La banca empieza a creérselo
Los bancos, en general, en las juntas de accionistas que se están celebrando en los últimos días, están dando mensajes muy optimistas. Tras unos trimestres en los que resultados acompañaban pero que por una u otra razón no terminaban de soltarles el brazo, parece que lo que están viendo en este inicio de año les ha hecho ganar confianza, todavía más, con respecto al futuro.
Las razones detrás de estas mejores sensaciones son de distinta índole. Por un lado, probablemente están mucho más tranquilos con lo que pueda pasar con los tipos de interés. Parece descartado que los tipos puedan volver a la casilla de salida. Aunque vayan a bajar –y es bueno que así lo hagan–, no van a volver a los niveles previos en los que con el precio del dinero prácticamente a cero, los bancos difícilmente se podían ganar la vida. Además, esto está pasando porque la economía está aguantando mejor de lo esperado lo que también tiene su reflejo en las cuentas de resultados de la banca. A mayor actividad, más negocio y, sobretodo, menos mora. Esta mejor situación macro se retroalimenta. A medida que los bancos están más confiados con el futuro, abren el grifo y crecen más los créditos. Probablemente esto haya sido lo más novedoso de lo comentado en las reuniones con los accionistas: las indicaciones sobre el ritmo de crecimiento de los prestamos.
Más crecimiento, menos mora, tipos manteniéndose a niveles razonables no parecen malos mimbres para construir una buena cuenta de resultados y que la rentabilidad se estabilice por encima del coste de su capital. Cuando además esto, como estamos viendo, se refleja en el precio de la acción, permite que los ejecutivos se centren más en el negocio lo que es positivo en si mismo. Estas circunstancias, además, con los mercados de capitales a pleno rendimiento, son propicias para se incremente la actividad corporativa, lo que también redunda en beneficio de los propios bancos.
Los bancos, con los mensajes que están dando últimamente, confirman claramente que, como dicen ahora, están en otra pantalla. Esto, lógicamente, se traslada a los mercados. En Bolsa, de haber sido durante mucho tiempo la piñata del mercado, a subir prácticamente a diario. Si tenemos en cuenta el punto de partida en valoración y lo que va a pasar con sus resultados, no hay razones para pensar que esto no pueda seguir pasando. Y que a los bancos les vaya bien, contra lo que algunos puedan pensar, es bueno para todos. Son parte de la solución y no del problema.