Entre la Oca y la Chochona
Esto no va de Wifredo el Belloso ni de románticas milongas identitarias, esto va de dinero; y el resto es el celofán en el que vienen envueltos los billetes
VUELTA a la casilla de salida... como cuando se caía en la calavera del juego de la Oca. En el tablero ya no queda nadie en la cárcel porque Sánchez ha librado de ella a toda la banda del golpe, primero con el indulto, luego con la amnistía, y los ha puesto de nuevo a jugar, de oca en oca y tiro porque me toca. Tampoco queda ningún hampón ‘indepe’ en la casilla del pozo, pues también los ha sacado de allí según iba arrojando al oscuro agujero la separación de poderes y la igualdad entre los españoles, junto con un ejemplar de la Constitución y otro del Código Penal, la oposición entera, los jueces ‘fachas’, los medios no afines y a todo aquel que no acepte el infame trágala de la «reconciliación» y el resto de sus blablablás.
Vuelve el separatismo al punto de partida del ‘procés’, a aquella reunión-trampa de 2012 en la que Artur Mas (hoy un elegante cadáver político) se plantó en La Moncloa para amenazar a Rajoy con echarse al monte si no le concedía a Cataluña un Cupo a la vasca. No se lo dio y en el monte andan desde entonces, un territorio agreste y cimarrón con sus CDR, sus Diadas separatistas, sus ‘tsunamis democratics’ (y ‘terrorists’, al parecer), sus embajadillas por medio mundo, sus historiadores orates que proclaman que Cervantes, Colón y hasta Erasmo de Rotterdam eran catalanes, su odio visceral a España y su canesú; un mapamundi de chichinabo que va desde el Ebro hasta Waterloo, neocapital de los Països Catalans, esa ensoñación ‘indepe’ que lo menos llega hasta Cerdeña.
Regresan, por tanto, al principio de todo, al minuto uno del ‘procés’, después de que Aragonès se acercara el otro día a la tómbola abierta por Sánchez junto al puesto de los churros aceitosos, entre el Perrito piloto y la Chochona, a pedir el boleto de la «soberanía fiscal plena» para Cataluña, dinero y más dinero hablando en plata. Porque esto no va de Wifredo el Belloso o Berenger de Cruilles ni de cualquiera de los 132 presuntos gerifaltes de la Generalitat que les salen a los ‘indepes’ en trastornada cuenta. No, esto va de dinero y el resto es el celofán en el que vienen envueltos los billetes. Ahora se acercará a la tómbola Junts a exigirle al feriante: lo de ERC, la deuda histórica enterita (450.000 millones del ala) y dos huevos duros, que es el referéndum. Y si no, ya sabe, una nueva intentona de golpe una vez que el pardillo pone cara de Pedro Bello (o de Pierre Nodoyuna, según se mire) de los ‘Autos Locos’ y se sienta en los jardines de La Moncloa a ver la próxima asonada después de que les ha despejado a los golpistas el Código Penal tras liquidar la sedición y ponerle a la malversación la pena que castiga a un ‘robagallinas’.
Micrófono en mano y con el ‘jurisconsulto’ de Bolaños de fámulo en el tenderete, Sánchez anima a los separatistas a que se acerquen a su tómbola y pidan y pidan y pidan ahora que les ha regalado todos los boletos. Premio seguro, paga España. Aparece allí Mr. Handsome juncal y pituco de cintura para arriba, pero en realidad el mostrador oculta que lleva los pantalones por los tobillos. Y los ‘indepes’ lo saben.