El Domingo de Ramos
Cerca de cuarenta hermandades representarán en Córdoba la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús.
Ya es Domingo de Ramos, que en Córdoba tiene un lugar y un nombre, la parroquia de San Lorenzo. San Lorenzo es la proa de un barco en el mar abierto de su barrio, la iglesia de Córdoba que acoge más hermandades y es la capital del barrio cofrade por excelencia. Allí, a primera hora de la mañana, comenzará a realizar su estación de penitencia la Entrada Triunfal, abriendo paso a la Semana Santa de las calles: «Y esperando esperaría, / que repiquen tus campanas / y amanezca al fin el día. / Alborada que ilumina / la Jerusalén dorada / llena de hebreos y palmas; / que es Córdoba y su Ajerquía / que es San Lorenzo y su plaza / en torno a tu cruz de guía».
Comienza la Semana Santa en Córdoba, como en todas las localidades, con la liturgia de la bendición de las palmas y ramas de olivos, la Eucaristía y las primeras procesiones. Siempre la primera la Entrada Triunfal, la Borriquita como se la llama cariñosamente, con Jesús aclamado en su entrada en Jerusalén por una muchedumbre que, sin embargo, desapareció pocos días después, en la madrugada del jueves al viernes y en el propio viernes. Siempre me ha llamado la atención la volubilidad de un pueblo que es capaz de aclamar y condenar con apenas cuatro días de diferencia. O la capacidad de manipulación del poder, cuando las autoridades judías concentraron en el juicio a Jesús una multitud vociferante, crispada y agresiva que condicionó la sentencia del dubitativo Pilato.
En contraste trágico, de la mañana alegre del Domingo de Ramos pasaremos por la tarde a contemplar en las calles cordobesas, sucesivamente, a un Jesús angustiado en el Huerto de los Olivos, condenado, abrazado místicamente a la cruz, despojado de sus vestiduras para ser crucificado y muerto en la cruz para redimir nuestros pecados. Siempre con su Madre María, que nunca lo abandonó, siguiéndole con unas lágrimas que no puede evitar a pesar de esa candelería que las hermandades le colocan para evitar que contemple el sufrimiento injusto de su hijo. Falta aún una semana para que Cristo tenga la última palabra en la historia, el Domingo de Resurrección. Mientras, la catequesis plástica de las espléndidas imágenes de nuestras cofradías cumplirá su cometido de mover nuestros corazones.
Cerca de cuarenta hermandades representarán en Córdoba la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús. Bienvenidos a una semana de fe y sentidos. Todos tenemos un lugar en ella, en templos y calles. Desde nuestro comportamiento respetuoso al compromiso cofrade, pasando por la vivencia íntima: «Y es Dios, quien está en Lineros / al que un niño lanza un beso. / El mismo que en San Fernando / o por el Puente Romano / viene sobre el izquierdo / y al pasar por el Realejo / se hace Monte Calvario / junto a las flores del cielo / y el azahar que ha brotado / en la quietud y silencio / del Patio de los Naranjos».