Iberdrola busca que sus accionistas aprueben los sueldos de la directiva
Los asesores de voto recomiendan a los fondos que no apoyen en junta mantener la actual remuneración
Iberdrola está en un permanente ‘déjà vu’. Un año más a vueltas con las dudas sobre la política de retribución de su cúpula directiva. Según ha podido saber ABC, los fondos accionistas de la energética tienen ya sobre la mesa y en estudio el informe de los ‘proxy advisors’ (los asesores de voto de los inversores, principalmente de los accionistas institucionales) en el que se cuestiona que se mantengan los actuales sueldos de los altos cargos de la compañía, ante la próxima junta de accionistas donde se someterá a votación, para su aprobación o rechazo.
No obstante, también un año más, los directivos de Iberdrola se apresuraron a fijar reuniones, desde prácticamente la aprobación en la junta del año pasado también en junio, con sus 40 mayores accionistas (el 40% del capital), y con dos de los principales ‘proxy advisors’ (el estadounidense Glass Lewis y la española Corporance Asesores de Voto), con el fin de garantizarse el respaldo a la actual política de sueldos, que contempla un año más un alza.
Operación truncada
Fuentes de los fondos accionistas explican a este periódico que los ‘proxy advisors’ de la compañía no están de acuerdo con que la actual remuneración a la alta dirección se mantenga ascendente, dado que buena parte de las razones para no cambiarla estaba supeditaba a cerrar una gran operación en EE.UU., que se ha truncado.
Y es que a principios de enero, Iberdrola tuvo que renunciar a su principal operación corporativa para crecer en el continente americano: la compra de PNM Resources, una compañía energética de Nuevo México cuya adquisición se anunció en octubre de 2020, pero que al arrancar este nuevo año seguía sin lograr el visto bueno de las autoridades americanas que, en diciembre de 2021 –en concreto un regulador del Estado de Nuevo México– vetó la operación esgrimiendo, entre otras cosas, la relación aflorada de la compañía española con la investigación del caso Villarejo. Entonces, el regulador estadounidense concluía que «la investigación criminal suscita interrogantes sobre uno de los estándares legales para la aprobación de la fusión», a lo que añadía que el proceso judicial en España «es relevante y muy preocupante, porque afecta a los principales directivos de Iberdrola y de Avangrid, que dirigirán PNM».
La integración de PNM en Avangrid, filial estadounidense de Iberdrola, hubiese dado lugar a una de las mayores compañías del sector energético norteamericano al contar con diez eléctricas reguladas en seis estados (Nueva York, Connecticut, Maine, Massachusetts, Nuevo México y Texas), y en el tercer operador de renovables de EE.UU., con presencia en 24 estados.
Falta de justificación
Los ‘proxy advisors’ quieren llevar a la próxima junta de Iberdrola la falta de justificación para mantener la alta remuneración de la cúpula de la energética, sobre todo, la del presidente de la eléctrica y la de su mano derecha. Según el informe anual sobre remuneraciones publicado en la CNMV, Galán obtuvo una retribución total de 13,84 millones en 2023, un 5,9% más que en 2022. Mientras, el segundo el CEO ganó 4,07 millones, no comparable al año anterior debido a que fue nombrado a finales de octubre y hasta entonces ejercía como director general de Negocios.
Las fuentes coinciden que la recomendación adjunta la comparación del sueldo de ambos directivos frente a sus homónimos en otras energéticas: Francisco Reynés, presidente de Naturgy, 5,47 millones; Josu Jon Imaz, CEO ejecutivo de Repsol, 3,93 millones; o José Bogas, CEO ejecutivo de Endesa, 2,12 millones. Fuentes de la compañía recuerdan que la remuneración de Galán en 2022, a pesar de las reticencias que parecía haber, recibió el visto bueno del 88,57% del capital, 13 puntos porcentuales por encima de la recibida en 2022. Además, los dos mayores ‘proxy advisor’ del mundo, ISS y Glass Lewis, recomendaron votar a favor del sueldo de los consejeros en la junta de 2023.
Los asesores de los fondos accionistas esgrimen el fracaso de la gran operación estratégica de la compañía en EE.UU.