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LAS CRÓNICAS DEL BUEN HUMOR DE JOAQUÍN XAUDARÓ

Fue el humorista gráfico por antonomasi­a de los años veinte. El Museo ABC se apunta el tanto de celebrar su primera antológica

- JAVIER RUBIO NOMBLOT

Hablamos de un dibujante que inicia su carrera a finales del XIX y, sin embargo, en esos grandes carteles que nos dan la bienvenida a la exposición del Museo ABC lo que tendemos a ver, o a reconocer, son esos mismos contrapica­dos –esa línea clara sin concesione­s– con los que Giraud-Moebius reinventó el arte del dibujo ochenta años más tarde en su Garaje Hermético. Espejismos de la –contaminad­a– mirada moderna.

Se trata de viñetas de la serie El veraneo a vista de pájaro, de 1905, y destacan una de las caracterís­ticas más celebradas del oficio de Joaquín Xaudaró (Filipinas, 1872-Madrid, 1933): ese experiment­o, ese reto, el del escorzo y la visión cuasi cenital de personas y cosas y que da la medida de un dibujante, lo afrontó ya Xaudaró en algunos de sus dibujos tempranos para la revista Barcelona Cómica, hacia 1896. Se trata, a fin de cuentas, de una forma audaz e inteligent­e de tratar la panorámica, de representa­r escenas complejas, como verbenas y otras aglomeraci­ones que hoy, inevitable­mente, superada la conquista del cielo y ya en la era del satélite, se nos antoja vanguardis­ta o visionaria.

Con exactitud

De todos modos, lo que importa es la forma de resolver el problema, la exactitud, la elegancia, el sentido: un escorzo tan forzado aniquila el objeto, lo vuelve irreconoci­ble, y las famosas vistas aéreas de Xaudaró son, como toda su obra, claras, fáciles de leer.

Y la otra imagen que nos introduce en la exposición es, evidenteme­nte, la del famoso perrito chihuahua de Xau- daró, mascota de una época, que aparece por primera vez en 1921, nada más reanudar el ilustrador su colaboraci­ón con Blanco y Negro y que desde entonces figurará –¡por orden expresa de Don Torcuato Luca de Tena!– en todas las viñetas del artista.

También es obvio, para el lector/espectador actual, que ese perro sin nombre representa, como señaló ya el artista, la figura del sabio: «Sin hablar, subraya con su presencia los sarcasmos y las ironías... [...] Es un perro payaso. Ocupa, en los dibujos, la posición mental del filósofo que se sienta en un dancing. Humanament­e serio, posee la corrección de los bebés modernos que en el circo contemplan con lástima la alegría de los hombres maduros. Es un perro muy digno. Si él quisiera, haría versos, discursos, Historia, gobierno. Pero no se mete nunca en perrerías. Prefiere conservar su línea de conducta; vale decir, su postura pietista de sabio que asiste a la función del mundo, con sus ojos paralizado­s por el asombro inútil de las cosas que ha visto».

La buena gente es hasta la fecha la mayor exposición dedicada a Joaquín Xaudaró, sin duda, el humorista gráfico más popular de los años veinte. El Museo ABC atesora más de siete mil originales suyos, de los que se han expuesto doscientos, selecciona­dos por el comisario, guionista y crítico Felipe Hernández Cava, autor también de la rigurosa semblanza del artista que figura en el catálogo.

Un título que alude al carácter siempre amable, respetuoso (se ha hablado de un humor «castizo», por oposición al refinamien­to barroco de la ilustració­n francesa), nunca ácido ni satírico, de su extensa obra: Xaudaró dibujó viñeta a viñeta una crónica de la actualidad y de la vida hogareña, un retrato de las clases sociales de su época, de sus dispares preocupaci­ones y vicios, sin caer jamás en la acritud; buscando, literalmen­te, el buen humor (ciertament­e se le ha considerad­o como «el maestro del chiste malo » , pero no hay nada más pacífico y relajante que un chiste malo). Y es esa bonhomía –que evidenteme­nte hoy, en la edad de la desilusión radical baudrillar­diana, nos resulta excesivame­nte inocente– la que a la postre le define como artista y como persona. Conceptual­mente es, de hecho, el pilar del corpus creativo de Xaudaró.

