ABC (Córdoba)

‘Los niños de Winton’ y el poder transforma­dor de la gente común

▶Anthony Hopkins revive al hombre que salvó a 669 niños del nazismo y que hasta sus últimos días lamentó no haber podido rescatar a más

- IVANNIA SALAZAR CORRESPONS­AL EN LONDRES

‘Los niños de Winton’ no es sólo una película, sino un recordator­io de la capacidad de un individuo para marcar la diferencia, incluso en los momentos más oscuros de la historia. Basado en hechos reales, el filme, que se estrena hoy, se desarrolla en 1938, cuando Nicholas ‘Nicky’ Winton, interpreta­do magistralm­ente por Anthony Hopkins y Johnny Flynn, realiza un valiente rescate de 669 niños judíos amenazados por la creciente sombra del nazismo en Europa.

Pero la película no se limita a recrear los eventos de la década de 1930, sino que lleva al espectador a cincuenta años después, momento en el que explora el impacto a largo plazo de las acciones de Winton, atormentad­o por el peso de los recuerdos. La película entretiene, conmueve, inspira y recuerda la esencia de la humanidad en el momento actual de convulsión social y política que, como era de esperar, ocupa buena parte de la conversaci­ón con James Hawes, que recibió a ABC en Londres. «Creo que la historia más grande es que se trata de la humanidad y de los niños, sin importar su fe. Como Winton dice en la película, estaba rescatando principalm­ente a niños judíos, pero también a niños católicos romanos, hijos de políticos y niños sin credo o fe. Y lo grande fue tratar a la humanidad, a los niños y niñas, por igual», detalló, y añadió que «ese tiene que ser el mensaje de todo esto: que todas las personas valemos, porque el momento en que decimos lo contrario es el momento en que comienza el conflicto».

Trabajar con Anthony Hopkins, a sus 84 años, fue un acontecimi­ento para el director: «Anthony es una leyenda, es todo lo que esperarías... y lo más importante es que sigue tratando este trabajo con alegría. Le encanta el proceso de actuar, le encanta el proceso de hacer cine y tiene una tremenda energía y deseo de estar ahí. Fue un placer trabajar con él, porque cuando tienes a un actor así en el corazón del elenco, todo lo demás encaja», aseguró el director, que destacó que «como cineasta, tienes la responsabi­lidad de tener cuidado con cómo haces las cosas, con la verdad que estás retratando». Para hablar de esa verdad el elenco lo completan nombres potentes del cine como Helena Bonham Carter, quien «sintió esta historia muy profundame­nte, apasionada­mente, porque viene de una familia mitad judía», Lena Olin y Jonathan Pryce, pero también tiene otros protagonis­tas, no tan famosos, cuyo trabajo fue fundamenta­l: los niños y niñas que dieron vida en la pantalla a los menores y que tuvieron que enfrentar escenas que Hawes calificó como «brutales», por lo que la responsabi­lidad de dirigir a niños en escenas emocionalm­ente intensas no se toma a la ligera. «Nos ocupamos del tiempo que pasaron en el set y les brindamos un lugar seguro entre tomas. Estábamos muy consciente­s de ello y sé que al final salieron sintiendo que habían sido parte de algo especial al aprender a contar una historia ellos mismos».

La dirección de Hawes se centró en los aspectos emocionale­s del relato, y también en la autenticid­ad histórica. El equipo de producción invirtió tiempo y esfuerzo en recrear cada detalle de la época, desde documentos hasta decorados. «Abordamos el proyecto con una palabra clave como guía: la contención. Sentimos que la historia estaba tan llena de emoción que queríamos que se sintiera arraigada y auténtica». Pero navegar por el equilibrio entre la emoción y el contexto fue «un desafío». Para evitarlo, bucearon en los detalles de las épocas, incluyendo documentos y fotografía­s... «Eso nos permite que el público descubra un mundo que se siente real y verdadero». Una vez cubierta esta parte, «puedes jugar con la emoción». «Sentimos que el filme es fiel a la época, y fiel a la idea británica de mantener un control estricto sobre lo que sucede, de que no fuera demasiado emo

cional. Y de manera creo que se consiguió que todo fuera más poderoso, porque no caímos en un melodrama».

Guerras del presente

Lo cual no significa que no sea duro y conmovedor, y hubo momentos impactante­s durante el rodaje, como cuando el protagonis­ta conoce a los adultos que salvó siendo niños. «Teníamos en el set a los hijos de los niños rescatados interpreta­ndo a sus padres, son los verdaderos hijos de las familias que Nicky salvó. Puedes ver la emoción en sus rostros. Estos no son sólo extras actuando… me pone la piel de gallina pensar en ello. No había un ojo seco, fue tan poderoso», reconoció.

Hawes se decidió por esta trama porque «es una historia universal, una historia que aborda problemas en todo el mundo porque es muy humana. Obviamente, cuando comenzamos a hacerla, Oriente Medio no estaba en el lío en el que está. Ucrania estaba en paz. Así que no se trataba de esto, pero estaba el tema de los refugiados. Y parecía tener relevancia al hablar sobre la naturaleza de los refugiados, nuestro deber hacia ellos, sobre quiénes son». El filme tiene declaracio­nes poderosas, como cuando el protagonis­ta reafirma su fe en el cambio del que es capaz la gente común. Hawes también la tiene. «Creo que las personas sentimos qué es lo correcto, lo que tenemos que hacer. Si esta película inicia esa discusión incluso entre parte de la audiencia, entonces ha logrado su objetivo. Lo que me preocupa cuando miro al mundo de hoy es que las personas comunes no son lo suficiente­mente ruidosas».

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 ?? ?? «SALVAR UNA VIDA, SALVAR EL MUNDO» Anthony Hopkins da vida a Nicholas Winton (arriba), que salvó a cientos de niños y decía que cada vida equivalía a la humanidad
«SALVAR UNA VIDA, SALVAR EL MUNDO» Anthony Hopkins da vida a Nicholas Winton (arriba), que salvó a cientos de niños y decía que cada vida equivalía a la humanidad
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