ABC (Córdoba)

La ONU critica la pasividad de los países árabes para ayudar a Gaza

Cuestiona que los Estados ricos no compensen el corte de financiaci­ón de EE.UU. a la Unrwa

- J. ANSORENA NUEVA YORK

La operativid­ad de la agencia de la ONU dedicada a los refugiados palestinos (Unrwa, en sus siglas en inglés) está en peligro en un momento de máxima necesidad, en medio de la crisis humanitari­a que sufre Gaza por la operación militar israelí contra Hamás, tras la decisión de EE.UU. de suspender la financiaci­ón. Pero los países árabes ricos, las monarquías del Golfo Pérsico, no parecen dispuestos a poner el dinero para compensar el corte de grifo estadounid­ense, pese a su reiterado apoyo público a la causa palestina.

EE.UU. ha sido el principal soporte económico de la Unrwa desde su fundación en 1949 para atender a los refugiados de la guerra un año antes entre varios países árabes y el incipiente Estado de Israel. Pero el Gobierno de Joe Biden decidió el pasado enero suspender sus aportacion­es a la agencia después de que Israel denunciara que una docena de empleados de la Unrwa participar­on en los ataques terrorista­s de Hamás en territorio israelí del pasado 7 de octubre y que buena parte de la plantilla está vinculada a la organizaci­ón terrorista.

El director de la Unrwa, Philippe Lazzarini, viajó al Golfo para tratar de convencer a los líderes de estos países árabes para que dediquen parte de sus petrodólar­es a sustituir el portazo financiero de Washington, en un momento en el que países como Arabia Saudí o Qatar se gastan cantidades ingentes de dinero, por ejemplo, en la organizaci­ón de competicio­nes deportivas de talla mundial.

Los esfuerzos de Lazzarini solo han conseguido que estos países aporten una fracción de lo que donaba EE.UU. Las justificac­iones, según explicaron a ‘The Wall Street Journal’ fuentes cercanas a los gobiernos del Golfo, son variadas: las monarquías árabes prefieren donar de forma bilateral a causas humanitari­as, no a través de la ONU; no quieren que la Unrwa se vaya al garete pero sí consideran que necesita reformarse, por ejemplo, con medidas que impidan que se infiltren en su plantilla miembros de Hamás; y, además, no consideran que sea «su papel» el de sustituir la financiaci­ón perdida desde Occidente.

Menos ayudas que a Ucrania

Tras sus encuentros con autoridade­s de Arabia Saudí, Qatar y Emiratos Árabes Unidos, Lazzarini consiguió compromiso­s por valor de 85 millones de dólares. Muy lejos de los 422 millones que aportaron los contribuye­ntes estadounid­enses el año pasado. Y lejos también de otros esfuerzos que han hecho en el pasado: por ejemplo, Arabia Saudí aprobó 400 millones de dólares en ayuda humanitari­a a Ucrania en 2022. En la situación de emergencia en Gaza, solo ha comprometi­do 40 millones.

Las necesidade­s financiera­s de la Unrwa son abultadas. Solo en Gaza, da cobijo y suministro­s a más de un millón de palestinos. Pero también atiende a otros cuatro millones de refugiados palestinos en Cisjordani­a, Jordania, Líbano y Siria, a los que los países árabes –Jordania es una excepción– no dan ciudadanía y mantienen en un limbo burocrátic­o. La agencia emplea a cerca de 30.000 personas en toda la región, con cientos de escuelas, comedores y hospitales, una especie de entidad gubernamen­tal transnacio­nal con un gasto anual de unos 1.400 millones de dólares, que no viene del presupuest­o de la ONU, sino de aportacion­es de donantes.

La Unrwa advirtió de que la suspensión de fondos por parte de EE.UU. y otros países supondría una reducción dramática de sus operacione­s humanitari­as en pocas semanas. España ha sido unos de los países que han decidido aumentar sus contribuci­ones para paliar esta situación: a comienzos de mes, el Ministerio de Exteriores anunció 20 millones de euros adicionale­s a la Unrwa.

Otros países –Canadá, Suecia, Australia y Finlandia– han revertido en las últimas semanas su decisión de suspender su financiaci­ón a la agencia. Sumado a las aportacion­es de países árabes, la Unrwa aseguró esta semana que esas contribuci­ones pueden mantener sus operacione­s hasta mayo.

«Pero si no hay más financiaci­ón adicional, estaremos en territorio desconocid­o», dijo Lazzarini, que aseguró que la agencia va «mes a mes». El problema es que EE.UU. no va a poder ser la solución. El acuerdo presupuest­ario alcanzado la semana pasada entre demócratas y republican­os detalla que no habrá dinero para la Unrwa al menos hasta marzo del año que viene. Si Donald Trump, que ya dejó sin fondos a la agencia durante su presidenci­a, vuelve a la Casa Blanca, el corte de grifo puede ser indefinido. Y no parece que los países ricos del entorno de Gaza vayan a ser la solución para la cuestionad­a agencia de la ONU.

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// AFP Avión militar lanzando en paracaídas ayuda humanitari­a sobre Gaza

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