ABC (Córdoba)

La Franja ya padece «niveles catastrófi­cos de hambre»

Según un informe de la IPC, más de un millón de personas están en riesgo de hambruna

- C.PÉREZ MADRID

Fadi al Zant tiene seis años y sufre desnutrici­ón aguda. Su aspecto está demacrado por el hambre y poco queda de ese chaval que hace seis meses, justo antes de que comenzara la guerra en Gaza, pesaba 30 kilos, bailaba y se reía junto a su hermano gemelo.

Ahora, pesa 12 kilos y permanece tendido en una cama del hospital Kamal Adwan en el norte de Gaza, donde espera a que la enfermedad que sufre desde que nació, fibrosis quística, sea tratada. Shimaa al Zant, su madre, cuenta a la agencia de noticias Reuters que antes del conflicto tomaba medicament­os que ahora ya no pueden encontrar y que llevaba una dieta «cuidadosam­ente equilibrad­a», que es imposible de llevar en la Franja.

Más de cinco meses después de iniciada la campaña terrestre y aérea de Israel, lanzada en respuesta al ataque de Hamás del 7 de octubre, hay una escasez generaliza­da de alimentos, medicinas y agua potable en Gaza, dicen médicos y agencias de ayuda.

La Clasificac­ión Integrada de Fases de Seguridad Alimentari­a (IPC), un organismo que monitorea el hambre en el mundo, publicó el lunes un informe que alertaba de los «niveles catastrófi­cos de hambre» en Gaza. La organizaci­ón calcula en un millón de personas –la mitad de la población de la Franja– que están en riesgo de hambruna. Los factores que han impulsado a la población gazatí hacia la hambruna en sólo unos meses el IPC los encuentra tanto en la intensidad de las operacione­s militares como en las restriccio­nes extremas al acceso humanitari­o al norte de Gaza.

«La hambruna es inminente en las gobernacio­nes del norte y se prevé que ocurra en cualquier momento entre mediados de marzo y mayo de 2024», explicaba el texto.

«Deberían bajar la cabeza»

Ante esta situación, el principal coordinado­r de ayuda de la ONU, Martin Griffiths, escribió en su cuenta de X interpelan­do a la comunidad internacio­nal que «debería agachar la cabeza avergonzad­a por no haber podido detenerla».

El grupo humanitari­o Oxfam también acusó a las autoridade­s israelíes de estar bloqueando la entrega de ayuda a los palestinos. La organizaci­ón detalló cómo las autoridade­s israelíes estaban «rechazando arbitraria­mente artículos de ayuda», alegando que eran de «doble uso» (bienes civiles que podrían tener un propósito militar), incluidas antorchas, baterías y suministro­s médicos.

La hambruna también lleva consigo la posibilida­d de contraer otras enfermedad­es. Uno de sus efectos es reducir la inmunidad contra algún tipo de enfermedad gástrica como la diarrea. La Organizaci­ón Mundial de la Salud dijo el mes pasado que el 90% de los niños menores de cinco años en Gaza estaban afectados por una o más enfermedad­es infecciosa­s y que el 70% había tenido diarrea en las dos semanas anteriores, un aumento de 23 veces con respecto a los casos antes de la guerra.

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// REUTERS El pequeño Fadi al Zant, en el hospital Kamal Adwan en Gaza

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