Sánchez hoy no ha mentido
Diciendo «yo no miento» es Sánchez mintiendo otra vez. O sea, Sánchez siendo Sánchez
PENSABA empezar esta columna señalando lo cachondo que es (digo cachondo por no decir irritante) escuchar a Pedro Sánchez afirmando sin sonrojo que hay gente que miente (los otros) y gente que trata de hacer de la verdad su política. Iba a disertar un poquito, aprovechando que es sábado, sobre el concepto de verdad y ese relativismo tan de moda de las diferentes verdades convivientes (tu verdad, mi verdad, la verdad de Zutano). Me pensaba poner estupenda y apelar a la necesidad de alcanzar algún tipo acuerdo para la posibilidad de, si no reencuentro, entendimiento. Ya saben, algo parecido a cierta garantía o seguridad de que lo que digamos hoy no va a depender de la volatilidad de poder ser verdad en este momento y mañana no y, pasado, pues depende, y aquí no pasa nada. Pero es que hablar hoy del poco aprecio de Sánchez por la verdad es ya tan lugar común que aburre. Y es entonces cuando me he dado cuenta de que, en realidad, hoy y aunque sea por vez primera, no ha mentido. Y eso sí que es noticia.
Para seguirme en esto deberán ponerse literalistas. Como si fueran un activista entusiasta de los que creen que los Conguitos son racistas y que utilizar la expresión «dinero negro», por ejemplo, también. Uno de esos. Olviden el pensamiento abstracto y las alegorías. Y ahora, vuelvan a leer lo que dijo Sánchez. Lo copio aquí de nuevo literal, para facilitar la tarea: «hay gente que miente y gente que tratamos de hacer de la verdad nuestra política».
Sánchez no ha dicho que ellos no mienten. Porque no puede. Sería demasiado hasta para él: Sánchez diciendo «yo no miento» es Sánchez mintiendo otra vez. O sea, Sánchez siendo Sánchez. Dándonos la razón y quitándosela él. Por eso lo que ha dicho es que ellos tratan de hacer de la verdad su política. Ni siquiera que hacen de la verdad su política: que tratan de hacerlo. Y no lo logran, añado. Bien porque lo intentan poco o sin ganas, o porque se les da fatal. Lo que sea. Lo que está claro es que no lo consiguen. Así que, por una vez, y muy probablemente sin que sirva de precedente, Pedro Sánchez ha dicho la verdad.
Vale que primero dijo que hay una polarización asimétrica (el concepto «polarización asimétrica» merece todo una columna en exclusiva porque tengo mis dudas de que la expresión tenga sentido), que hay gente que insulta y gente que es insultada (he corregido el anacoluto del original), que hay gente que ataca y gente que es atacada. Pero es que Sánchez, en calidad de presidente, no hablaba para todos, como no gobierna para todos. Solo se dirigía a sus acólitos y a sus fanáticos. El resto sólo somos esa purria que insulta y ataca y miente, que interfiere en su labor por la convivencia y el progreso. Y en su intento, infructuoso, por hacer de la verdad su política.