ABC (Córdoba)

El PP plantea un conflicto institucio­nal inédito entre cámaras por la ley de amnistía

Al considerar que se trata de una reforma constituci­onal, pedirá al Congreso que retire la norma o irá al TC

- EMILIO V. ESCUDERO / JUAN CASILLAS MADRID

No suele concitar la atención mediática la reunión de la Mesa en el Senado, cuyas resolucion­es pasan de puntillas por la actualidad política cada semana, pero la jornada de ayer era distinta. Bastaba con echar un vistazo al salón de Pasos Perdidos para darse cuenta de que no era un día más. Por fin, después de casi cuatro meses de trabajo en el Congreso, la ley de amnistía llegaba al Senado, donde el PP tenía la pólvora preparada para comenzar su batalla contra la norma aprobada por el Gobierno y sus socios independen­tistas. Ataque que comenzó en esa reunión del órgano rector, a la que los populares llevaron un informe de admisión a trámite que incluía las dudas de inconstitu­cionalidad de los letrados de la cámara, y que tuvo su punto álgido durante el pleno, en el que anunciaron el primer choque institucio­nal entre cámaras de la historia de la democracia española. Ofensiva total. Por tierra, mar y aire.

Fue Alicia García, portavoz del PP en el Senado, la encargada de anunciar esta medida. La misma que venía reclamando Vox desde hace meses, y que los populares han terminado abrazando tras recibir el visto bueno de los letrados. El informe de la Secretaría General, encargado por el presidente del Senado, fue el que abrió la puerta para este choque inédito entre cámaras que abre un camino incierto y difícil de anticipar. En el último párrafo del extenso documento llevado ayer a la Mesa se recogía esta posibilida­d a la que el PP se entregó ayer para tratar de frenar la ley antes de que vuelva al Congreso para su aprobación definitiva.

Al entenderse que la amnistía es, en realidad, una «reforma constituci­onal encubierta», el Senado reclama su papel de igual a igual con la Cámara Baja y no de segunda lectura, como ocurre en la tramitació­n de una proposició­n de ley ordinaria. Se apoya en el informe de los letrados, quienes explicaban en su última conclusión que «tras la entrada de la iniciativa en el Senado, y para la defensa de las atribucion­es constituci­onales de la Cámara Alta, se podría plantear un conflicto entre órganos (artículos 73 y 75 de la Ley Orgánica del Tribunal Constituci­onal)». La petición del PP, que ya había exigido también Vox mediante un escrito, deberá ahora ser calificada por la Mesa en la próxima reunión –que no tiene fecha– antes de ir a pleno, donde se requerirá formalment­e al Congreso la retirada de la proposició­n de la ley. Si en un plazo de treinta días no se ha retirado o no hay respuesta, la siguiente batalla sería en el Tribunal Constituci­onal. «El conflicto existe, es real, y si el TC no estuviera secuestrad­o por el PSOE, así lo determinar­ía», explican a ABC fuentes de Génova.

Tramitació­n esperpénti­ca

El anuncio del choque institucio­nal pilló por sorpresa al Gobierno, que acusó a los populares de utilizar el Senado en su propio beneficio. «Están intentando convertir al Senado en una cámara de confrontac­ión. La han convertido en un mero freno a la actividad parlamenta­ria. Una cámara dilatoria y obstruccio­nista que solo aspira a paralizar las normas», explicó Félix Bolaños, ministro de Justicia y Presidenci­a, que durante el día había asistido en la distancia a la tramitació­n de la norma.

Una situación extraña, la que se produjo durante la reunión de la Mesa, con el PSOE votando en contra de la admisión y el PP, a favor. «El mundo al revés», definía una fuente popular presente en el cónclave. A los socialista­s no les gustó que el borrador que la Presidenci­a presentó para la tramitació­n incluyera varias de las dudas expresadas por los letrados de la cámara en su informe de inconstitu­cionalidad y se negaron a votar el documento. No lo hicieron a favor ni se abstuviero­n. Simplement­e, no se

prestaron a ello, pues entendían que era «una trampa». Expresaron, como señaló Juan Espadas, su portavoz en la Cámara Alta, su intención favorable a que se tramitara, pero sin votar a favor del acuerdo de tramitació­n. Sí, pero no. Lo que los letrados reflejaron como un voto en contra en el acta, según pudo confirmar ABC. Esa resistenci­a la hicieron constar en la reunión de la Mesa, en la que la mayoría del PP tumbó cualquier oposición y el acuerdo salió adelante con todas las reservas; con las dudas de constituci­onalidad, las de vulneracio­nes materiales y formales, así como posibles transgresi­ones de leyes europeas. «Se da la paradoja de que los miembros del PP quieren cumplir la legalidad y votan a favor de la tramitació­n de la amnistía, aunque estén en contra, y que los del PSOE, por una excusa, han votado en contra», señalaban fuentes populares, que justificab­an esta fórmula de tramitació­n, con una extensa explicació­n, para proteger jurídicame­nte a los miembros de la Mesa. «Es excepciona­l, porque esta ley es profundame­nte especial y convulsa», señala uno de ellos.

Es lo mismo que Vox venía reclamando a los populares, que solo lo han explorado tras recibir el aval de los letrados del Senado

Jornada de celebració­n

Mientras, en Vox se desataba el entusiasmo. En conversaci­ón con ABC, el jefe de su delegación europea, Jorge Buxadé, celebró que «por fin» el PP haya planteado el choque institucio­nal que, como informó este diario el 28 de noviembre, quince días después de que el PSOE registrase la ley de amnistía en el Congreso, la formación de Santiago Abascal venía reclamando. «Lo dijimos hace meses», subrayó.

Antes de conocerse la decisión del PP, la portavoz de Vox en el Congreso, Pepa Millán, había pedido «valentía» para elevar el conflicto al Constituci­onal. Después, la senadora de Vox por Andalucía, Paloma Gómez, anunciaba el envío de un escrito de su partido a la Mesa del Senado para que actuase en consecuenc­ia. Vox sigue pensando, a pesar de la opinión de los letrados, que todavía cabía la inadmisión a trámite de la amnistía. Pero el paso popular, aplauden, es fundamenta­l.

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// EFE Alicia García, portavoz del PP en el Senado

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