La escasa rentabiliad lastra el cultivo del algodón
▶Hace una década el área sembrada era más del doble (5.560 hectáreas) mientras que el pasado ejercicio sólo bajó un 9% ▶Los agricultores de la Vega y del Alto Guadalquivir han sustituido estas plantaciones por olivar o cítricos
Una caída constante de la superficie y la producción es la tendencia que ha seguido desde hace un cuarto de siglo el cultivo del algodón en Córdoba. La falta de rentabilidad es el principal motivo de esta pérdida de peso de este producto industrial, aunque hay otras que también han contribuido a este descenso, como es la desaparición mucha de la industria española ligada a esta actividad y la sequía, según afirmaron a ABC distintos expertos consultados.
Estas plantaciones se encuentran principalmente en municipios de las comarcas de la Vega y del Alto Guadalquivir, como son Palma del Río, Posadas, Villafranca, El Carpio, Pedro Abad, Montoro y Villa del Río.
La propia Delegación Provincial de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural señalaba hace dos semanas que «tras las lluvias de febrero y principios de marzo se realizan labores de preparación de la tierra para la siembra de algodón con la misma incertidumbre de la dotación de agua de riego disponible que en campañas anteriores».
Hay que recordar que casi la totalidad de las explotaciones de este cultivo en Córdoba son de regadío.
Las estadísticas son claras al respecto. La superficie de algodón en 2023, según los datos oficiales de la Junta de Andalucía, ascendió en Córdoba a 2.386 hectáreas, muy lejos de las 11.207 que existían en la provincia en 1998, es decir, casi cinco veces menos. La tendencia ha sido claramente a la baja como muestras el hecho de que hace una década el área sembrada era más del doble (5.566 hectáreas), mientras que respecto al ejercicio anterior el descenso ha sido más sostenido, al reducirse apenas un 9 por ciento. Esta fuerte disminución provoca que Córdoba haya pasado de la tercera a la cuarta posición en cuanto a la superficie en Andalucía, que el año pasado rondaba las 51.641. En términos de producción, la caída también ha sido muy importante al pasar en estos últimos 25 años de 39.000 a apenas 1.210 toneladas, con una sensible merma de los rendimientos a causa de la baja pluviometría.
Dafisa es una de las pocas industrias que aún mantiene una desmotadora en su línea de producción. Su gerente, Antonio Jiménez, recordó que en 20 años la superficie de algodón en España se ha reducido en torno a un 40 por ciento, con una especial incidencia en las provincias de Córdoba y de Jaén. Según afirmó este directivo, «el motivo hay buscarlo en el hecho
de que los agricultores de ambos territorios, muy vinculados históricamente a la arboleda, se han encontrado con más rentabilidad en cultivos como el olivar, el naranjo o el almendro, algo a lo que ha influido mucho, sobre todo en el caso de la recogida de la aceituna, la progresiva mecanización de sus procesos, lo que ha reducido su necesidad de mano de obra».
Del mismo modo, detalló que las menores dotaciones de agua aprobadas por la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) tampoco han ayudado con producciones que en la campaña pasada apenas se llegó a un 25 por ciento de la producción de una temporada normal. Eso sí, hay un factor que juega a favor del algodón. Según informó Jiménez, «es el único cultivo que actualmente cuenta con una ayuda de la UE por plantarlo, algo que solo ocurre en España y en Grecia, y no puede eliminarse porque aparece en el articulado del Tratado de Adhesión de ambos países a la Comunidad Económica Europea en 1986».
El representante de Dafisa apuntó que el destino final de las producciones de algodón en Córdoba se concentra en el extranjero, que acapara un 95 por ciento de la cosecha.
De Marruecos a Turquía
Los países con más actividad en este sentido son Marruecos, Portugal y Turquía, aunque también se vende a Francia, Alemania y Bangladesh, entre otros. En este sentido, remarcó que la industria en España apenas mantiene ocho centros (uno de ellos el de Dafisa). «En nuestro deseo de promover el consumo de algodón autóctono en la UE hemos impulsado una alianza europea para promocionar las buenas condiciones de este cultivo producido aquí con una elevada calidad y sin recurrir a mano de obra infantil», señaló Jiménez.
Por su parte, el técnico de Asaja en Córdoba, Antonio Monclova, incidió en el hecho de que la falta de rentabilidad se esconde detrás de la pérdida de presencia de este cultivo industrial en la provincia, «aunque no hay que olvidar que la sequía que arrastramos en los últimos cuatro o cinco años tampoco ha ayudado». Según indicó, la merma en Córdoba ha sido mayor que otros sitios como Sevilla o Cádiz, ya que estas «son zonas con muchas marismas y hay que tener en cuenta el algodón tolera bien las aguas salinas». Desde su punto vista, los menores beneficios que obtiene el productor «son consecuencia de que las herramientas que existen para combatir las plagas y las enfermedades son caras al haber menos oferta entre la que puede elegir el agricultor». «A esto se une el hecho que el algodón está ahora más barato que hace 40 años», según sentenció Monclova.
En los últimos 25 años se ha pasado de producir 39.000 a 1.200 toneladas
Los menores beneficios al productor se deben al alto precio de los fitosanitarios