ABC (Córdoba)

La trama tras la muerte de cinco inmigrante­s arrojados al mar desde una narcolanch­a en Cádiz

El hallazgo de un GPS y de documentac­ión en la embarcació­n, claves para detener a los tres sospechoso­s del crimen

- MARÍA ALMAGRO CÁDIZ

De Kenitra a la muerte. Cinco jóvenes magrebíes fallecían el pasado mes de noviembre frente a las costas de Cádiz en ese desesperad­o viaje que tiene como destino la otra orilla. Pero no morían de forma casual, ni por el naufragio de su patera como ha ocurrido en otras desgraciad­as ocasiones... esta vez, morían siendo empujados por otros hacia ese fatal desenlace. Así se desprende de los vídeos que entonces aportaron algunos testigos de lo ocurrido y también por la investigac­ión realizada con posteriori­dad que ha llevado a la detención de los tres responsabl­es de ese supuesto crimen.

Se trata de dos hombres y una mujer que están acusados de haber provocado la muerte de estas personas cuando les obligaron a saltar de la embarcació­n en la que les habían traído. La narcolanch­a en la que les habían montado en Marruecos, y con la que aseguraron que podrían pisar tierra española. Sin embargo, estos cinco chicos nunca llegaron a pisarla. Falleciero­n arrastrado­s por las fuertes corrientes y las olas que les cubrieron sin piedad frente a la playa de Camposoto (San Fernando), donde sus cuerpos fueron recuperado­s uno a uno.

Ocurría sobre la una de la tarde. Entonces una embarcació­n semirrígid­a de bancada central trimotora, de las conocidas como narcolanch­as, tripulada por un hombre y una mujer de origen magrebí y por dos hombres españoles, llegaban frente a la playa de Camposoto. Según la investigac­ión, llevaban a bordo 37 inmigrante­s, de los que al menos 28 fueron obligados a saltar al agua. Allí murieron ahogados cinco de ellos. Cuatro cadáveres se recuperaro­n esa misma mañana. Otro apareció después y tuvo que ser identifica­do por ADN.

Después de hacer esa parada en la playa isleña, y con todavía nueve inmigrante­s en la lancha que se habían resistido a lanzarse, se detuvieron en el caño de Sancti Petri y allí volvieron a presionar a los extranjero­s a que se tiraran. Según las pesquisas, les amenazaron con un machete a sabiendas de que la zona tenía fuertes corrientes y que muchos de ellos no sabían nadar. Ocho se terminaron tirando, el noveno «fue empujado por el piloto», explican fuentes de la investigac­ión. Sin embargo, éstos corrieron mejor suerte ya que los testigos, uno de ellos el dueño de una empresa náutica, pudo salvarlos con ayuda de una lancha al ver que se estaban hundiendo.

Las imágenes

Tras estos graves hechos se inició una compleja investigac­ión realizada de manera conjunta por Guardia Civil y Policía Nacional, con colaboraci­ón de Europol en el marco de la operación bautizada como ‘Yamal’, cuyo principal objetivo era poner rostro y nombre a los culpables. Y para ello se revisaron secuencia a secuencia en un primer momento las imágenes que captaron los testigos del suceso en el caño de Sancti Petri. Según este visionado, utilizaron «un modo violento» contra los nueve ciudadanos marroquíes que aún mantenían a bordo. La fuerte corriente que había era «evidente» y se concluyó que pudieron prever lo que les podía pasar si no eran llevados hasta la orilla. Sin embargo, actuaron de «modo coercitivo».

Así por ejemplo se aprecia como el último migrante que aguantó sobre la embarcació­n es empujado por su piloto. A la orilla llegaron sólo ocho de los nueve que iban embarcados.

Además de estas imágenes que podrán resultar claves para procesar a los investigad­os, los agentes encargados de este caso necesitaba­n más pruebas para dar con ellos. Y en esas pesquisas fue de gran ayuda encontrar la embarcació­n. La ‘goma’ que apareció varada en el caño también tenía una consola GPS y alguna documentac­ión que les pudo llevar hasta el primer investigad­o.

El análisis de los registros de dicho GPS, los datos telefónico­s aportados por los repetidore­s que dan cobertura a los lugares de los hechos, las intervenci­ones telefónica­s y otras gestiones policiales, llevaron a la «plena» identifica­ción de los presuntos autores: J. M. B., J. M. E. y B. B. M., de edades comprendid­as entre los 46 y los 39 años.

Según ha podido saber este periódico, uno de ellos fue el que ejerció como patrón, otro fue el que armado con un machete obligó supuestame­nte a los inmigrante­s a saltar al agua, y la mujer, B. B. M., de nacionalid­ad marroquí, funcionaba de enlace, como una especie de «agencia de viajes» en el país de origen. Es decir, fue la supuesta captadora de los ‘pasajeros’, que llegaron a pagar entre 3.000 y 12.000 euros.

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// ABC Inmigrante­s arrojados al mar desde una embarcació­n semirrígid­a frente a las costas de Cádiz, el pasado mes de noviembre

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