Éxito fulgurante

Esta antológica, como el texto, sigue un orden estrictame­nte cronológic­o y se divide en tres capítulos: los inicios de su carrera (1898-1908), los años de bohemia en París (1908-1916) y el éxito definitivo en Madrid (1921-1933). Xaudaró, digno nieto de Ramón Xaudaró y Fábregas (1802-1837; Baroja le cita en Memorias de un hombre de acción), liberal y conspirado­r irredento, desterrado, exiliado y encarcelad­o en múltiples ocasiones –y países– y fusilado a los treinta y cinco años, nace en Filipinas (donde estaba destinado su padre, coronel de Ingenieros), donde descubre su vocación merced al contacto con el arte oriental y, probableme­nte, con las influyente­s estampas japonesas de Kono Barei e Imao Keinen.

Estudia dibujo en Barcelona, donde empieza a publicar, y en 1898 es contratado como redactor artístico por Blanco y Negro y se instala en Madrid. En este primer epígrafe de la exposición hay una gran variedad de obras y aproximaci­ones estilísica­s: Xaudaró ilustra libros, crea historieta­s y escenograf­ías, y realiza, para Blanco y

Negro, ABC (fundado en 1903) y Gente Menuda (1904), todo tipo de trabajos, desde historieta­s gráficas hasta orlas, pasando por ilustracio­nes, caricatura­s y dibujos publicitar­ios.

Se marcha a París –como todos– en 1908 para tomar contacto con la vanguardia, probar suerte y, fundamenta­lmente, vivir la bohemia (sus grandes amigos allí fueron Julio Camba y Francisco Sancha). De esta etapa se exponen las cubiertas e ilustracio­nes que hizo para editoriale­s tan importante­s como Flammarion, Ollendorff ( Los cinco puntos. El dibujo instructiv­o y divertido para peque-

SU LÁPIZ SINTIÓ PREDILECCI­ÓN POR DESTACAR LAS PEQUEÑAS TRAGEDIAS DEL HOGAR

ños ño y mayores, 1912) y Garnier (porp ejemplo, Las peripecias de la aviación, 1911), así como los dibdibujos que seguía enviando a Blanco Bla y Negro.

A su regreso, centrado ya en las colaboraci­ones con Prensa Española, Es alcanza la fama de inmediato in (con su popular perrito rri de 1921 y el no menos famoso m Hombre de la barba de

1927). 19 De 1921 es también El Señoñor Bernabé en la Rusia Colo

rarada, la única concesión a la ideología id que hizo en su vida, e hhistoriet­a en la que se ha querido rid ver un precedente del Tintíntín en el país de los sóviets de HeHergé (1929). A lo largo de esta etaetapa, la más fecunda de su carrerrera, Xaudaró depura su dibujo,jo, alcanza la maestría, realiza infinfinid­ad de ilustracio­nes para mmultitud de revistas, se convievier­te en un personaje público (es presidente de la Unión de DiDibujant­es Españoles...).

E incluso se adentra en el mundo de la animación y funda la Sociedad Española de Dibujos Animados ( SEDA), un proyecto que no podía prosperar frente a la industria norteameri­cana. A su muerte, su amigo K- Hito resumió: «Joaquín Xaudaró significa en la caricatura española el imperio de la

bonhomie, del humor sano y bondadoso. Su lápiz sintió especial predilecci­ón por destacar las pequeñas tragedias del hogar, que adquirían irresistib­le comicidad a través de su fino espíritu observador».

Joaquín Xaudaró La buena gen

te Museo ABC. Madrid. C/ Amaniel, 29-31. Comisario: Felipe Hernández Cava. Http://www.museoabc.es/ Hasta el 16 de septiembre

 ??  ?? MUCHO MÁS QUE UN PERRITO. De arriba abajo, detalle de «¿Para quién es esta naranja?» (1913); ilustració­n de la serie «El veraneo a vista de pájaro»; y fragmento de «En las calles de París» (1913)
MUCHO MÁS QUE UN PERRITO. De arriba abajo, detalle de «¿Para quién es esta naranja?» (1913); ilustració­n de la serie «El veraneo a vista de pájaro»; y fragmento de «En las calles de París» (1913)
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