Los comunes arrastran también a Collboni a la inestabilidad presupuestaria de Barcelona
Colau bloquea las cuentas del alcalde socialista para este año, tras torpedear las de la Generalitat de Cataluña
La inestabilidad política y presupuestaria llega también al Ayuntamiento de Barcelona –después de que la Generalitat de Cataluña y el Gobierno central se hayan quedado sin presupuestos para este año– y los comunes de Ada Colau complican a Jaume Collboni la aprobación de las cuentas para 2024. Mañana, el pleno municipal debe dar su visto bueno a unos presupuestos que, tras una votación interna de Barcelona en Comú este martes, solo cuentan con el apoyo del PSC (10 concejales) y ERC (5). Si no salen adelante, Collboni tendrá que pasar por una cuestión de confianza. Xavier Trias (2014) y Colau (2017 y 2018) ya superaron las cuentas mediante este sistema recogido en la ley.
Collboni gobierna con una minoría muy precaria después de las elecciones del año pasado: 10 de 41 ediles. Para aprobar los presupuestos, el Partido Socialista de Cataluña (PSC) acordó el apoyo de ERC. Pero el alcalde necesita, al menos, el visto bueno de otro grupo para evitar que la oposición sume 21. Junts tiene 11 representantes y los de Colau, 9. Además, el PP tiene cuatro ediles y Vox, dos. Los pactos son limitados y, en plena precampaña electoral para el Parlament y con las elecciones europeas en el horizonte, el cruce de intereses complica la tramitación presupuestaria de Barcelona.
El principal escollo para que los comunes se sumen al acuerdo PSC-ERC se llama Colau. Esta desea que se formalice un acuerdo de gobierno tripartito. Pero los socialistas no quieren a la anterior alcaldesa en el gobierno. Un pacto que fue imposible para la votación de alcalde –las elecciones las ganó Trias (Junts), pero Collboni consiguió el apoyo de Barcelona en Comú y PP– por, entre otros motivos, vetos cruzados. Y parece que sigue siendo un imposible. Además, Colau acusa a Collboni de no incluir algunas políticas de corte social para este ejercicio, pero el primer edil lo niega.
Alcalde «por accidente»
Así, Barcelona en Comú preguntó a su órgano interno de decisión qué debían hacer sus 9 concejales: ¿aprobar las cuentas o hacerlo solo si Collboni les ofrece un tripartito? No hubo casi discrepancias: 165 votos a favor de votar ‘no’ a las cuentas, cinco a favor del ‘sí’ y cinco en blanco. De esta manera, a Collboni se le cayó el apoyo de Colau, que hace un mes sí respaldó en la Comisión de Economía la tramitación de las cuentas municipales.
Con esta decisión, los comunes han bloqueado dos de los tres presupuestos más importantes de Cataluña: los de la Generalitat y los del ayuntamiento de la capital. Quedan al margen los de la Diputación de Barcelona. La inestabilidad se expande de un lado a otro de la plaza San Jaime. Una inseguridad financiera que se suma a que el Gobierno de Sánchez ha decidido no tramitar los Presupuestos Generales del Estado para este año, como consecuencia de la convocatoria electoral en Cataluña, que a su vez fue la respuesta de Pere Aragonès al ‘no’ de los comunes en el Parlament.
Esta posición genera malestar en el PSOE con Yolanda Díaz, líder de Sumar, donde se integran los comunes catalanes. Viniendo estos bloqueos de su espacio político, no se entiende la reacción airada de la vicepresidenta segunda a la decisión de Sánchez de aparcar las cuentas. Pese a todo, Collboni tiene una salida –a diferencia de lo que ocurre en el Congreso y en el Parlamento autonómico– afrontando una cuestión de confianza que solo perderá si hay una alternativa con mayoría absoluta (21 votos) en el consistorio. Prácticamente imposible. Una quimera.
Colau recordó este miércoles, en la Cadena Ser, que Collboni es alcalde «por accidente», ya que no fue el candidato más votado por los barceloneses, que lo hicieron por Trias. La líder de los comunes dijo que su formación no dará «un cheque en blanco» al regidor socialista para unas cuentas que tratan de «desmontar» las políticas puestas en marcha por los comunes en los últimos ochos años. Pero tampoco se aliará con Junts y PP o Vox para desbancar a los socialistas. En juego, más de 3.800 millones que gestiona el segundo ayuntamiento de España.
Sesenta días desde mañana
Si finalmente mañana no se aprueban las cuentas municipales, los grupos de la oposición –Junts (11 concejales), Barcelona
en Comú (9), ERC (5), PP (4) y Vox (2)– disponen de treinta días para pactar un candidato alternativo a Collboni. Teniendo en cuenta que ERC ha cerrado con los socialistas un acuerdo para las cuentas de este año, es poco probable contar para esta operación con los de Elisenda Alamany, sustituta de Ernest Maragall. Así, Trias, Colau y, al menos, Daniel Sirera (PP) o Gonzalo de Oro (Vox) deberían sentarse y consensuar un nombre. Se acerca mucho a algo irrealizable.
Una vez que pasen esos treinta días de la fecha límite para la votación de una alternativa al líder barcelonés del PSC, los presupuestos proyectados por el Gobierno local, en este caso también pactados con ERC, quedarían aprobados automáticamente otros treinta días después.
El camino es lento y peligroso, así como paralizante –hasta cierto punto– en cuanto a la gestión del día a día, pero Collboni tiene claro que, con acuerdo o sin él, Barcelona tendrá nuevas cuentas a finales de mayo. Será entre la cita con las urnas para el Parlament (12 de mayo) y la que convoca a los ciudadanos a elegir a sus representantes en la Eurocámara (9 de junio).