La obra de José Val del Omar, científico del cine y la fotografía, llega al C3A
Una exposición antológica trae hasta Córdoba un resumen de su amplia obra
A pesar de ser desde hace lustros una constante influencia en poetas, músicos electrónicos, flamencos o cineastas contemporáneos, en muchas de las imágenes que nos llegan de él, José Val del Omar (Granada, 1904-Madrid, 1982) está ataviado con una bata blanca por encima del traje, no acercándose al glamour del mundo del arte, sino más bien abrazando el rigor científico. Inventor, fotógrafo y director de cine, padre de técnicas tan conocidas y ya habituales como el desbordamiento panorámico o el objetivo focal variable (luego conocido como zoom), es ahora protagonista de una exposición antológica en el Centro de Creación Contemporánea de Andalucía (C3A).
La muestra, llamada ‘José Val del Omar: una técnica con T mayúscula’ se inauguró ayer y se podrá visitar hasta el 1 de septiembre. Contiene además diversos materiales inéditos para la ocasión.
El carácter de este inclasificable personaje, que decía precisamente de sí mismo «soy un suceso, no tengo otra silueta que el cambio», se pudo comprender en la primera etapa de la visita guiada que tuvo lugar justo antes de la inauguración, y destinada a personas del mundo del arte y medios de comunicación. Y es que Val del Omar, procedente de una familia burguesa, se interesó desde el principio por cómo funcionaban las cosas.
Así abrazó el mundo del cine por una parte, y el del motor por otra, llegando a montar en 1921 un negocio de distribución y reparación de coches de la compañía Buick en Granada. «¿Qué tienen en común un motor y un proyector de cine?», preguntaba Lluís Alexandre Casanovas, el comisario de la muestra, a los asistentes a la visita. Sencillamente el empeño de explorar las entonces incipientes tecnologías, en las que buscaba no sólo las posibilidades técnicas, sino, en palabras del granadino, «el sentido místico de la energía».
Obras y documentos
La exposición distribuye por diversos espacios del C3A hasta 300 obras y documentos del artista, cedidos tanto por colecciones privadas como por instituciones públicas; entre ellas, el Museo Reina Sofía, el Museo del Traje, el Museo Nacional de Escultura, la Residencia de Estudiantes, el Museo Julio Romero de Torres, la Filmoteca de Andalucía o el Archivo José Val del Omar, cuya directora, Piluca Baquero, ejerce de asesora curatorial en la muestra.
Baquero rememoró cómo esta posibilidad que ha surgido en Córdoba se gestó hace siete años en Nueva York, donde se produjo el encuentro con el que ahora es comisario, del que destacó
su enorme entusiasmo.
La exposición analiza la labor propagandística de Val del Omar, primero para la República, y más tarde con el régimen franquista, una tarea que en ambos casos acataba, pero con una desazón espiritual que no dudaba en manifestar. Realizó también misiones pedagógicas, en las que concebía el cine como un elemento transformador, algo que igualmente analiza la muestra.
Y llegó a patentar hasta 45 aparatos relacionados con la imagen y el sonido; por ejemplo, el ecógeno, instrumentos multibandas, prototipos de niveladores, mezcladores o perforadores.
Su carácter lo refleja bien uno de los inventos que se pueden ver en el C3A: la maleta. Se trata de una grabadora a modo de magnetófono que se puede guardar en una maleta sin romperse o desmontarse.
Estuvo inmersa en un curiosísimo proyecto: el fonema hispano. Val del Omar pretendía que la gente se fuese enviando esa maleta de aquí para allá por toda España y otros países hispanoamericanos, con el objeto no ya de captar los distintos acentos, sino los elementos prelingüísticos distintivos de cada lugar.
Entre los materiales inéditos que se pueden contemplar en Córdoba están las fotografías de la obra ‘Fuego en Castilla’ o el proyector de las misiones pedagógicas. También se pueden ver diversos trabajos audiovisuales o documentos manuscritos.
«Era un cinemista, una mezcla de cineasta y alquimista», declaró la directora del C3A, Jimena Blázquez. «Ahora que estamos saturados de imágenes, este precursor recuerda la importancia de su cuidado», afirmó.