lo que uno de los integrantes del grupo contesta: «Gracias, que tenga un buen día», reaccionando el con frases tales como «os voy a meter un palo por... iros a vuestro país maricones», subiéndose posteriormente en un vehículo con la ventanilla bajada mientras continuaba increpando al grupo con las mismas expresiones durante 200 o 300 metros a lo largo de la cuesta».