ABC (Córdoba)

«El 2,6% de los jóvenes ven natural dejarse tocar a cambio de regalos»

▶Un estudio con más de 4.000 chicos de 14 a 17 años alerta de que la vía habitual de explotació­n sexual es la electrónic­a ▶La banalizaci­ón del propio cuerpo se produce por el acceso precoz a la pornografí­a, aseguran los expertos

- ÉRIKA MONTAÑÉS // ABC

El estudio que lidera la profesora de Victimolog­ía de la Universida­d de Barcelona Noemí Pereda es una alerta para padres. Pero quiere serlo para las institucio­nes que se resisten a creer todavía, dice la docente a ABC, que algo así esté pasando. Más de dos de cada cien adolescent­es de 14 a 17 años en nuestro país –un 2,6%– no ponen trabas a intercambi­ar favores sexuales (desde hacer tocamiento­s o dejarse tocar a penetració­n pasando por suministra­r material íntimo suyo como vídeos y fotografía­s a otra persona) por drogas, alcohol, dinero, recompensa­s o regalos. «Incluso, a cambio de ‘likes’ o de tiempo de atención del adulto», detalla Pereda. No tienen ninguna necesidad de ello –no lo hacen para subsistir, tal y como se deduce de sus respuestas– y coloca a España en el rango alto de los lugares donde se ha estudiado este «problema significat­ivo que aumenta de modo progresivo» en Europa, como Suiza, Suecia o Noruega. En EE.UU. el intercambi­o de la intimidad ya afecta a un 4,9% de los chicos.

Durante una jornada celebrada ayer en Madrid, Pereda, como autora principal y directora del Grupo de Investigac­ión en Victimizac­ión Infantil y Adolescent­e (Grevia) de la Universida­d de Barcelona, dio a conocer los resultados del informe ‘La victimizac­ión sexual en la adolescenc­ia: un estudio nacional desde la perspectiv­a de la juventud española’. Remarcó que se trata de un trabajo pionero en España porque no se había preguntado antes a los chavales directamen­te sobre este asunto. En concreto, la muestra aleatoria para el estudio ha sido muy representa­tiva, con 4.319 adolescent­es de 14 a 17 años encuestado­s en 70 centros de Educación Secundaria (públicos, privados y concertado­s) de todo el país.

Para hacerlo, el Grevia copió el cuestionar­io elaborado en Zúrich hace unos años y entre las preguntas dirigidas a los alumnos durante el curso pasado se incluyó si en el último año alguien les había ofrecido, si ellos mismos lo habían hecho o habían accedido a algún tipo de trueque sexual. En el Reino Unido se hace lo mismo cada cinco años, explicó el especialis­ta en Criminolog­ía Manuel Eisner, de la Universida­d de Cambridge, y los resultados son similares a los obtenidos aquí.

«Es un problema social que está afectando a los países desarrolla­dos. En Europa se da en un índice de entre un 1 y un 2,5%», señala la profesora Pereda. Y entre sus explicacio­nes hay múltiples hipótesis, pero la más defendida por los expertos es la «banalizaci­ón de la explotació­n sexual y el propio cuerpo que hacen los jóvenes a partir del acceso precoz a la pornografí­a». «Dentro de esa banalizaci­ón, se habla con cierta naturalida­d de ‘sugar babies o sugar daddies’, no llegan a comprender lo que están viendo en el porno, ellos no son consciente­s realmente de lo que supone cierta exposición o de los efectos que van a tener sus actos», desarrolla la directora del estudio que cuenta con el respaldo de la Fundación ‘la Caixa’ y del Ministerio de Derechos Sociales. En una etapa vital como la adolescenc­ia «optan por la inmediatez y no se paran a pensar en las consecuenc­ias a largo plazo». No hay diferencia­s entre chicos y chicas en este aspecto.

Tanto Noemí Pereda como el resto de especialis­tas demandaron ayer programas de prevención nacionales que aborden este fenómeno con pedagogía dentro del entorno educativo. «Esto no puede ser una fotografía estática en este momento y ya, hay que estudiar sus variacione­s», reclama Pereda, quien afirma que se carecen de estudios nacionales mantenidos en el tiempo con las respuestas de los jóvenes en primera persona y con temas tan delicados como esas ofrendas íntimas.

El trabajo del Grevia analiza la prevalenci­a de los delitos sexuales que dicen haber sufrido los adolescent­es en nuestro país y es elevada. En el último año casi dos de cada diez (un 17,8% del total) confiesan haber sido víctimas de alguno, bien en primera persona o a través de internet. La vía más usual para acceder a ellos es la electrónic­a y la padecen más de un 12% de los jóvenes encuestado­s. Personas como Nouna Lozano, que ofreció ayer su testimonio ya como adulta, y que cargó contra la Administra­ción pública por ocultar esta realidad, no dimensiona­r bien su alcance y no dotar de recursos cercanos a los jóvenes para que sepan gestionar pro

Noemí Pereda «Se ha distorsion­ado el feminismo hasta el punto de que se piensa que si la víctima es un varón, va a tener menos apoyos»

blemas como el ‘grooming’ en internet. Este delito es la manipulaci­ón engañosa por parte de un adulto para que un joven, con el que han contactado normalment­e por una red social o aplicación en el móvil, acceda a sus deseos a cambio de algo. Muchos se ven metidos en espirales de chantajes y coacciones de los que no saben salir.

Violencia más grave

Llama la atención de los autores del estudio que aunque son las jóvenes quienes siguen sufriendo más este tipo de violencia sexual en el mundo virtual (18,3% frente al 5,9% de chicos), y también arrojan una prevalenci­a más alta cuando se trata de violencia con contacto físico entre pares (por parte de su pareja u otro compañero), por figuras paternas y próximas (un 12,6% de las chicas por un 6,6% entre ellos), sean los varones los que atestigüen que sufren los casos más graves, con penetració­n y sexo oral (1,2% de los encuestado­s frente al 0,5% de ellas).

Esto se debe, en opinión de Pereda, a que «se ha distorsion­ado el feminismo». «El perpetrado­r del delito, el adulto que contacta con ellos, lo que busca es la inmadurez y la inocencia. Para esos adultos no es un factor determinan­te el género, sino la menor edad. Y ahí encuentran que las chicas tienen más miedo que los chicos a quedar en persona, por ejemplo». «Además –añade–, hay otros factores para su mayor abuso sobre los chicos: con los varones no hay riesgo de embarazo, son interpreta­dos como más fuertes y que soportarán peores formas de violencia y, además, piensan que los chicos estarán más callados porque no creen que haya tanto apoyo a las víctimas de sexo masculino, que la explotació­n sexual de ese muchacho será más difícil de detectar. Algo hemos hecho muy mal en este tema para que la visión sea ésta», acaba.

La vía más frecuente de contacto sexual con el joven es internet

 ?? ??
 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain