Granada, una provincia única donde sentir la emoción de su Semana Santa
Desde las estaciones de penitencia de la ciudad nazarí a las mil y una maravillas por vivir, los municipios de la provincia de Granada cuentan con una riqueza y un atractivo cultural único
Granada, como el resto de Andalucía, vive con similares dosis de recogimiento y alegría la semana de Pasión y Resurrección. Tanto la capital como el resto de municipios conservan tradiciones centenarias. Son días de emoción a los que acompaña el comienzo de la primavera, donde el ambiente se impregna de olor a incienso, del sonido de las saetas, del redoble de tambores y de la cálida luz de los cirios.
La Semana Santa de la ciudad de Granada está declarada de Interés Turístico Internacional. Treinta y dos cofradías realizan su salida procesional de Domingo de Ramos a Domingo de Resurrección. Sus grandes características son la valía artística e iconográica de las imágenes y los escenarios por los que discurren las procesiones: La Catedral, una joya de la arquitectura renacentista, es el centro de la parte religiosa. Pero durante las procesiones se pueden ver y recorrer entornos que le aportan un valor estético extra: el Albaicín, el Paseo de los Tristes, la Carrera del Darro y hasta la Alhambra.
Internacionalmente conocidas son las procesiones de los Gitanos, con la subida al Sacromonte de las imágenes entre saetas y hogueras; la del Silencio, en la que se apaga el alumbrado público de las calles por las que pasa; y la de la Alhambra, con su recorrido por el monumento nazarí y el paso por la conocida Puerta de la Justicia.
En la provincia de Granada, la Semana Santa de municipios como Almuñécar, Loja y Guadix, están catalogadas como Fiesta de Interés Turístico Nacional de Andalucía.
El origen de la tradición se remonta a la reconquista por parte de los Reyes Católicos en el siglo XV.
Así, la Semana Santa de Loja es la más antigua de la provincia. En ella destaca la igura de los Incensarios, que simulan una guardia pretoriana convencida de la inocencia de Jesús y le rinde homenaje quemando incienso. También es famosa la ‘Corriílla’, en la que los horquilleros portan en una veloz carrera los pesados tronos hasta la ermita donde se encierran.
Vibrante es la Semana Santa de Cuevas del Campo, con su Pasión Viviente representada con gran idelidad por medio millar de vecinos convertidos en actores. En Guadix, el sobrecogedor descenso del Cristo de la Misericordia y la Virgen de los Dolores por la Cuesta de la Fuente, el Lunes Santo, con la Alcazaba iluminada por antorchas.
El Martes Santo sobresale el desile del Cristo de la Humildad por las calles de Salobreña, que baja y sube las empinadas cuestas de la villa entre el castillo y el mar. En Baza, en una sola hora, desde la Tribuna Oicial, se puede contemplar la noche del Jueves Santo el paso de la Cofradía del Nazareno, de la Hermandad de la Esperanza y la salida del Cristo de los Méndez de la Iglesia Mayor.
La representación de ‘El Paso’, un auto sacramental que recrea el trayecto de Cristo por la calle de la Amargura y en el que participan cuatro imágenes, congrega a cientos de personas en Almuñécar la mañana del Viernes Santo. En el mismo momento, en Huéscar se representan en la Plaza Mayor Las Tres Caídas.
En Caniles, el Sábado Santo celebran la ‘Noche del verde’, en la que los jóvenes adornan con lores y plantas las puertas de las casas de sus amadas. Y ya el Domingo de Resurrección, la Semana Santa se cierra en Carataunas y Soportújar con ‘La quema del Judas’, en la que con paja y estrafalarias ropas se fabrican muñecos que representan al apóstol que traicionó a Jesús para, inalmente, quemarlos en hogueras. Son solo algunos de los ejemplos, de una Semana Santa en la provincia de Granada única.