La ONU critica la pasividad de los países árabes para ayudar a Gaza
Cuestiona que los Estados ricos no compensen el corte de financiación de EE.UU. a la Unrwa
La operatividad de la agencia de la ONU dedicada a los refugiados palestinos (Unrwa, en sus siglas en inglés) está en peligro en un momento de máxima necesidad, en medio de la crisis humanitaria que sufre Gaza por la operación militar israelí contra Hamás, tras la decisión de EE.UU. de suspender la financiación. Pero los países árabes ricos, las monarquías del Golfo Pérsico, no parecen dispuestos a poner el dinero para compensar el corte de grifo estadounidense, pese a su reiterado apoyo público a la causa palestina.
EE.UU. ha sido el principal soporte económico de la Unrwa desde su fundación en 1949 para atender a los refugiados de la guerra un año antes entre varios países árabes y el incipiente Estado de Israel. Pero el Gobierno de Joe Biden decidió el pasado enero suspender sus aportaciones a la agencia después de que Israel denunciara que una docena de empleados de la Unrwa participaron en los ataques terroristas de Hamás en territorio israelí del pasado 7 de octubre y que buena parte de la plantilla está vinculada a la organización terrorista.
El director de la Unrwa, Philippe Lazzarini, viajó al Golfo para tratar de convencer a los líderes de estos países árabes para que dediquen parte de sus petrodólares a sustituir el portazo financiero de Washington, en un momento en el que países como Arabia Saudí o Qatar se gastan cantidades ingentes de dinero, por ejemplo, en la organización de competiciones deportivas de talla mundial.
Los esfuerzos de Lazzarini solo han conseguido que estos países aporten una fracción de lo que donaba EE.UU. Las justificaciones, según explicaron a ‘The Wall Street Journal’ fuentes cercanas a los gobiernos del Golfo, son variadas: las monarquías árabes prefieren donar de forma bilateral a causas humanitarias, no a través de la ONU; no quieren que la Unrwa se vaya al garete pero sí consideran que necesita reformarse, por ejemplo, con medidas que impidan que se infiltren en su plantilla miembros de Hamás; y, además, no consideran que sea «su papel» el de sustituir la financiación perdida desde Occidente.
Menos ayudas que a Ucrania
Tras sus encuentros con autoridades de Arabia Saudí, Qatar y Emiratos Árabes Unidos, Lazzarini consiguió compromisos por valor de 85 millones de dólares. Muy lejos de los 422 millones que aportaron los contribuyentes estadounidenses el año pasado. Y lejos también de otros esfuerzos que han hecho en el pasado: por ejemplo, Arabia Saudí aprobó 400 millones de dólares en ayuda humanitaria a Ucrania en 2022. En la situación de emergencia en Gaza, solo ha comprometido 40 millones.
Las necesidades financieras de la Unrwa son abultadas. Solo en Gaza, da cobijo y suministros a más de un millón de palestinos. Pero también atiende a otros cuatro millones de refugiados palestinos en Cisjordania, Jordania, Líbano y Siria, a los que los países árabes –Jordania es una excepción– no dan ciudadanía y mantienen en un limbo burocrático. La agencia emplea a cerca de 30.000 personas en toda la región, con cientos de escuelas, comedores y hospitales, una especie de entidad gubernamental transnacional con un gasto anual de unos 1.400 millones de dólares, que no viene del presupuesto de la ONU, sino de aportaciones de donantes.
La Unrwa advirtió de que la suspensión de fondos por parte de EE.UU. y otros países supondría una reducción dramática de sus operaciones humanitarias en pocas semanas. España ha sido unos de los países que han decidido aumentar sus contribuciones para paliar esta situación: a comienzos de mes, el Ministerio de Exteriores anunció 20 millones de euros adicionales a la Unrwa.
Otros países –Canadá, Suecia, Australia y Finlandia– han revertido en las últimas semanas su decisión de suspender su financiación a la agencia. Sumado a las aportaciones de países árabes, la Unrwa aseguró esta semana que esas contribuciones pueden mantener sus operaciones hasta mayo.
«Pero si no hay más financiación adicional, estaremos en territorio desconocido», dijo Lazzarini, que aseguró que la agencia va «mes a mes». El problema es que EE.UU. no va a poder ser la solución. El acuerdo presupuestario alcanzado la semana pasada entre demócratas y republicanos detalla que no habrá dinero para la Unrwa al menos hasta marzo del año que viene. Si Donald Trump, que ya dejó sin fondos a la agencia durante su presidencia, vuelve a la Casa Blanca, el corte de grifo puede ser indefinido. Y no parece que los países ricos del entorno de Gaza vayan a ser la solución para la cuestionada agencia de la ONU.