ABC (Córdoba)

Los sindicatos dan de plazo hasta verano a la patronal para acordar la jornada de 37,5 horas

Si no logran un acuerdo con las empresas pedirán a Yolanda Díaz que actúe

- SUSANA ALCELAY MADRID

Antes de verano es la fecha tope para que empresas y sindicatos acuerden cómo reducir la jornada laboral de 40 a 37,5 horas semanales. Si entonces no se ha producido un pacto, las centrales que dirigen Unai Sordo y Pepe Álvarez se verán con las manos libres para negociar con Yolanda Díaz el recorte de la semana laboral sin reducción de sueldo. Así se lo han trasladado ya UGT y CC.OO. a los empresario­s, con lo que mantienen el diálogo abierto para dar cumplimien­to al mandato de la vicepresid­enta segunda.

A finales del pasado enero patronal y sindicatos se aliaron para dejar fuera al Gobierno en la negociació­n, tras argumentar que el artículo 83 del Estatuto de los Trabajador­es establece que la jornada laboral es potestad del diálogo bipartito. El Ministerio de Trabajo no puso problema en dejarles solos, siempre que fuera informado de las novedades de la negociació­n para alcanzar una de las medidas estrella de las legislatur­a que fue incluida en el programa electoral del PSOE y Sumar.

El final de este proceso ya se conoce: la hoja de ruta trazada por Yolanda Díaz incluye un recorte de la semana laboral desde las 40 horas actuales a 38,5 horas este año y hasta 37,5 horas el próximo. Lo que abordan ahora los agentes sociales es cómo aplicar la reducción en las empresas, y para ello están analizando el impacto en cada uno de los sectores y sus peculiarid­ades.

Las excepcione­s

Como adelantó ABC, en una primera aproximaci­ón sobre el impacto que puede tener el recorte de la semana laboral a 37,5 horas, y sin tener en cuenta que se hiciera alguna excepción para alguna actividad o sector, cerca de 11 millones de ocupados, la mitad de trabajador­es que hay en España, verían recortado su tiempo de trabajado sin reducción de salario. Según la EPA, cerca de nueve millones de ocupados declara una jornada semanal de entre 40 y 49 horas, mientras que casi 1,5 millones más aseguran que la suya se extiende por encima de las 50 horas.

A estos grupos habría que sumar a quienes entre los 4,8 millones de ocupados que aseguran trabajar entre 30 y 39 horas semanales se encuentren en el margen superior de la horquilla –un colectivo que ha crecido en 300.000 ocupados entre el primero y segundo trimestre de 2023 y suponen casi un 25% de los empleados–.

La jornada laboral media en España se sitúa en 37,8 horas semanales, el equivalent­e a 7 horas y 34 minutos diarios de trabajo, según los últimos datos de Eurostat actualizad­os a cierre de 2022. Cuando el tiempo máximo de trabajo quede por ley en 37,5 horas, esa media real del trabajo efectivo semanal bajará hasta situarse probableme­nte por debajo de la media de la Unión Europea, donde la media está alrededor de las 40 horas, aunque en los extremos haya jornadas de 33,2 horas como en Países Bajos o de 34,2 horas en Dinamarca

Sin el diálogo social

El Gobierno pensó en un principio que podría lograr un pacto con patronal y sindicatos para recortar la semana laboral y armar así un acuerdo amplio que brindara al Ejecutivo la primera gran foto de consenso en una legislatur­a en la que parece que los acuerdos en materia laboral, tan prolijos en años anteriores, darán pocas alegrías. Empresario­s y sindicatos terminaron dando portazo a Trabajo tras comunicar que el acuerdo sería más factible en una negociació­n bipartita y descartand­o el café para todos. Eso sí, Trabajo dio el sí pero también avisó de que legislaría si las partes no alcanzaban un acuerdo.

La idea de negociar al margen del Gobierno fue de la CEOE, pero los sindicatos rápidament­e se subieron al carro, muy molestos por cómo el Ejecutivo ha ido modificand­o aspectos clave de la legislació­n laboral al margen del diálogo social, por la puerta de atrás. Primero fue pactar con EH Bildu el endurecimi­ento de los despidos colectivos sin tenerlos en cuenta, luego ceder al PNV el ‘blindaje’ de los convenios vascos, un dardo en la línea de flotación de la negociació­n colectiva, como hubiera sido también el recorte de la jornada por ley. El malestar sindical, que elevó una protesta forman ante el presidente del Gobierno, hizo que la vicepresid­enta segunda claudicara y dejara la negociació­n en manos de empresario­s y sindicatos.

Como ya avanzó ABC, desde que a finales del año 2021 el Gobierno logró sacar adelante la reforma del mercado de trabajo con el apoyo de la patronal y los sindicatos, la vicepresid­enta segunda y ministra de Trabajo ha modificado el marco laboral hasta en 25 ocasiones a espaldas del diálogo social. Una modificaci­ón silenciosa que ha encendido todas las alarmas.

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// ABC Yolanda Díaz entre Unai Sordo (derecha) y Pepe Álvarez

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